Entre la vida y la muerte
Que hiciste magdalena-le reprocha parís a la rubia.
Decirle la verdad-responde ella y
siente como alguien me sacude bruscamente.
Despierta Sophia-pide Nicholai y abrí los ojos. Me encontré tomada en
los brazos de parís.- ¿estás bien?-pregunta parís.
Creo que tengo una intoxicación-miento.- solo necesito ir a casa y descansar
para venir a trabajar tan pronto como sea posible. ¿Ya puedes bajarme?-le pregunto.
-No-me dice este.- no te ves bien, deberías dejar que te vea un médico…
-Ella es un médico-le interrumpe magdalena.
-Ella tiene razón, solo bájame…-pido y este me pone en el suelo sin
soltarme la cintura.
-Deberías ir a comer algo-me sugiere y meigo con la cabeza.- al menos
déjame llevarte a tu casa.
-No-digo rápidamente alegrándome la ropa.- puedo conducir sin problema
alguno-digo y recuerdo la razón por la que me desmaye.-además no creo que
deberías dejar sola a Magdalena en su estado-digo con la frialdad que puedo
escupirle.
-Deja que sophia se vaya –le pide magdalena a Nicholai.
-No ves que parece un fantasma-le dice este enojado.- la llevare a su
casa y luego iré a la tuya-le dice Nick a Magdalena.
-Vale-dice esta resignada y molesta con parís.-llámame tan rápido como
puedas-le pide y este asiente.
Me vuelve a coger por los brazos y me lleva a mi auto.
-Nick suéltame-le digo, pero no tengo la suficiente fuerza para pelear contra
él.
-Vete con ella-le ordeno.
-Tú eres importante también-me dice él y siento las ganas de vomitar de
nuevo.
-Tu hijo más importante-le recuerdo y siento los brazos de Nicholai
ponerse tensos.- felicidades-digo intentando no ser sarcástica.
-Supongo que debería de alegrarme-dice él y yo me pongo tensa.
Me mantengo callada, espero a que me lleve mi auto.
-Dame las llaves-exige y yo molesta la saco de mi bolso y se las
entrego.-gracias-dice con una mueca torcida.-me pone en el suelo y abre la puerta
del copiloto. Entro con la ayuda de este y este cierra la puerta. Rodea mi auto
y sube al asiento del conductor.
-Trata bien a mi bebe-le advierto y este enciende el auto.
-Claro Sophy-dice con una mueca en el rostro.
-Durante el camino no dije nada ya que no tenía nada que decir, mis
sentimientos estaban en el suelo al igual que mi orgullo. El hombre que tenía a
mi lado tendría lo que yo no pude darle y no parecía a gusto. Sabía que el
fondo debía sentirme feliz porque mis planes habían dado frutos y de tal manera
en poco tiempo. Si él era feliz y debía serlo, debía enterrar a esa mujer que
una vez fui.
Cuando llegamos a mi casa no puse resistencia cuando este me llevo a la
puerta de mi casa. Esta vez yo abrí la puerta y deje que Nick me llevara a la
cocina.
-¿Cuándo fue la última vez que comiste algo?-pregunto cuando me sentaba
en la silla del comedor.
-No lo recuerdo-admití.-, supongo que el día que murió mi padre. Lo último
que comí con ro… con un ex novio mío- corregí ya que por un segundo digo
Romeo.-fue pasta y panecillos italianos.
Nicholai rodo los ojos con una chispa peculiar.
-Yo cocinare y me cuentas de ese ex novio tuyo-me dice mientras busca en
la nevera.
-Él es una persona importante para mí y no hay nada más que hablar de
ello-dije.
-¡Que reservada!-exclama con sarcasmo.
-Cuando pensabas decirme que esperas un hijo de magdalena?-le pregunte cuando sacaba unos panecillos y mantequilla
de maní con jalea.
-En la cena-murmuro Nicholai.- mientras preparaba panecillo con
mantequilla de maní y jalea.- ¿deseas leche?-pregunta y asiento.
-¿Cuando fue que paso?-pregunto y me pongo de pie. Busco dos vasos de
cristal para servir la leche.
-No sé cuándo-responde y lo miro conteniendo mi cara de horror.- según
ella sucedió el día que te deje sola en el bar. Esa noche cenamos y bebí más de
la cuenta. Solo sé que al siguiente desperté con una resaca y con ella en mi
cama desnudo. Al principio creí que era imposible, pero las siguientes semanas fingí
no saber de ello…
-¿Porque?-pregunte sin comprender su actitud.
La única mujer con la que me había costado en mi vida fue con Julieta y
no creí volver hacerlo con otra mujer que no fuera ella. Ahora que magdalena no
sé qué hacer, yo no quiero ese hijo-admitió y unos de los vasos cayeron al
suelo.
-Vete de mi casa-le ordeno.
-¿Qué?-pregunta sin comprender.
-Lárgate-le digo.- no quiero tener a un hipócrita y narcisista en mi
hogar.- comienzo a recoger los pedazos que cayeron al suelo.
-¿Porque reaccionas así?-pregunta e intenta ayudarme, pero lo que
provoca que me corte.
La sangre de mi mano se esparció por el suelo.
-Lárgate-le digo cogiendo un paño y deteniendo el sangrado.- solo
piensas en ti, una criatura no es un impedimento y mucho menos un problema. Si,
magdalena lo concibió contigo es tu responsabilidad. No puedo creer que te
comportes como un idiota-le digo con rabia.
-Yo no amo a magdalena-me dijo y le lance el paño lleno de sangre.
-Sal de mi casa-le pedí furiosa.
-Déjame ayudarte con eso-me dice señalando mi herida.
-No quiero verte-le digo con rabia.- me das asco…
-Yo…-comenzó.
-Solo vete-le dije y lo deje solo en la cocina.- recoger toda esta
mierda antes de irte.
-Al menos come-me implora.
-Perdí el apetito-susurro y salgo de la cocina dejándolo solo.
Subo a mi habitación y me encierro dentro de ella.
Como era posible que Nicholai, mi
parís se comportara de tal manera. Porque el hombre que yo amaba se comportaba
de esa manera cuando debía de estar contento por su suerte. Podía tener la
familia que yo no le pude dar y podía olvidarse de mí, pero seguía resignado a
pensar en solo en él.
Me limpie la herida del cual no era profunda y la vende para no que se contaminara.
Luego de ver la hora decidí ir a comer algo, pero cuando abro la puerta
encuentro una bandeja con mi cena.
-Nick-lo llamo y no encuentro a nadie.
Tomo la bandeja y entro a mi habitación.
Ceno en silencio y luego llevo la bandeja a la cocina. Todo estaba
limpio y solo una nota llamaba mi atención.
Tomo la nota y leo rápidamente:
“Sorry por ser una bestia y un animal”
Dejo todo en el fregadero y me voy a la sala. Enciendo la televisión y
comienzo a ver lo primero que aparece “el huésped”
Antes de llegar a los créditos yo estaba dormida en la sala.
Al día siguiente desperté irritada porque mi primer recuerdo al
despertarme fue la discusión de Nick conmigo y su actitud arrebatadora.
Después de tomar un prolongado baño de agua caliente y haberme vestido
me fui al hospital. Cuando Salí de casa no había salido el sol y cuando había
llegado al hospital la luna seguía siendo la dueña de la noche. Tome el elevador
solitariamente sosteniendo mi maleta de cuero y un café en la mano derecha del
cual había comprando en la cafetería que estaba delante del hospital. En mi
piso no había nada emocionante más que el silencio que era interrumpido por las
maquinas que estaban conectadas a los pacientes. Fui a mi oficina y comencé a
organizar el papeleo que había sido dejado en mi escritorio en mi ausencia.
Me tomo toda la madrugada y parte de la mañana organizarme y ponerme al día,
pero me sentí satisfecha por mi trabajo. Después de terminar fui a hacer rondas
y ver a mis pacientes lo cuales se mostraron confiados y seguros por mi
regreso. Ya a las nueve de la mañana me reuní con mis residentes de los cuales
seguían siendo fieles a mi régimen
estricto.
Me tome la libertad de elegir a los 2 residentes que me asistirían en la
intervención, los cuales para sorpresa de mucho fue la hermana de Fernández y
lo cual no fue una duda Maddison.
Hoy no tenía operaciones porque todas habían sido elaboradas por Kyle.
Yo estaba platicando en la sala de conferencia con Algarín quien me
contaba lo últimos acontecimientos.
-¿Ya supiste?-me pregunta mientras tomo un sorbo de café.
-¿Qué cosa?-le pregunto con falta de curiosidad.
-Magdalena se casara con uno de los prince-dice con amargura y dejándome
con sorpresa absoluta.
-¿Cuándo sucedió esto?-pregunta.
-Anoche prince le propuso matrimonio en el lobby y ella acepto como era
de esperarse-dijo escupiendo odio.- es la noticia del siglo en este hospital
tanto que se rumora demasiadas estupidez por parte de las gemelas bruno.
Me quede cayada y seguí bebiendo café porque de mi boca no podría salir
ni una sola palabra.
-Pienso que deberíamos ir al festival de máscaras-me dice este sacándome
de mi silencio.
-¿El festival anual de mascarada?-pregunto y el asiente.- supongo que
si-respondo después de meditarlo.
-Voy a ir disfrazado como uno de los mosqueteros junto a mi hermano y
Baello.-me dice con una leve sonrisa.
-Yo aún no tengo disfraz…
-Deberías buscar uno ya que muchos quieren llevarse el premio del mejor
disfraz-me interrumpió el.
-El año pasado se lo llevo Magdalena con un desconocido-dijo el algo
sonrojado.
-¿Quien fue ese afortunado?-pregunto curiosa.
-Ni idea-dijo este- ¿ya viste a Molinarri?-pregunta cambiándome el tema.
-No, ¿porque debería de verlo?-pregunto haciéndome la indiferente.
En toda la mañana no lo había visto por estar ocupada y aprovechaba ese descanso
para ponerme al día de lo todo lo que había ocurrido.
-Se pone insoportable cuando no estas por sus alrededores especialmente
con Prince.-dice con una risita en los labios-es buen jugador de ajedrez si
quieres saberlo.
-¿Cómo sabes eso?-le pregunte.
-Jugué una partida con en tu ausencia, suele hablar de cosas
interesantes. Incluyendo los lugares que ha estado y las aventuras ah tenidos
durante su corta vida.-explico y sentí curiosidad por saber más de Theobaldo
Molinarri.- también habla mucho de ti…
-¿Que dice de mí?-pregunto emocionada y eso no paso por alto por Algarín.
-Que eres hermosa, inteligente y que eres la mujer que él quiere tener-respondí
y me siento alagada.
-¿Enserio?-pregunto si creérmelo.
Algarín asintió.
-Realmente le gustas-me confirma Algarín.- y si te importa mi opinión, debería mandar
todo al diablo y arriesgarlo todo con Theo. Aunque no dure mucho en el
quirófano, deberías arriesgarlo todo con el mientras puedas por que no sabrás
cuando puedas sentirte querido por alguien-me aconsejo.
-Gracia-digo y me pongo de pie.-debo hacer algo…adiós-digo y Salí
corriendo hacia la habitación de Molinarri.
Este leía Hamlet con cierta concentración.
-Bésame- pedí cuando cerré la puerta en mi espalda.
-¿Este cambio repentino?-pregunta curioso dijo al ver que le ponía
seguro a la puerta.
-Tal vez sea la última vez que estés con una mujer, tal vez sea la última
vez que pueda yo amarte-dije y me acerque a el-quiero que me hagas tuya y de
nadie más-pido.
Me quito la bata y la lanzo a la silla que esta junto a la cama.
Me acuesto sobre Theo y siento sus ojos fijos en los míos.
-¿Estas segura?-pregunta sin comprenderlo que yo decía.
-Si-respondo y me acerco sin contenerme.-ya quiero romper las reglas-le
tomo el mentón y lo beso con violencia, pero él me aparta bruscamente.
-Sophia-me detiene.
-¿Si?-pregunto algo asfixiada.
-No quiero tenerte así-admite y siento que la mandíbula se abre con
libertad.
-¿Porque?-pregunto haciendo un puchero.- ¿Me veo fatal?-pregunto.
-No, te ves hermosa es que no quiero hacerte mía sabiendo que puedo
morir luego. Tampoco quiero ser dueño de ti si tu corazón ya tiene dueño,
quiero hacerte mía en cuerpo y en alma. Esta de ti mi amada sophia amarme-dice
y me siento rechazada por primera vez por un hombre.
-Debería irme-digo avergonzada.
-No-me lo impide rodeándome con su brazos en mi cintura.- quiero pasar
mis pocas horas de vida así, teniéndome para mí y quiero conocerte mas aunque
tengas miedo decirme la mujer que realmente eres. Quiero oír la verdad antes de
morir.
-¿Toda?-pregunto y el asiente.
-Quiero saber la historia que nunca se ha escrito de esta mujer de ojos
café y no verde. Esa mujer que se esconde en esa piel pálida con un tono de
arena. Revélame cada parte de tu ser y te prometo que la amare…
-Sí, ¿esas partes están rota?-le pregunto.
-Seré yo el doctor y curare esas heridas notables y graves.-me asegura.
-Vale-comienzo y me acomodo a su lado para sentirme más cómoda a su
lado. Molinarri me arropa con sus sabanas y me brinda calor y ese olor a menta
que tanto amo.- Había una vez…
-¿Estas lista?-me pregunta Pérez mientras no lavamos las manos en el
fregadero.
-Si-digo seriamente.
-Te ves diferente-responde con nerviosismo.
-No le digo nada y termino de limpiarme las manos.
Entro al quirófano y una de las amigas de magdalena me pone los guantes
y veo que en mi mesa esta Theo aun consiente con una sonrisa en el rostro.
-Hola-me saluda y le sonrió de manera de respuesta.
-¿Listo?-le pregunto.
-Estoy listo, pero si tú lo estas-me dice y asiento.
-¿No tienes nada que decirme antes de que llegue el anestesiólogo?-le
pregunto nerviosa ya que después de revelar mi identidad no pude saber de su reacción
ya que un paciente se me arresto.
-Estoy enamorado de la mujer que eres y te acepto tal como eres. Solo
quiero que me ames…
-Ya empezó a amarte desde el momento que te escuche cantando en la
regadera-le susurro para que solo él me escuche.
El me mira sorprendido.
-No quiero perderte-le digo con tristeza.-, no quiero estar lejos de ti
y si aún amo a Nick, pero quiero amarte a ti más que nada en el mundo.- le confieso
y siento que es la primera vez que le digo alguien en mucho tiempo que siento
amor por esa persona.
-Yo también quiero decirte algo, pero te lo diré después de la operación-me
dice.-, pero si todo sale mal dile a Demy que la amo mucho y que los quiero a
todos…-comienza a decirme, pero lo detengo con mi mirada.
-No digas eso porque sobrevivirás-le aseguro.
-Aun así quiero que se los diga-me ordena y asiento.- por favor sonríeles
a todos porque tienes una cara de espanto-me aconseja y miro a los espectadores
que nos miran desde la sala. Puedo distinguir algunos colegas, mi jefe, mis
residentes, Demitria y Paris.
-Como quieras-le digo y le sonrió para que se sienta cómodos y confiados.-suerte,
sueña conmigo cuando tenga la anestesia-le digo cuando entra el anestesiólogo. El anestesiólogo comienza hacer su trabajo.-cuéntame
cual es la raíz cuadrada de 9?-le pregunto.
-Es…3-dice con dificultad.
-¿Cuéntame cual es la raíz cuadrada de 16?-le pregunto, pero no me respondió
ya que sus ojos grises se cerraron por la droga que está fluyendo por su vena periferia.
-Todo listo-le digo al anestesiólogo y este me murmura un si.- ¿todos están
listo?-le pregunto al grupo de profesionales que estarían junto a mí.
-Todo listo-me confirma Pérez, Maddison y la gemela Fernández junto a
los demás.
-Vamos a comenzar-anuncio mientras tomo el bisturí para abrí en la marca
que Pérez le había hecho a Molinarri.-Ahora o nunca…
Cuando era joven leía mucho poemas, pero uno de mis favoritos era los de
Robert Frost y por alguna razón yo escribí una historia que se titulaba “Dos
caminos” y lo que había escrito me había dejado tan impactada que desee jamás revelarlo
ante otra personas por que la historia no tenía un final feliz para mí.
La historia que había escrito era esta:
La lluvia caí sobre dos almas que a su vez se conocían por primera vez.
Ambos caminaban en un sendero verde y frondoso, con una vegetación hermosa y
otoñal. Ambos seres no se veían el rostro ya que la dama en cuestión se
ocultaba de aquel hombre. Platicaban de sus vidas ajenas, normales y cotidianas
como si fueran amigos de miles de años. Pero eso no era una amistad de milenio
era una amistad diplomática en la cual el caballero la hacía sonreír y ella
solo se conformaba con no mirarle la cara. ¿Cuál era ese secreto?, ese secreto
que ella guardaba era que su corazón ya tenía dueño y ella no quería faltarle a
ambos hombres. Porque ella sabía que hombre que caminaba a su lado en ese
sendero verde frondoso, con una vegetación hermosa y otoñal se estaba enamorado
de ella. Aunque fuera una mujer fuerte no era tal criminal. Ella no podía
permitirse ser una apostadora y jugar al mayor postor por amor, debía ser justa
y honesta. El al ver el silencio que había entre ambos le pregunto qué era lo
que la atormentaba en esa llovizna romántica. Ella le confeso que ella le
pertenecía alguien y que a su vez ella sabía lo que el sentía por ella. Él se
quedó sorprendido y el perplejo por tal confesión honesta y humilde. El hombre
se detuvo en el camino y la tomo por lo hombros y ella pensó lo peor. Vio su
rostro acercase al suyo, su mente imagino sus labios sobre los suyos, el tono
carmín que tendrían luego de besarse y la sensación en su estómago después de
dar su aliento, pero el hombre la beso en la mejilla. Cuando se apartó le
susurró al oído que él no la pondría en una situación comprometedora, que con
tan solo tenerla pegada a su cuerpo y su corazón tocando el suyo sería
suficiente por ahora.
Solo por ahora sería suficiente para esas almas.
Ella sonrió con tristeza y no
dijo nada. Ambos se apartaron y
siguieron caminando por el sendero en silencio ya que ninguno sabía que decirle
al otro. Ella desearle corresponderle, pero como era posible si ella ya le
pertenecía a otro. Aunque fueran hombres diferentes hacían que sus mejillas
tomaran un tono rosado y que viera las cosas de dos puntos.
Durante el camino el camino se divide en dos y por cosa del destino
ambos seres se separan. Ella con un leve adiós lo despide y un beso inundado de calor en sus mano ella
continuo por su camino solitario en el cual ya no hay lluvia si no un sol
brillante, luminoso, pero acompañadas de unas ráfagas de vientos. Las ráfagas
movían sus rizos cobrizos provocando risas en la mujer debido a las cosquillas
de sus rizos. Cuando la mujer creía estar sola apareció su amado, la tomo por
la cintura y la beso con ternura. Su corazón volvió a latir como había hecho
desde que se habían conocido, pero dentro de eso corazón estaba una hebra fina
de duda. Una duda que la fastidiaba, pero guardo silencio por su amor. El amor
de su vida decidió a compararla ya que una chica como ella no debía estar sola
en ese sendero verde y frondoso, con una vegetación hermosa y otoñal. Durante
el camino él le platico mientras ella guardaba silencio sobre esa vida que
tendrían juntos y de ese amor que solo los dos conocían, pero a pesar de que
esas cosas eran hermosas y bellas no alcanzan el clima que ella añoraba
saborear. Ella quería oír esa dos palabras que la hacían temblar de pie a
cabeza o es ¿que era mucho pedir?
Que le costaba decirle que no quería perderla porque era y es lo más
importante que tenía. Que aunque era un deshonroso ante los poetas y pensadores
de amor el cómo su amado la veneraba como una diosa y que el fondo el solo
imploraba que ese amor y lealtad que ella solo podía dar fuera infinito. Fue
cuando ella pregunto qué haría el para no perderla y solo el silencio respondió
por él y eso le dolió en el corazón. Tal ella con su dolor guardo silencio
nuevamente mientras caminaban.
Durante el camino nació
dos camino a los cuales los dos se separaron y nuevamente la chica se quedó
sola ya que su amado se quedó atrás con un solo “adiós mi estrella”. Fue cuando
sintió una ráfaga de sentimientos invadirle ya que ambos hombres era sin duda
lo que ella necesitaba y quería. Por más que caminara no podía quitarse esa
leve duda que nacía en su corazón. Pensaba en ese chico que apenas conocía, la
trataba como dama, como su igual y con cierto aire de misterio, pero era de
tiempos diferentes y él no tenía ese terroso de piratas que vale más que el oro
y la plata.
Su corazón
Cambio sus pensamientos volvió a pensar en su amado, recordó eso
momentos que hacían que todo valiera la pena, esos besos, carisias y esas
muestras de amor que se habían regalado mutuamente. Las ilusiones y los sueños
que ella misma tenía en secreto y que negaba, tampoco deseaba aceptar por temor
a rechazo. Ella había prometido estar con el dueño de su corazón ya que en el
fondo ella además de su amada era su amiga. Una amiga diferentes a las que
usualmente estaba a acostumbrado a tener, una que se preocupaba más en el que
en ella misma y hacia lo imposible para serlo feliz. Aunque todo sonara
perfecto, pero no era así. Todo era obra trágica sin un final determinado, pero
en un clímax excitante para ambos.
Entre ambos había una grieta llena de indiferencia, ignorancia y miedo.
Ella sabía que era grietas que ellos mismo debía solucionar para poder estar
estables como parejas. Ella lo amaba a ciegas y con temor, porque ella conocía
y sabía lo que era tener un corazón roto y amar a ciegas era como ir a la
guerra sin chaleco antibalas. Ella sabía que su miedo era por una tercera
persona del cual no pertenecía a su pasado, pero si al de su amado. Tenía miedo
de lo que podía provocar ese ser entre ambos, la indiferencia que el demostraba
en ocasiones que se mezclaba con anti romanticismo. Porque eso lo que no había
entre ellos romance ni cortejo por su parte y eso era parte de la grieta. La
indiferencia era el peor golpe para la chica porque ella tenía la percepción de
ser más que un ser invisible ante los ojos de ese amado en ocasiones.
Ella quería ser más que eso para él, ser lo más importante y su única,
pero siempre era difícil para ella remplazar lo que la superaba a ella con
facilidad. Ella la que estaba en último lugar en ocasiones y eso le dolía,
porque era por cosas insignificantes e irrelevantes. Ambos eran de mundo
diferentes tanto que ella se sentía de Mercurio y al él marte, no tenían lo
mismo gusto, ni habilidades, creencias, sueños y sentimientos. Ella sentía que
él era lo que ella tanto había necesitaba, pero que no buscaba. Ella no buscaba
a alguien como él, ella buscaba alguien más allá de eso parámetros establecidos
hasta alcázar aquella divina perfección que ella solía conciliar y otros no.
Ella que podía hallar belleza en una orquídea que habitaba en un
pantano. Belleza donde en un chico callado y ajeno a la humanidad. Porque antes
de haber conocido a esos hombres ella había conocido a muchos que ella sano y
reparo ciertos pedazos rotos sabiendas que ella era la que saldría perdiendo.
Aun así ella sigue en eso dos caminos, en los caminos del amor.
El amor que ella tanto anhelaba amor puro y verdadero, cortejo, pero no
como el de ahora si no como el de la vieja escuela. Ese amor sin miedo que ella
un vez supo saborear con gratitud, pero maldición un amor que me quite el
aliento, el dolor, la vida con una sola mirada sincera y humano. No es mucho
pedir, ¿verdad que no?
Ella misma se había dicho así misma “que simplemente es que ya no existe
esa clase de amor”. Ese amor que había leído en libro, visto en obras de
teatro, amor que comprendido en un lienzo de un artista muerto y una rima sin
sentido de la sociedad de los poetas muertos.
Las ráfagas de viento y el sol brillante de otoño desaparecieron para
dar paso a la noche y a una luna plateada en un lienzo de negrura con
luciérnagas estrelladas en ese lienzo. La mujer sonrió a medias siguió
caminando por ese camino que ya se había vuelto infinito y en ocasiones
solitarios, pero al sucedió. El camino se dividió en tres pareciendo una cruz
(+) en el nuevo sendero de la izquierda apareció el hombre que la cortejaba sin
miedo alguno. Desde lejos se veía caer la nieve y hojas de los arboles antes
sus ojos todo se veía apaciguado.
Ella sonrió y miro el sendero del medio esperando encontrar algo
distinto. Solo encontró negrura como la que ya había estado sola.
Decepcionada por no encontrar algo más
decidió mirar el sendero de la derecha y encontró a su amado.
Imperfecto y fuera su mundo.
Ella le sonrió y él le devolvió la sonrisa. En ese sendero había un sol
brillante y las ráfagas era fuertes y violentas, pero agradables. No caía nieve
ni hojas de los árboles, todo se veía cálido y agitado.
Es cuando se dio cuenta que debía elegir entre esos dos caminos alguien
ya conocido, en alguien nuevo en su vida o simplemente estar ella consigo
misma. Ella no tuvo que pensar y eligió el camino que ya había tomado. El
camino que era más seguro que los otros, un camino que ya nada le podía
sorprender y que sabía que tal vez en un momento de ese sendero encontraría lo
que quería con el corazón y que ella misma no quería aceptar que necesitaba.
Encontraría la persona que le robaría el aliento de verdad, porque el
amor es ciego, agrio y dulce, yin y yang y es frio y fuego. Solo el tiempo
podría decir más de lo que ella podría interpretar con el silencio y la
soledad. Les sonrió a los dos hombres y siguió el camino del norte, el camino
de la noche, el camino de la luna y las estrella.
Tal vez uno de ellos aparecería y la harían entrar en razón y con el
orgullo en alto siguió caminando, pero algo la detuvo. La tomo por la cintura y
la hizo voltearse. Ella miro esos ojos oscuros y esos labios rosados sin
contenerse los besos.
Después de besarse ella soltó su aliento como una vez deseo hacer de
verdad.
-“pensé que no me seguirías”- le dijo al hombre.
Su amado prometió que no la dejaría pasar otro momento a solas.
Fin…
Fin era una linda palabra para un gran final de una historia la cual yo
no tenía, pero ahora que miraba detenida el corazón dañado de Theo podía ver
que siempre hay un final feliz en cada historia.
Theo no mentía cuando dijo que tenía un
corazón roto porque se notaba lo débil que latía su corazón. Ese corazón
que quería unirse al mío.
Llevaba tiempo siendo infeliz y ya había pagado mi castigo, ya era de
hora de volver a mi hogar y comenzar mi vida como debió ser. Tenía que hacer lo
posible para que Theo fuera parte de ella de una manera ahora.
Cuando sentí el corazón de Theo en mi mano comprendí que un corazón
podía soportar miles de cosas y seguiría latiendo como sea. Porque un corazón
tan débil y moribundo latía por mí, eso se podría decir fuerza de voluntad.
Coloque el corazón en una taza metálica y Pérez me ofreció el corazón
que había sido de mi padre. Lucia mucho mejor que el yo había tenido en las
manos segundos antes.
Lo tome y sentí que volví a tener una vida en mis manos, la vida que se había
escapado de mi padre y se la entregaba a Theobaldo Molinarri.
Después que coloque el corazón a las arterias y venas correspondientes
en la cavidad mediastino comencé a contener el aliento.
Todos retiramos del cuerpo de Theo mientras que Fernández desfibraba a
Molinarri, pero nada funcionaba y las esperanzas se acababan.
-Sube la carga a 200-le ordeno y siento que me fallan las piernas.
Ella hace lo que yo le ordeno, pero no funciona.
Comienzo a darle masaje con mi propia mano con desesperación.
-Por favor late, late por mí. Te necesito, solo late y eso será
suficiente para mí-suplico en susurro, pero nada funciona.- no te mueras Theo,
vive por favor- susurro y sin contenerme golpeo el corazón con el puño de mi
mano.
Sorprendiendo a muchos el corazón comienza a latir por su propia cuenta
y con rapidez.
Todos los que estaban en el quirófano liberan el aliento contenido.
Sonreí y permití que Pérez cerrara la herida junto a Maddison bajo mi supervisión.
Cuando todo termino pude respirar con normalidad ya que solo nos quedaba
esperar y que tiempo decidiera por mí.
Me sentía orgullosa porque toda mi intervención fue eficaz y productiva.
Gracias a mi Theo no murió en el quirófano y tendría una vida saludable en el
futuro.
-¿Junto a mí?-pienso, pero intento no poner los ojos en blancos.
-ahora el señor Molinarri estará en observación por unas horas y cuando
pase la peor parte lo enviaremos a su habitación-le explique a Demitria quien
estaba esperándome en sala de espera.
-Gracias-me agradeció estas y sin esperarlo me abrazo.
Le de volví el abrazo.
-Es mi trabajo-le dije a ella cuando nos apartamos.
-Deberías ir a descansar-me sugiere ella.
-Solo han sido 6 horas de operación-le recuerdo- vete a descansar y yo
te mantengo al tanto de cualquier anomalía-le prometo.
-Volveré en la mañana-me dice ella y me besa ambas mejillas antes de
irse.
Después que su caballera se perdiera de mi vista muchos halagos cayeron
sobre mí de todos los que habían visto la operación, pero la que no esperaba
escuchar fue la de Nicholai prince.
-Eres una excelente cirujana sophia-me dice después que mi jefe me deja
sola en el pasillo.
-Gracias-digo mirándolo a los ojos.
-Sé que no es el momento…
-Claro que no es el momento-le digo fríamente.
-Pero deseo disculparme contigo sobre que lo dije…
-El punto es-lo vuelvo a interrumpir.
-Por una vez puedes dejar de ser tan mandona y escucharme. ¡Dios!-exclamo.-
realmente fui un idiota cuando te hable del embarazo de Magdalena y no deseo
disculparme por mi reacción. Pedirte-suspira hondamente.- que seas la madrina de mi boda y de mí bebe,
porque sin ti yo no tendría la fuerza para hacer lo que hice…
-Después de todo lo hizo por mi culpa-me dijo mi vocecilla.
-Gracias por ser mi amiga y creo que sin ti no soy nadie. Siento que
debo olvidar a Julieta por una vez por otra ya que nada puede pasar entre
nosotros. Debo preocuparme por ese bebe que va a nacer y ya no más en el pasado
ni el futuro que jamás podre tener junto a ella. Solo quisiera despedirme para
poder seguir con la vida que el destino me tiene delante.
-No me gusto lo que dijiste y no sé si pueda olvidar lo que me dijiste,
pero por ahora te perdono. Me alagas que quieras que sea la madrina de tu criatura
y de tu boda, pero ¿qué tiene que decir magdalena en todo esto?-pregunte.
-Ella acepta todo esto porque sabe que voy a estar con ella y luchar en
nuestra relación por los dos.-me explico-solo me queda preguntar ¿me harías el
honor de ser mano derecha en esta vida que he elegido?
-No sé qué decirte.-le digo y el mira detenidamente.
-¿Porque lo dices?-me pregunta.
-Creo que hoy hice mi última cirugía y necesito tiempo para comenzar de
nuevo siendo yo en mi hogar-explique.-, si me disculpa debo ir a ver a Theo.
-Espera-me detiene.- ¿porque te fuiste sin despedirte de mí como una
persona normal?-me pregunta y me encono de hombros.-cuando no te encontré sentí
que te había perdido como perdía a Julieta. No quiero perderte…
-¿Porque?-le pregunto sintiéndome fatal por mis acciones.
-Porque…. Te… te quiero sophia-respondió sonrojado y con cierta
dificultad.
-Ahh eso-digo de la solta- yo también te… te quiero Nick-le digo
deseando decirle que lo amo con todo mi corazón.
Él me sonríe al verme sonrojada.
-Eres muy hermosa sophia, tus ojos son muy peculiares-dice acariciándome
la mejilla.- manifiesta un misterio y tus labios suelen temblar rogando decir
algo que tu caya-me dice en susurro y me entremeseo.
Rompo nuestro contacto ya que su piel tocando la mía me quema.
-Claro que no-digo fingiendo indiferencia, pero me siento frustrada al
comprender que no era buena actriz frente a el.-debo irme Nick, quiero estar
junto a Theo-explico.
-Fue impresionante lo que hiciste cuando golpeaste el corazón de Theo-admite
Nick.
-Si fue impresionante golpear el corazón de mi padre-pensé.
-Sí, lo es- susurre con indiferencia fingida.
-¿Estas bien?-pregunta Nick alarmado.
-Claro-respondo.- solo estoy cansada y quiero ver a Theo…
-¿Estas enamorada de Molinarri?-me pregunta.
-Es más complicado que eso-murmuro.
-Define complicado-exige saber con una mirada oscura y con la voz tensa.
-Nick-sentencio.-me tengo que ir hablamos en otro momento.
-Sophia-pide acercándose a mí, pero me aparto.
-Cariño-llama magdalena detrás de Nick.
-Este se voltea y siento que se tensa más a mi lado.
-Hola-saluda fríamente.
Magdalena sonríe como si no notara el tono de voz de Paris.
-Tenemos una cita con mis padres y debemos irnos rápidamente-le recuerda
mirándolo a los ojos con una sonrisa coqueta.
-Lo olvide-le dice a parís y ella posa sus ojos en mí.
-Hola sophia-me saluda y noto que sus ojos se escúrense. Le lanza una
mirada fría a Nick del cual se endulza rápidamente.- felicitaciones-me dice.
-Gracias-digo con voz seca y fría.
-Ya mi amado prometido ¿te conto las nuevas noticias?-pregunta magdalena
enfatizando “prometido”.
-No-digo encogiéndome de hombros.
-¡Nos vamos a casar en un mes!-exclama mostrándome el anillo de compromiso.
Al ver el anillo mi mandíbula se tensa y siento la envidia correr por mi
corazón, pero sonrió para demostrar estar contenta por mi amigo.
-Felicitaciones-digo intentando no mostrarme fría si no feliz por Nick.
Nick me mira incómodo y siento que no soy la única molesta por la
situación.
-Eso no es lo único-me dice ella y miro a Nick alzado una ceja.
-¿Qué es lo que no me has dicho Nick?-le pregunto al ver su rostro
convertirse una mueca.
-Que yo…. magdalena… ambos hemos decidido que tú seas nuestra dama de
honor-me anuncia.
-Esto debe ser una broma-digo en ms adentros.
-Desde cuando magdalena me desea para seméjate espectáculo-dice mi vocecilla
inquieta.
Sin contenerme suelto una risita ruidosa.
-¿Es enserio?-pregunto al ver sus rostros mascara de una mueca
desagradable.
-Si-admiten a la misma vez ambos.
-¿Porque yo?-pregunto.
-Porque yo lo decidí-admite Nick.
-Ves, él quiere que seas parte del circo-dice mi vocecilla y contengo un
gruñido.
-No creo que yo sea la indicada-admito evitando ser parte de aquella
boda.
-Claro que lo eres-me asegura magdalena, pero su voz no me da
confianza.-, además eres la única amiga que tiene Nick.-explica ella con una
sonrisa envidiable, pero temerosa.
-Ella es una demente, tal vez lo hace para atrapar a Nick de una forma u
otra-me dice mi
-No me siento bien acep…
-No acepto un no de tu parte sophia-me sentencia Nick con los ojos
oscuros.
-Lo pensare-digo algo rendida.
-Esa es la actitud-dice magdalena con una mirada de odio.
-Ahora necesito ir con Molinarri-digo-, adiós-me despido con gesto en la
mano.
-Adiós-dicen ambos al mismo tiempo.
Sin decir algo más me alejo de ellos y me dirijo a la sala observación.
Después de hablar con mí equipo indisciplinaría
que incluí un grupo de enfermera, Pérez y los otros dos residentes que
estuvieron presente y otros profesionales me senté a su lado.
En la sala había un silencio, pero era interrumpido por el “bip” de los
monitores y por el ventilador que mantenía respirando a Theo. Las cortinas
estaban corridas para brindarnos privacidad y yo vestía de una ropa apropiada
para volver a la sala de operaciones.
-Hola-le susurro.- sé que no me escuchas o tal vez sí, pero deseo
decirte que quiero tenerte a mi lado. Deseo suplicarte que despiertes, si
despierta prometo hacer lo que este en mis manos para que seas feliz. Aunque a mí
me cueste algo de trabajo analizar, creo que te amo. Jamás se lo he dicho a
otra persona en mundo además de mis padres.
-“te amo y nunca creí volver amar a otra persona. Te amo y quiero que lo
sepas, cuando estuve en el quirófano creí que te perdería y en un arranque de desesperación
golpe el corazón que una vez tuvo otro dueño. Quiero disculparme por eso,
supongo que si estuvieras despierto te pondrías verde. Voy a estar aquí hasta
que te despierte y quiero ser la primera en estar cuando te despiertes mi
paciente arrogante y narcisista…-susurre y me puse de pies, me acomode a su
lado en la cama y me dormir.
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Este capitulo se lo dedico aquellos que no existieron por que no estuve con la persona correcta para ello.
se lo dedico aquellos que saben cuan hermos@ es una criatura!!
pronto subire un capitulo