lunes, 28 de abril de 2014

La Mujer Que Quiero Tener "capitulo 21"



Nuestra Primera vez.

-Esta mujer realmente me odiaba con todo su corazón-me dije mentalmente mientras me observaba en el espejo.
Yo vestía de un vestido de dama honor espantoso de color canario del cual me llegaba por debajo de las rodillas. Tenía relleno en los hombros y más largas con bordados de mantel en la muñecas. Tenía lentejuelas blancas que daban comezón y el cuello era en tortuga. En resumen aquel vestido era espantoso y me provocaba ganas de vomitar.
Mi rostro no ayudaba mucho ya que mostraba un rostro disgustado y hastiado.
Volví a mirar el reloj deseando que alguien me rescatara de la boutique de inglesa renombrada.
Había prometido ayudar a magdalena a elegir un vestido de novia y hacer la prueba del vestido de dama de honor.
El vestido que había elegido ella para mí era desagradable y ella parecía contenta con mi vestido, pero tenía que ser fuerte.
Tenía un plan para desenmascarar a Magdalena solo necesitaba hacer que ella hablara de una vez por todo y no sería fácil. Solo necesitaba tiempo y era lo que no tenía. La boda era en 5 días y tenía que hacer algo cuanto antes.  Ya había Algarín había comenzado la demanda de paternidad del bebe  y había vuelto al trabajo para sorpresa de muchos como un hombre distinto. Dedicado a su trabajo y a su hijo no nacido con mí ayuda.
Después de haber trazado mi plan Algarín comenzó a asistir a una terapia con la doctora Lenox, quien había ayudado de manera exitosa a su recuperación.
Mis hijos esperaban noticias mías, pero aun yo no tenía nada que decirle que esperaran hasta las vacaciones navideñas. Las vacaciones de acción de gracias comenzaban 7 días y en esos días tendría que despedirme de todo. Tenía que irme lejos de España y no tenía marcha atrás.
-Te ves hermosa-me dice magdalena parándose junto a mi delante del espejo.
-si-miento algo irritada, pero con una sonrisa hipócrita.-me encanta-digo emocionada, pero echando chispas con los ojos.
-Perra-dijo mi vocecilla.
-¿Qué te parece el mío?-pregunta y no podía negar que era hermoso, más hermoso del cual use cuando me case. Era sin mangas con un escote en la espalda dejándola descubierto, sin mangas y con una cola de sirena  larga y un bordado de rosas.
-Es algo llamativo-murmure, ¿no le hace daño al bebe?-pregunto al ver lo ajustado que estaba.
-No-dice esta con despreocupación.- él bebe estará bien-me asegura la Barbie.
-¿Dónde están las demás chicas?-pregunto.
-Están por llegar-me explica mientras posa de diferentes ángulos.
Fue entonces cuando mi celular comienza a sonar.
Lo tomo con alivio.
-Carrión-saludo.
-Es Theo, quería preguntarte si querías salir de esa boutique de segunda categoría y escaparte conmigo después que mi doctora me de alta-me pide y controlo mis ganas de sonreír.-tal vez podríamos hacer el amor como tanto deseas-murmura y contengo una leve risita.
Me aparto de la Barbie y comienzo a caminar por la sala.
-¿Cuáles son los síntomas?-pregunto fingiendo que hablo con unos de mis residente.
-Falta de amor y locura por una mujer-me dice siguiendo el juego.
-Llego en unos minutos.-explico fingiendo histeria.
-Te espero hermosa-me indica este y siento como en sonrojo como una adolecente.
-Vale-digo y cuelgo.
-¿Que sucede?-pregunta sin mirarme  magdalena.
-Tengo un paciente inestable y tengo que ir a verificar que sucede.  A demás tengo unas notas que debo llenar-explico mientras vuelvo al cubículo a cambiarme de ropa.
Mientras me cambiaba apresuradamente escucho que las amigas de magdalena llegan.
-Hola chicas-saluda la embarazada y luego escucho diferentes saludos por diferentes chicas.
-¿Donde esta Carrión?-pregunta una de las gemelas.
-Cambiándose-responde con fastidio.-la llamaron de emergencia.
-¿Cómo te va con el plan?-pregunta una voz conocida y para de cambiarme.
-Deplorable, ella no se rinde. Sigue con las ganas de ser mi dama de honor a pesar que me he puesto pesada e insoportable.-explica magdalena y contengo un gruñido.
-Tal vez ella es una buena chica y no quiere nada con prince-le asegura una de las gemelas.
-Lo dudo, chicas tienes que ver la forma que ambos se miran. Como si se desearan de una forma desesperante y ambos no quieren admitir.-dice con fastidio.
-Tienes que imaginar cosas-asegura una de las chicas.- ella podría estar con el mucho antes que tú y no lo hizo.
-Recuerden que ella estuvo con Kyle y las cosas nos e dieron muy bien según escuche por Vázquez. –explico una de las gemelas.
-Carrión es rara, pero no evita que sea una amenaza y siempre esta alerta, no quiero que evite mi boda con Nick.-dijo magdalena.
-¿Cómo piensa hacer eso?-pregunta alguien.
-Ella es muy amiga de Algarín y quien sabe que mierdas Algarín le ha dicho a Carrión-les recuerda y todas sueltan diferente teorías.
-¿Que tienes en mente?-pregunta alguien.
-Evitar que llegue a la boda-explica magdalena.
-¿Cómo piensas hacer eso?-pregunta una de las gemelas algo asustada.
Magdalena se ríe maliciosamente.
-Luego le cuento mi plan chicas-murmura ella.- ¿Cómo me veo con este vestido?-pregunta cambiado el tema.
Luego de escuchar todo aquello me vestí apresuradamente e intente controlar mis impulsos de no golpear a magdalena. Después de vestirme con pantalón caqui, zapatillas deportivas y una camiseta de Bob Marley, salí fingiendo despreocupación.
-Hola chicas-saludo con una sonrisa de actriz a las gemelas, clara sierra y 3 enfermera de otros piso de la institución.
Todas me sonríen maliciosamente.
-Espero que ayuden a magdalena mejor que yo-murmuro con cierta torpeza.
-Claro-dice clara.
-¿Ese es tu vestido?-pregunta las gemelas al mismo tiempo.
-Si-digo con tranquilidad y veo como todas contienen una carcajada.
-Cálmate-murmuro para mí misma.
-Ella se ve hermosa con ese vestido-asegura magdalena.
-Es cierto y si me disculpan pienso pagar este increíble vestido-anuncio caminado a la caja registradora.
-Adiós Carrión-se despiden todas.
No digo nada y les doy la espalda a todas.
Pago el odioso vestido y salgo de aquella boutique.
Antes de ir al hospital me cambie de ropa en mi casa.
-Hola doctora Carrión-saluda Theo al verme.
Cierro la puerta con seguro y me acerco a su lado.
Antes que dijera algo lo tome por el cuello y lo bese con todo el deseo que poseía en mi corazón.
Al principio el no supo que sucedía, pero luego me trepo en su regazo y comenzó a besarme con el mismo deseo que yo poseía.
-¿Quieres hacer una locura?-pregunta Theo al verme así.
-Después que sea junto a ti-le aseguro.
-¿Estas segura?-pregunta excitado.
Solo me aparto de él y desconecto la máquina que marcaba los signos vitales.
-Nunca estuve segura como ahora-le prometo y dejo que él me bese con todo las ganas. Me quita la bata con dificultad y me besa para ahogar una risita coqueta de mis labios.
-Eres hermosa-me asegura mientras me muerde el cuello dulcemente.
-Tu eres mío-le aseguro mientras nos miramos a los ojos.
-Quiero hacerte mía y solo mía-me explica.
-Hazlo-le pido.
-Quiero que sea perfecto-me dice.
-Ya lo es mi amor-le indico y me quito la camiseta para que vea mi sostén rosado.
El me observa y siento como su miembro crece entre mis piernas.
Me quita el sostén después de meditar sus acciones, las acciones de los dos  y las futuras acciones de los dos. Comienza a besarme, lamerme los senos y morder los pezones con ternura.
Nos besamos por mucho tiempo y dejo que el explore mi piel luego que mi quita las otras prendas y dejo que me observe por un rato. Es cuando siento que es mi turno de explorar, le quito con dificultad la piyama y el bóxer, dejo que mis manos, ojos y labios se deleiten con la curiosidad.
-Jamás hice algo en mi juventud-confieso algo tímida.
-¿Qué?-pregunta curioso.
Me sonrojo al no saber cómo decirle y sin contenerme hice señas con las manos, fue cuando el comprendió.
-Ahhh-dice sorprendió.
-Me preguntaba si podría hacerlo-indico y el asiente.
-Sí, no te gusta lo dejamos para otro día-me asegura con ojos tranquilo.
-No-digo y me bajo de su regazo. Me coloco entre sus piernas y le quito su ropa interior.
Tomo su miembro y sin temor alguno me lo introduzco en mi boca. Comienzo a mover mi lengua mientras muevo mi cabeza hacia abajo y hacia arriba. Al principio no sabía si lo estaba haciendo bien, pero sentí como su miembro se ponía duro y Theo colocaba sus manos sobre mi cabello.
-No-gime y me detiene. Me sube sobre él y comienza a besarme.- quiero tomarme mi tiempo para hacer todas estas cosas nuevas para los dos.-murmura.
-¿Lo hice mal?-pregunto.
-Jamás-niega con una sonrisa-, pero tenemos tiempo para eso. Quiero tocar el cielo contigo mi amada prometida.-me explica y me coloca de bajo de el.- ¿estas lista?-pregunta y asiento y abro las piernas. El entra dentro de mí y tengo q morderme los labios para contener un gemido desgarrados.
Al principio comienza lento, pero al ver mis ojos de súplica aumenta las envestidas mientras me besa los labios, el cuello y me susurra miles de palabras hermosas al oído.
Cuando llegamos al cielo él se desplomo sobre mi pecho. Al principio no dijimos anda y dejamos que las respiraciones volvieran a la normalidad hasta poder decir tan si quiera algo.
-Eres hermosa-me susurra Theo.
-Tu eres increíble-le digo mientras él se acomoda a mi lado. Me rodea con sus brazos y me observa.-te amo-le digo y el me besa la nariz.
-Yo te amo más-me asegura y me quede dormida en sus brazos.
Luego siento como alguien me sacude suevamente.
-Despierta bella durmiente-me dicen mordiendo la oreja.
Gruño
-Por ahí vienen las enfermeras-me indica y salgo de la cama con pesadez.
Ambos nos vestimos en silencio y no puedo evitar tener una sonrisa coqueta en mi rostro.
-Voy a comer algo en la cafetería y vuelvo para darte el alta-le indico.
Después de vestirme y arreglarme el cabello me despedí de Theo con un beso en los labios me dirigí al elevador.
Mientras esperaba delante del ascensor me encontré con Nicholai prince.
-Hola-dijo este al verme.
Mi sonrisa se transformó en una mueca de irritabilidad.
Lo ignore por completo.
El elevador se abrió delante de nosotros y ambos subimos sin yo diríjale la palabra. Marque el lobby y le di la espalda a Nick.
No podía verlo a los ojos y no sentirme enojada con él por todo lo que estaba sucediendo.
-Magdalena me dijo que hoy compraron los vestidos de dama de honor y de novia. Tengo que darte las gracias porque yo no podría hacer esto sin ti-dice y me volteo para verlo directamente a sus ojos. Esos ojos verdes que una vez me dieron paz, pero ya no había nada en ellos. Solo había dolor, enojo y frustración por ellos.
-Solo cumplo mis promesas-le dije fríamente.-, después de tu boda me mudare de España y no pienso volver jamás.-asegure aunque siempre consideraba volver a mi segundo hogar en el mundo. Lo cual dejaba claro lo último como una mentira humana de mi parte.
La cara de Nick se descompuso con horror.
-Hasta la boda no quiero que me busque o intentes hacer algo para cambiar mi forma de pensar-le ordene con voz fría y enojada.
-No-me dice y presiona uno de los botones del elevador y este se detiene.- no voy a dejar que te vayas de mi lado…
Se acerca a mi lado y me presiona contra la pared fría.
-Eres… eres mi mejor amiga-dice temblando de pie a cabeza.-no quiero que te vayas.
-Era-le recuerdo y lo empujo volviendo a poner el ascensor en marchar.- no quiero que me toques…
-Está enojada por que no te creí-me espeta furioso.
-Eres un idiota-le gruño mirándolo con rabia.- nunca ves más haya de tu única existencia prince.
-Tu eres un ser egoísta-me dice y sin evitarlo lo abofetee con toda la fuerza que poseía.
-No te acerques-le recuerdo y el elevador se abre delante de nosotros.
Mis ojos se apartan de los ojos de Nick y se encuentra con los ojos de Algarín.
-Carrión-me saluda, pero su rostro se alarma al ver la tensión entre Nick y yo.- ¿todo bien?-pregunta con desconfianza y un tono de irritación en su voz.
-Si-aseguro.-, me apetece una taza de café.-le indico y le tomo el brazo.
Nos dirigimos a la cafería en silencio dejando atrás a Nick frustrado.
Ya cuando estábamos fuera de los alcances de oído meticulosos y curiosos Algarín rompió el silencio.
-¿Que sucedió con prince?-pregunta y le explico en susurro.
-Desearía a verte visto-dice con descaro y lo miro sorprendida.-, hay que admitir que se está comportando de manera idiota y se lo merecía.
-Tú también te lo merecías en su momento-le recuerdo y pone una cara de pocos amigos.
-¿Cuál es el plan?-pregunta cambiando el tema.
-¿Estas bien con respecto a magdalena?-pregunto y Algarín suspira.
-Sí, ya no la odio y mucho menos no la amo como antes, pero siento miles de sentimientos por ella.-explica con sinceridad.
-¿Serias capaz de enfrentarte con ella con el fin de que ella hable?-pregunto.
-Si-dice sin meditarlo.-, solo para poder reclamar la paternidad de mi hijo.



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Se lo dedico al silencio que sabe guardar mas sentimientos que yo.

Elenatrix

jueves, 3 de abril de 2014

La Mujer Que Quiero Tener "capitulo 20"

Una Amiga






-¿Que te sucede?-me pregunta Demy al llegar a la casa.
Yo estaba sentada en el mueble bebiendo una botella de vino que no había sido guardada por Demitria.
-No tuve un día agradable-respondí fríamente.
-¿Porque no volviste después?-pregunto y la ignore.
Tome la botella de vino y me fui a mi habitación.
Me sentía muy furiosa con parís, magdalena, Algarín y todo aquel me llevara la contraria.
Después de beberme la botella de vino me dormí en mi cama.
-Sophia-me llamo Demy.
Abrí los ojos y me encontré con unos ojos azules.
-¿Qué?-pregunto.
-Estabas teniendo una pesadilla-me dice.
-Ahh-susuro.
-Pensé que debía despertarte para que pudieras dejar de gritar-explica ella algo preocupada.
-Gracia-agradezco algo avergonzada.
-¿Estás bien?-pregunta y niego con la cabeza.-duerme conmigo-pido y ella se acuesta a mi lado. Me abraza y deja que escuche su corazón latir.
-París me rompió el corazón-susurre.-, prefirió a magdalena que a mí. Prefirió la mentira que la verdad. No quiero volver a verle en mi vida, lo quiero lejos.-dije sollozando, pero sin que una lagrima saliera de mis ojos. Aunque me doliera yo no podía llorar y no podía llorar por el que una vez me robo lagrimas saladas.- es increíble que le crea a ella y no a mí.
-Todos los hombres son unos rompe corazones-murmura Demy.-, pero como te rompió el corazón ese patán.
Solté un gemido por el dolor que crecía en mi pecho.
-Lo que sucedió…-comencé a relatar lo que callaba mi pecho.
Cuando termine de contarle a Demy me rendí ante los brazos de Morfeo en los brazos de Demy.
Morfeo me permitió entrar en algo inexplicable que no podría decir si era un sueño o la realidad, pero sabía que había pasado varia semanas.
No muy lejos del hospital Nicholai había adquirido no hace mucho tiempo un apartamento para el vivir, pero lo que siempre me tenía curiosa que había provocado la separación de Isabela y Nicholai. Solo sabía porque estaba ahí, tenía que saber que me diría sobre Julieta.
Toque varias veces aquella puerta y el propietario me abrieron la puerta.
-Hola Nick-saludo y note que está en pantaloncillos y sin camisa.
Me sonrojo y siento como la boca se me seca.
-Hola Sophia- me saluda a verme.
-¿Puedo pasar?-pregunto sin mirarlo a la cara.
-Claro-murmura y me permite pasar. Entro y me maravillo por el aurea que se siente en la atmosfera. Era la primera vez que estaba en aquel lugar.- es raro verte aquí.-admite.
-No me buscaste cuando me baje del tren-le recuerdo algo fría.
-Lo olvide-dice mientras cierra la puerta. El vestíbulo tenía una mesita de caoba y la sala tenía unos muebles de color rojo intenso, una alfombra blanca cubría la sala de pared a pared, la mesa  tenía la forma de una mujer dormida del cual sostenía en su cabeza y en sus pies un cristal brillante. Las paredes estaban llenas de fotografías de persona que yo desconocía, pero hubo una que me dejo impactada. Era fotografía de parís y mía, cuando éramos jóvenes. Ambos estábamos vestido para ir al teatro, mi vestido era negro con lentejuelas, la joyería era liviana y plateada. París estaba vestido de gala y su corbata hacia juego con mi vestido.
Ambos sonreíamos en la fotografía y nos veíamos enamorados.
-¿Porque no lo vi antes?-me pregunte mientras me llevaba la mano al pecho.
-Ella es Julieta-me dice parís.-Ella te hubiera caído bien, ambas se parecen de muchas maneras-explica e intento sonreír pero solo muestro una mueca.- nos tomaron esa fotografía cuando fuimos al teatro a ver Macbeth. Ella no quería, no era muy fanática de que la fotografiaran pero esa vez ella me complació.
-Se ven enamorados-murmuro.
-Lo fuimos-dice este con tristeza-siéntate, ponte cómoda.
Me siento en el sofá sin apartar los ojos de parís.
-Puedes ir a cambiarte-le pido algo sonrojada y sintiendo como el vientre se me contrae.
-Claro-responde con unas sonrisas coqueta que solía otorgarme en mi juventud.
Espere a que volviera.
-¿Quieres vino?-pregunta y asiento.- ya regreso.
-Espero que te guste-me ofrece una copa de vino blanco.
-Déjame probarlo-le digo mientras lo acepto. Me acerco la copa y dejo que el sabor me embriagues la legua y luego la garganta para luego sentir un calor en todo mi ser.- es delicioso.-le indico mientras él se sienta a mi lado.- ¿Cómo te fue en el carnaval?-pregunto.
-Me encontré con Julieta-me dice y me observa esperando mi reacción de sorpresa.
-¡Enserio!-exclamo dramatizando y el me creyó.- ¿qué sucedió?
-Bailamos y pasamos una linda velada-responde algo modesto.
-¿Nada más?-pregunto fingiendo curiosidad
-Bailamos y ella me pidió algo de espacio-relato.
-¿Y?-pregunto y tome otro sorbo de vino.
-Kyle apareció y obligo a Julieta a bailar.-murmuro y esta vez no tuve que fingir los escalofríos ni mi palidez. París lo noto rápidamente y me acerco a mi pecho.-no pasó nada, la rescate cuando supe que nada andaba bien con ella. Amenazo con vengarse de nosotros incluyendo a Julieta…
-¿Porque a Julieta?-pregunto apartándome de parís y mirándolo a los ojos.
-Es difícil de explicar-me dice ocultándome algo.
-Dime-le pido y coloco la copa sobre la mesa. El alcohol no me ayudaba a pesar con claridad y a jugar mi papel de las dos caras de la moneda.
-Kyle cree que el causante de todos sus problemas entre ustedes soy yo. Que para ser justo él debe quedarse con Julieta y yo quedarme contigo.-murmura y me mira esperando algo de mi.-el cree que tú y yo tenemos algo...-dice y dejo escapar un bufido.
-Es imposible, tú no eres mi tipo-miento, pero parezco convincente.
-Soy una excelente actriz-me digo mentalmente.
París me mira con un semblante de dolor, enojo y frustración.
-¿Dije algo malo?-pregunte.
-Nada-murmura apartando mis ojos de su rostro.- tú y yo solo somos amigos y te veo solo de esa manera.-mintió.
-Ah-deje escapar de mis labios.
El ambiente era incómodo para ambos y ninguno decidió hablar por un minuto.
Volví a tomar la copa y beberme lo que quedaba de ella para tener algo que hacer.
-¿Deseas más?-pregunta parís.
-Por favor-pido sin mirarle a los ojos para luego ofrecerle la copa vacía.
Este toma la copa y desaparece de mi lado.
Sigo mirando la estancia y maravillándome con la fotografía de Kyle y parís.
Ambos niños se parecían a excepción del color de los ojos y la tonalidad de los cabellos. Kyle y Nicholai Prince se encontraban en un parque de juegos en un día soleado. Ambos tenían de poca felicidad, Kyle miraba de manera odiosa a Nicholai y Nicholai tenía un rostro triste y de mucha pena.
No tenía nada gracioso o hermoso aquella foto.
-Esa foto fue tomada el día de mi cumple año-me dice Nicholai a mi espalda.-tenía 8 años cuando fue tomada.-Nicholai se sentó a mi lado.- Kyle me pellizcaba y me golpeaba cuando nuestro padre se distraía y me decía cosas horrible.-explica mientras me entrega la copa llena de vino blanco.
-Horrible-murmuro.- ¿Por qué era así contigo?
-Kyle siempre me ha culpado por el divorcio de su madre con nuestro padre.-explica.-, su madre no era tan perfecta como el cree y luego que nuestro padre se enamorara de mi madre todo cambio entre ellos. Antes que terminara el divorcio de ambos mi madre estaba embarazada de mí y eso no fue de mucha gracia para muchos.
-¿Que sucedió con la madre de Kyle?-pregunte.
-Se casó varias veces después del divorcio con nuestro padre y se adinero lo suficiente para tener una vida alocada. Aun con todo el dinero del mundo nunca fue feliz y mucho menos fue una buena madre.-explico y tome un sorbo grande de vino.
-¿Que sucedió luego que apareció Kyle?-pregunto volviendo a que me revele su punto de vista.
-Fuimos al hotel a hablar-dijo.
-¿Nada más?-pregunto rodando los ojos.
-Ella me conto la verdad y nos despedimos.-explica sin darme más detalles. A pesar de todo Nicholai era un caballero.
No quise presionarlo más ya que no quería revivir la herida.
-¿Estás bien?-le pregunto preocupada por él.
-Si-murmura tranquilamente.-, puedo continuar con mi vida con magdalena. Ya elimine mi capitulo con Julieta y comienzo algo bueno y duradero con mi futura esposa y madre de mi hijo. También quiero poder darle esa vida que le di a juliana. Quiero tenerlo en mis brazos y darle todo lo que no pude a William…
-William-repito al escuchar el nombre de mi hijo.
-Fue mi hijo-murmura con orgullo y… dolor.
-¿Fue?-pregunto lo obvio y vuelvo a beber lo que queda de vino.
-Julieta quedo embarazada luego de nuestro último encuentro y luego perdió a nuestro bebe.-me dice y pongo la copa en la mesa.
-Lo siento-me disculpo y lo abrazo con todas mis fuerza. Siento como nuestros corazones laten como si fueran uno.
Me aparto de Nicholai y formulo una pregunta.
-¿Dónde está Isabella?
-Esta de en Francia visitando a su madre-explica.-, vendrá para la boda.
-¿Juliana?-pregunto.
-está en el colegio-responde.-, vendrá para navidad.
-Me alegro, deseo verla-le aseguro.
-¿Cómo te va con Molinarri?-pregunta tornado la conversación a mi dirección.
-Supongo que bien-digo con indiferencia.-, le daré el alta en algunas semanas.
-¿Luego que harás?-pregunta.
-Dejar de trabajar-respondo.-, quiero tomar tiempo para mí.
-¿Luego?-pregunta sorprendido.
Me encogí de hombros.
-No lo sé aun-mentí.
-¿No tienes una idea al menos?-pregunta preocupado por mi respuesta pero mi respuesta no fue articulada por que tocaron en la puerta.
-Ya vuelvo-me indica y me deja sola en la sala.
No escuche nada por varios minutos, pero luego escuche unos pasos aproximarse hasta donde yo estaba.
-Tengo antojo-chilla una voz irritante y veo a mi persona menos favorita en ese momento. Ella tenía su vientre abultado dando entender su primer trimestre de embarazo, aun así se notaba su belleza. Tenía un vestido rosa que favorecía su piel y su cabello. Ella cargaba unas revistas y libros.
-Phita-me apoda magdalena.
Rodo los ojos sin poder controlarlo y parís intenta esconder sus risita en un bufido.
-Magdalena-saludo sin ponerme de pie. Ella se sentó a mi lado y me dio un beso en ambas mejillas.
-¿Que te trae a estas horas?-pregunta con un tono furioso en sus voz, pero ocultándolo con su sonrisa tonta.
-Volví a la ciudad y decidí visitar a Nick-murmure.
-Es lo que te dije-le dice parís sentándose.
-¿Cómo te fue?-pregunta magdalena ignorando a parís.
-Aburrido el viaje-murmuro con indiferencia.-, no hice más que dormir y descansar nada más. ¿Cómo te fue a ti?-pregunto.
-Descansado como tu querida y organizando una boda-me indica enseñándome una de las revistas a la cual no mostré mucho interés.
-Se ve un trabajo muy fascinante-digo sarcásticamente sin contener una mueca en mi rostro.
-Deberías ayudarme-dice esta y amabas nos miramos a los ojos. Los ojos de magdalena reflejaban un odio y desagrado del cual nadie me había mostrado en la vida.
-Por favor-intervine parís.
-Claro-digo y siento que es mi sentencia de muerte.
La velada paso aburrida y algo desagradable para mí mientras ayudaba a los futuros esposos a organizar la boda del siglo.
 -Vas hacer la mejor dama de honor-me dice parís y siento como algo en mi estómago se retuerce.
-Lo intentare-aseguro mientras miro los catálogos de decoraciones.
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-¿Cómo esta Nick?-me pregunta Theo rompiendo el silencio.
Ya es de noche y estoy terminando de leer mis reportes en la habitación de Theo. Mientras yo escribo el dibuja para pasar el tiempo en mi silencio sepulcral.
Alzo los ojos para observarlo detenidamente, este tiene una piyama blanca con bordes azul celeste, su cicatriz a sanada muy rápido y ya no sentía dolor. Todas las pruebas y exámenes daban resultados positivo para ambos.
-Supongo que bien-contesto sin darle importancia a su existencia y volviendo a leer.
-¿Tu estas bien?-pregunta.
Para ser sincera no  me sentía bien, me sentía furiosa, traicionada y resentida, pero una parte de mi sentía lastima por Algarín y Nick.
-Si-mentí sin titubear.
-Sophia no sabes mentir-me indica Theo y lo miro a los ojos.
Grises como el hielo en invierno aunque a esas alturas era otoño.
-Estoy bien-vuelvo a repetir.-, él tiene una boda que planear y yo notas que redactar. Si me permites deseo terminar…
-¿Que te hizo?-pregunta y lo miro fríamente.
-Nada relevante-miento.
-Sophia-susurra.
-No quiero hablar de eso-le pido.-, solo déjame trabajar o si no me iré a mi oficina.
-Está bien-dice rendido y vuelvo a seguir leyendo para redactar.-, puedes hablarme cuando quieras.-me recuerda y no le dije nada. El resto de la noche trabaje hasta que Theo se quedó dormido. Me fui del hospital sin antes darle un beso en los labios a Theo por lo fría que había sido con él.
Mientras conducía pensé en Algarín y supe que debía encararlo de una vez por toda.
Le envié un mensaje a Demy y Grant explicando donde estaría.
Luego de estacionarme frente a la casa de mi colega y bajarme del auto sentí el deseo de fumar un cigarrillo. Había dejado el habito por petición de parís, pero ahora mismo no quería hacerle caso en lo absoluto.
Mientras caminaba a casa de Algarín sacaba una caja de cigarrillo y un encendedor de mi bolso.
Lo encendí con nerviosismo, sentía que volvía a tener mi droga de nuevo, aquella que me mataba los pulmones y me hacía sentir bien.
Inhale una cantidad razonable de manera lenta y sentí que el sabor era más amargo de lo que mi memoria recordaba, tal vez era el tiempo que había permanecido en mi bolso. Aun así seguí saboreándolo con desagrado, al menos tendría algo en los labios mientras tanto.
Cuando estuve delante de la puerta toque varias veces hasta que el mismo Algarín me abrió la puerta.
-¿Qué demonios haces tocando mi puerta?-me gruñe alcoholizado.
El olor a vodka me golpeo rápidamente.
-Quiero ser una buena amiga-dije sin pensarlo, tanto que me sorprendí.
El me miro perplejo y luego me dejo entrar a la casa.
Encontré botellas de alcohol bacías regadas por el vestíbulo.
-¿Dónde está tu hermana?-pregunte mientras el cerraba la puerta.
-No sé dónde coño esta ella y no me importa-murmuro enojado mientras me guiaba tambaleándose a la sala.-, se fue hace unos días a un retiro espiritual.-explica.
La sala era algo deplorable, había más botellas de alcohol, cajas de pizzas y comida sin terminar en descomposición en el suelo y muebles. El olor era ración y nauseabundo, pero contuve mi mueca de asco. La chimenea estaba encendida, pero la llama era tune y triste como Algarín.
El me hizo señas a uno de los sillones que tenía una pila de cajas de pizzas.
-¿Te molesta?-pregunto y no me responde. Pongo las  cajas en el suelo y me siento conteniendo mi mueca.
Dejo el bolso en la mesa que tenía delante de mí.
-No seas hipócrita-me indica mientras se sienta en un sillón que estaba impecable.
Aun con el cigarro en la los labios formulo una pregunta.
-¿Porque dices que soy hipócrita?-le pregunto de manera cordial mirándolo a los ojos, pero este me evito la mirada cuando mis ojos se fijaron en los suyos.
Inhalo y suelto lentamente la bocado de humo.
-Nunca fuimos tan amigos-me indica y se ríe terroríficamente.- en mi memoria solo puedo recordar que nos lleváramos bien en lo profesional y que yo te salvara el pellejo, pero de ser amigos…
-Somos amigos-le interrumpo.-, no soy hipócrita. Sabes que soy muy franca contigo y no tengo que mentirte.-le aseguro intentar llegar a un dialogo normal y sereno con un borracho.
-No quiero tu amistad-me dice con desprecio.-, eres igual que todas las mujeres.
-Yo no soy igual que magdalena-murmure enojada por su actitud y lanzo el cigarrillo de mala gana a la chimenea.
Sus ojos me miraron y una mueca ligera surgió en su rostro.
Rápidamente este lanzo la botella a mis pies y vi una bestia en vez de un hombre.
-Tu-gruño-, ¿sabías todo su plan?-se acercó amenazantemente.
-NO-Le grite y me puse de pie para detenerlo.-, yo escuche su discusión en las escaleras y nunca fui participe de esta mierda.-le dije.-, te lo juro por mis hijos que yo no tuve nada que ver. No creo que sea justo que magdalena haga esto, pero si tu no hablas ella se saldrá con la suya.-él se detuvo delante de mí y vi lágrima en sus ojos con la poca visibilidad que tenía a causa de la llama pequeña.
-No sé qué hacer-dice rendido y lo abrase para consolarlo.-, esa mujer me está llevando a la muerte.
-Esto no se puede quedar así-le aseguro.-, tampoco sé que hacer…-intento consolarlo porque su llanto resonaba en la habitación.- Nick no me quiso escuchar y dudo que yo desee hablarle-confieso.
-¿Qué sucedió?-pregunta sorprendido.
Él se aparta de mi lado y se sienta frente a mí.
-Siéntate-pide y niego la cabeza mientras me quito la chaqueta para dejarla en el asiento.
Yo le relato lo sucedido.
Suspira de mala gana.
-Es una bruja-me asegura y me siento luego de un cuarto de hora hablando con Algarín.
-Debes exigirle una prueba de ADN a Magdalena y yo te puedo respaldar. También puedo pagarte el mejor abogado de España-le índico.
-¿Que sucede si no es mío?-pregunta tristemente.
-Seguir adelante con el hecho que no le debes nada a magdalena ni a ti mismo.-murmuro mirándolo a los ojos.- eres mejor que esto y lo sabes. No puedo permitir que te hundas por una mujer. Más aun una mujer tan desagradable…
-¿Lo haces por Nick?-pregunta y niego la cabeza.
-Lo hago por ti, él no me necesita.-le recuerdo y siento una punzada en mi pecho.- y no más alcohol.- le digo poniéndome de pie.- levántate-le ordeno y el me mira con cara de pocos amigos.
Me obedece.
-Muéstrame el baño-le pido y me guía tambaleándose.
-Llegamos al baño del cual se encontraba en el segundo piso en frente a la habitación de Algarín y junto a dos habitaciones adicionales.
Me señala el baño y entro primero que él.
El olor que desprendía era desagradable y repulsivo.
Tenía una regadera pequeña con unas cortinas azules, sanitario estaba lleno de vómito y el lavado tenia botellas vacías de vino barato.
Sin contenerme mostré una mueca de asco, me acerque al sanitario y jale la cadena con repulsión para luego cerrar la tapa.
Algarín me miraba desde la puerta con vergüenza y enojo.
-Entra-le ordeno algo histérica.
Algarín entra sin quitarme los ojos de encima.
-Quítate la ropa-le ordeno y este me mira con más atención que antes.
-Estás loca-me indica y le sonrió con arrogancia.
-No lo suficiente, entra o tendré que meterte a la regadera con ropa-le indico mientras coloco el agua fría.
No me dice nada, pero se quita la ropa a excepción la ropa interior.
-Entra-le digo y el obedece.
El corre la cortina para que no lo vea bañarse.
-Esta helada-me dice enojado y temblando.-, sabes cuantos grados esta la temperatura.
-No me importa-murmuro-quítate los cazones-le indico. Este se los quita y me los lanzas fuera de la regadera.
-¿Dónde está la lavandería?-pregunto.
-Junto a la cocina-me dice tiritando del frio.
-Recojo la ropa y voy a la lavandería.
Encuentro un desastre catatónico.
-Que has hecho magdalena-gruño mientras pongo ropa a lavar en la lavadora.
Luego de colocar la ropa, ponerle detergente y dividir las próximas tandas vuelvo al baño.
-Encuentro Algarín saliendo del baño desnudo.
Noto que ha disminuido peso, pero aun así tiene un buen cuerpo. No era como parís o Theo, pero era guapo. Jamás lo había notado porque siempre lo vi como un hermano.
Verlo desnudo, el agua corriendo por su pecho velludo hasta recorrerle el abdomen hasta perderse en los vellos púbicos. Ver que tenía unas proporciones sorprendentes hizo que me sonrojara con vergüenza.
Aparte mis ojos de su cuerpo y mire el suelo.
-Puedes ponerte una toalla-pido avergonzada.
-Claro-dice también avergonzado.
-¿Comiste algo?-pregunto para cambiar el tema.
-No-susurra acercándose a mi lado.
-Vístete y metete a la cama.-le indico y al ver que abrí la boca lo interrumpí.-no comiences porque soy capaz de drogarte y colocarte un catéter nasogástrico. Alimentarte de esa manera para que puedas comer saludable y dejar de ser un mocoso.-le digo sin mirarlo.
-Vale-dice regañante.
Me voy y me encamino a lo que una vez fue una cocina.
Me tarde un rato considerable limpiar la cocina para luego preparar una cena considerable para Algarín y para mí.
No había mucho que pudiera ayudarme hacer un buffet, pero siempre había sabido que unos macarrones de queso siempre eran bienvenido en un estomago hambriento.
Subí con una bandeja para los dos a la habitación de Algarín y entre sin tocar.
Algarín  estaba acostado sin dejar de mirar una fotografía.
-Traje la cena, sé que no es algo pero espero que te guste-le indico mientras le pongo la bandeja sobre la mesita de noche.
-Gracias-dice sin apartar los ojos de la fotografía.
-¿Quién es?-pregunto.
-Magdalena-responde.
Rápidamente le arrebató la fotografía.
-Sophia-me grita enojado.
 -Deja de pensar en ella, tienes que eliminarla de tu corazón. Ella es un cáncer y te hará daño si sigues pensando en ella.-dije y tan simple como un suspiro rompí la fotografía delante de el en varios pedazos.
Los ojos de Algarín se inundaron de lágrimas.
-Yo la amo-me dice.
-ella no te ama-le digo fríamente.
-Tu nunca has estado enamorada carajo-me gruñe furioso.
-Claro que lo eh estado, sufrí como puta y cometí errores, pero tuve que hacerle frente y tu deberías hacer lo mismo. Tienes que demostrarle a esa bruja que eres mejor que el alcohol, la comida barata y este dolor que te consume. Sé que quieres morir antes de estar sin ella, pero tienes que aceptarlo…
-Como tu aceptaste que tú y Nick ya no tienen futuro-me restregar en la cara.
Me quede perpleja y me quede callada.
-Perdí el apetito-le indico y lo dejo solo en la habitación.
Fui a la sala en busca de mi bolso.
-Esto no puede seguir así-me dije a mi misma al ver el caos de aquella casa.
Tome mi bolso y rebusque mi celular rápidamente. Cuando lo encontré marque el número de Grant.
-Señora C-me saluda.
-Necesito un equipo de limpieza rápido-indico.
-¿Cuando los necesita?-pregunta.
-Primera hora en la mañana y necesito que le informes a Gautier que necesito de sus servicios.-le explico.- ¿ya terminaste con el informe de magdalena De León?-le pregunto.
-Si-me responde.
-¿Porque me lo dice a estas alturas?-pregunto decepcionada.
-Olvide la importancia de esa información debido a que estado en otros asuntos de los señores Molinarri…-
-¿Que asuntos?-pregunto
-La seguridad de Teobaldo Molinarri y Demitria Molinarri debido a las amenazas anónimas para señor Molinarri-explico.
-¿Que amenazas?-pregunto alarmada.
-Sospechamos que son de Kyle prince y creemos que alguien le ayuda-explico.
-¿Porque yo no estaba enterada?-pregunte enojada por tanta información.
-El señor Molinarri me aseguro que usted estaba al tanto sobre los sucesos-explico algo avergonzado mi guarda espalda.
-Gracias por mantenerme al tanto Grant-le digo enojada y le cuelgo sin decir adiós.
Necesitaba recostarme un rato por el día pesado que había tenido. Tome mi bolso, mi chaqueta y subí a la habitación de la hermana de Algarín. Sin pensarlo dos veces me acosté en su cama para descansar de todo lo que tenía registrado en mi cabeza.
Desperté antes que saliera el sol para ir a mi hogar hacerme y volver a casa de Algarín. Cuando volví este seguía dormido y pude llevar a cabo mi plan.
Como lo había prometido Grant un servicio de limpieza llego temprano a la casa de Algarín.
-Buenos días-salude al tener 5 asiáticas delante de mí.
Todas me hicieron un leve saludo con la cabeza.
-Deseo que dejen este sitio como un espejo mientras yo preparo el desayuno-explico mientras observaba a las mujeres. Todas se parecía demasiado y no sabía cómo distinguirla si no fuese por sus identificaciones que portaban en sus vestidos rosas y amarillo canario.-no deben hacer ruido ya que el dueño  de esta casa esta indispuesto.
Nuevamente todas asintiera para luego comenzar a trabajar.
Resople y me encamine a la cocina donde decidí hacer el desayuno para dos.
Ya cuando  estaba terminando de hacer tortillas sonó mi teléfono del cual estaba en mi bolsillo.
Lo tome mientras esperaba que tostara las tortillas.
-Diga-murmuro.
-Hola mi amor-saluda Theo.
-Hola-saludo y no puedo controlar una sonrisa fugaz.
-¿Qué haces?-pregunta.
-Haciendo tortillas para Algarín-respondo mientras saco la tortilla con la espátula y la coloco en un plato limpio.
-¿Porque?-pregunta curioso.
-Ayer tuvo una mala noche y me necesita.- explico.-, supongo que hoy no iré a trabajar, iré luego para verte.
-¿Me podrás decir que es lo que te enoja tanto?-pregunta y suspiro.
-Si-respondo resignada.
-¿Estas bien?-pregunta por mi suspiro.
-No-respondo mientras apago la estufa.-, siento que debo hacer algo por Algarín y por Nick. También siento que no eres sincero conmigo.
Él se queda callado ante mi comentario.
No le vengas a regañar a mi guarda espalda.
-¿Que sucede con el?-pregunta con un tono curioso fingida e irritante en su voz.
-Es mucho de explicar por el teléfono-murmuro.
-Como desees-dice algo rendido.
-Podríamos decidir el tema y la música-pido para intentar hacer algo de los dos.
-Claro-dice animadamente.-, ¿podríamos hablar sobre la nueva casa?
-¿Cuándo sabré lo que tanto me ocultan?-pregunto haciendo un puchero.
-Pronto-me promete.
-Adiós-me despido y escucho que me lanza un beso desde el auricular.
Cuelgo y guardo el teléfono en mi bolsillo delantero.
-Buenos días-saluda Algarín.
-Hola-saludo con una media sonrisa.
Este mira la cocina algo sorprendido.
-¿Porque mi casa está llena de asiáticas idénticas?-pregunta Algarín.
-Siéntate y te lo explico-le ordeno mientras coloco el desayuno en la barra de la cocina.
Este me mira algo extraño y se sienta sin apartar los ojos de mí.
-Son un grupo de limpieza que contrate para hacer tu casa más habitable para ti.-explico y le entrego los cubiertos.-ahora come porque vamos a hablar sobre magdalena y todo lo demás.-este lo acepto.
-¿Tienes un plan?-pregunta y asiento.
-¿Cuál es tu plan?-pregunta.
-Come-le ordeno.- ¿deseas café o té?-pregunto dándole la espalda.
Café sin azúcar-responde mientras busco las tazas de porcelana el gabinete.
-Necesito que confíes en mí y hagas todo lo que yo te ordene sin replicar.-le digo sin mirarlo a los ojos.
Escucho un suspiro detrás de mí.
Encuentro dos tazas de porcelana y las tomo.
Sigo dándole la espalda a Algarín.
-Claro-dice resignado.- ¿qué hago?-pregunta y voy al fregadero. Lavo las dos tazas y tomo mi tiempo para secarlas y servir el café en ambas tazas para luego servirle leche.
Tomo ambas tazas y le entrego una e Algarín.
-¿Azúcar?-pregunto y me indica el especero que esta sobre la barra.
Me siento a su lado.
-Tienes que saber y razonar de una vez magdalena no te ama y no importa cuánto hagas no te va amar.-le digo tan crudo como pude y observo sus ojos. Estos se muestran dolidos, pero no muestra ni una lagrima.
-Desde hace mucho tiempo me hice la idea-dice con odio.
-Segundo debes verla como la madre de tu hijo o hija nada más eso, recuperar tu derecho como padre y ser un buen padre- tomo el azucarero y lo vierto en mi taza de café.
-¿Cómo piensas hacer eso?-pregunta mientras cortaba en trocitos las tortillas.
-Tengo a Gautier como excelente abogado y por la paga no te preocupes corre por mi cuenta. Desde hace unas semanas estuve investigando a magdalena porque nunca me brindo confianza. –explico y tomo un sorbo de café dulce.
Algarín no dice nada y comienza a comer en silencio hasta que llegan las asiáticas a la cocina y comienzan limpiar sin molestarnos.
-¿Cuándo se irán?-pregunta en susurro Algarín.
-Cuando terminen-explico.
-¿Que vas hacer hoy?-pregunta.
-Ir al hospital y decirle al jefe que regresaras a trabajar mañana.-le indico y lo miro detenidamente. Sus ojos se vuelven alarmante por un segundo- necesitas volver a tu vida y demostrarle que todo sigue como antes. Luego iré a ver a mis pacientes.
-¿Molinarri?-pregunta cambiando el tema Algarín.
-¿Que hay con él?-pregunto fingiendo indiferencia.
-¿te enamoraste de el?-pregunta y niego rápidamente.
-Eres una pésima mentirosa-me espeta mi amigo con una sonrisa.
-Estás loco-le indico mientras me pongo de pie.-, me tengo que ir. Cuando ellas terminen se irán. Ya yo les pague, no te preocupes por nada. Tampoco se te ocurra buscar el alcohol por que lo arroje a la basura y vendré a visitarte para ver que no compras más.
-¿Algo más mama?-pregunta con un tono sarcástico.
-Iras a terapia con una colega de Barcelona que conocí en una convenciones-le indico.- ella vendrá la próxima semana y deberás a cundir a la cita cuando esta te llame.
-Jamás pensé decirlo, pero jamás podría verte como mujer Sophia. Eres dominante, algo controladora y siempre estás un paso delante de nosotros. Llego un tiempo que creí que no tenías nada de sentimientos, pero adoptaste a eso niños y vi tu amor de madre, llego parís y vi como tus ojos se iluminaban al verle y finalmente te vi con Molinarri. Vi cómo te sonrojabas, te preocupabas por el más de lo normal y cuando le salvaste la vida de esa manera violenta comprendí que tu si tenías sentimientos, que en ti había algo bueno.-suspiro y me miro detenidamente.-cuando te encontré en aquella calle indefensa vi alguien diferente a Carrión, vi un ser humano. Después de eso me has sorprendido y has ganado que te amé de la misma manera que amo a victoria. Perdón por haberte tratado de esa manera, pero jamás pensé que yo te importara tanto y creo que no debí tratarte de esa manera tan hostil y cruel.- murmuro y me tomo por las manos.-gracias.-y me besas ambas manos.

-Para que están los amigos-susurro y siento una sensación de jaleo en mi corazón.



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Esto es solo para ti, cuando dije que te amaba lo dije enserio porque yo si podia amarte, pero no podia demostrartelo porque una vez lo intente y me rompiste en mil... pedazos. ese amor que senti una vez lo transforme en algo q yo mismo no puedo enteneder. es un amor que esta ahi encadenado al dolor y que no se puede separar de mi y ser libre. no puedo amarte como deseas porque soy tu amiga. eso lo decidiste tu y solo estoy aqui para cumplir mi papel aunque tenga mil sentimientos.... aunque al final nunca tengas de mi lo que quieres.

Espero q te guste

 para ti River.


Elenatrix