jueves, 3 de abril de 2014

La Mujer Que Quiero Tener "capitulo 20"

Una Amiga






-¿Que te sucede?-me pregunta Demy al llegar a la casa.
Yo estaba sentada en el mueble bebiendo una botella de vino que no había sido guardada por Demitria.
-No tuve un día agradable-respondí fríamente.
-¿Porque no volviste después?-pregunto y la ignore.
Tome la botella de vino y me fui a mi habitación.
Me sentía muy furiosa con parís, magdalena, Algarín y todo aquel me llevara la contraria.
Después de beberme la botella de vino me dormí en mi cama.
-Sophia-me llamo Demy.
Abrí los ojos y me encontré con unos ojos azules.
-¿Qué?-pregunto.
-Estabas teniendo una pesadilla-me dice.
-Ahh-susuro.
-Pensé que debía despertarte para que pudieras dejar de gritar-explica ella algo preocupada.
-Gracia-agradezco algo avergonzada.
-¿Estás bien?-pregunta y niego con la cabeza.-duerme conmigo-pido y ella se acuesta a mi lado. Me abraza y deja que escuche su corazón latir.
-París me rompió el corazón-susurre.-, prefirió a magdalena que a mí. Prefirió la mentira que la verdad. No quiero volver a verle en mi vida, lo quiero lejos.-dije sollozando, pero sin que una lagrima saliera de mis ojos. Aunque me doliera yo no podía llorar y no podía llorar por el que una vez me robo lagrimas saladas.- es increíble que le crea a ella y no a mí.
-Todos los hombres son unos rompe corazones-murmura Demy.-, pero como te rompió el corazón ese patán.
Solté un gemido por el dolor que crecía en mi pecho.
-Lo que sucedió…-comencé a relatar lo que callaba mi pecho.
Cuando termine de contarle a Demy me rendí ante los brazos de Morfeo en los brazos de Demy.
Morfeo me permitió entrar en algo inexplicable que no podría decir si era un sueño o la realidad, pero sabía que había pasado varia semanas.
No muy lejos del hospital Nicholai había adquirido no hace mucho tiempo un apartamento para el vivir, pero lo que siempre me tenía curiosa que había provocado la separación de Isabela y Nicholai. Solo sabía porque estaba ahí, tenía que saber que me diría sobre Julieta.
Toque varias veces aquella puerta y el propietario me abrieron la puerta.
-Hola Nick-saludo y note que está en pantaloncillos y sin camisa.
Me sonrojo y siento como la boca se me seca.
-Hola Sophia- me saluda a verme.
-¿Puedo pasar?-pregunto sin mirarlo a la cara.
-Claro-murmura y me permite pasar. Entro y me maravillo por el aurea que se siente en la atmosfera. Era la primera vez que estaba en aquel lugar.- es raro verte aquí.-admite.
-No me buscaste cuando me baje del tren-le recuerdo algo fría.
-Lo olvide-dice mientras cierra la puerta. El vestíbulo tenía una mesita de caoba y la sala tenía unos muebles de color rojo intenso, una alfombra blanca cubría la sala de pared a pared, la mesa  tenía la forma de una mujer dormida del cual sostenía en su cabeza y en sus pies un cristal brillante. Las paredes estaban llenas de fotografías de persona que yo desconocía, pero hubo una que me dejo impactada. Era fotografía de parís y mía, cuando éramos jóvenes. Ambos estábamos vestido para ir al teatro, mi vestido era negro con lentejuelas, la joyería era liviana y plateada. París estaba vestido de gala y su corbata hacia juego con mi vestido.
Ambos sonreíamos en la fotografía y nos veíamos enamorados.
-¿Porque no lo vi antes?-me pregunte mientras me llevaba la mano al pecho.
-Ella es Julieta-me dice parís.-Ella te hubiera caído bien, ambas se parecen de muchas maneras-explica e intento sonreír pero solo muestro una mueca.- nos tomaron esa fotografía cuando fuimos al teatro a ver Macbeth. Ella no quería, no era muy fanática de que la fotografiaran pero esa vez ella me complació.
-Se ven enamorados-murmuro.
-Lo fuimos-dice este con tristeza-siéntate, ponte cómoda.
Me siento en el sofá sin apartar los ojos de parís.
-Puedes ir a cambiarte-le pido algo sonrojada y sintiendo como el vientre se me contrae.
-Claro-responde con unas sonrisas coqueta que solía otorgarme en mi juventud.
Espere a que volviera.
-¿Quieres vino?-pregunta y asiento.- ya regreso.
-Espero que te guste-me ofrece una copa de vino blanco.
-Déjame probarlo-le digo mientras lo acepto. Me acerco la copa y dejo que el sabor me embriagues la legua y luego la garganta para luego sentir un calor en todo mi ser.- es delicioso.-le indico mientras él se sienta a mi lado.- ¿Cómo te fue en el carnaval?-pregunto.
-Me encontré con Julieta-me dice y me observa esperando mi reacción de sorpresa.
-¡Enserio!-exclamo dramatizando y el me creyó.- ¿qué sucedió?
-Bailamos y pasamos una linda velada-responde algo modesto.
-¿Nada más?-pregunto fingiendo curiosidad
-Bailamos y ella me pidió algo de espacio-relato.
-¿Y?-pregunto y tome otro sorbo de vino.
-Kyle apareció y obligo a Julieta a bailar.-murmuro y esta vez no tuve que fingir los escalofríos ni mi palidez. París lo noto rápidamente y me acerco a mi pecho.-no pasó nada, la rescate cuando supe que nada andaba bien con ella. Amenazo con vengarse de nosotros incluyendo a Julieta…
-¿Porque a Julieta?-pregunto apartándome de parís y mirándolo a los ojos.
-Es difícil de explicar-me dice ocultándome algo.
-Dime-le pido y coloco la copa sobre la mesa. El alcohol no me ayudaba a pesar con claridad y a jugar mi papel de las dos caras de la moneda.
-Kyle cree que el causante de todos sus problemas entre ustedes soy yo. Que para ser justo él debe quedarse con Julieta y yo quedarme contigo.-murmura y me mira esperando algo de mi.-el cree que tú y yo tenemos algo...-dice y dejo escapar un bufido.
-Es imposible, tú no eres mi tipo-miento, pero parezco convincente.
-Soy una excelente actriz-me digo mentalmente.
París me mira con un semblante de dolor, enojo y frustración.
-¿Dije algo malo?-pregunte.
-Nada-murmura apartando mis ojos de su rostro.- tú y yo solo somos amigos y te veo solo de esa manera.-mintió.
-Ah-deje escapar de mis labios.
El ambiente era incómodo para ambos y ninguno decidió hablar por un minuto.
Volví a tomar la copa y beberme lo que quedaba de ella para tener algo que hacer.
-¿Deseas más?-pregunta parís.
-Por favor-pido sin mirarle a los ojos para luego ofrecerle la copa vacía.
Este toma la copa y desaparece de mi lado.
Sigo mirando la estancia y maravillándome con la fotografía de Kyle y parís.
Ambos niños se parecían a excepción del color de los ojos y la tonalidad de los cabellos. Kyle y Nicholai Prince se encontraban en un parque de juegos en un día soleado. Ambos tenían de poca felicidad, Kyle miraba de manera odiosa a Nicholai y Nicholai tenía un rostro triste y de mucha pena.
No tenía nada gracioso o hermoso aquella foto.
-Esa foto fue tomada el día de mi cumple año-me dice Nicholai a mi espalda.-tenía 8 años cuando fue tomada.-Nicholai se sentó a mi lado.- Kyle me pellizcaba y me golpeaba cuando nuestro padre se distraía y me decía cosas horrible.-explica mientras me entrega la copa llena de vino blanco.
-Horrible-murmuro.- ¿Por qué era así contigo?
-Kyle siempre me ha culpado por el divorcio de su madre con nuestro padre.-explica.-, su madre no era tan perfecta como el cree y luego que nuestro padre se enamorara de mi madre todo cambio entre ellos. Antes que terminara el divorcio de ambos mi madre estaba embarazada de mí y eso no fue de mucha gracia para muchos.
-¿Que sucedió con la madre de Kyle?-pregunte.
-Se casó varias veces después del divorcio con nuestro padre y se adinero lo suficiente para tener una vida alocada. Aun con todo el dinero del mundo nunca fue feliz y mucho menos fue una buena madre.-explico y tome un sorbo grande de vino.
-¿Que sucedió luego que apareció Kyle?-pregunto volviendo a que me revele su punto de vista.
-Fuimos al hotel a hablar-dijo.
-¿Nada más?-pregunto rodando los ojos.
-Ella me conto la verdad y nos despedimos.-explica sin darme más detalles. A pesar de todo Nicholai era un caballero.
No quise presionarlo más ya que no quería revivir la herida.
-¿Estás bien?-le pregunto preocupada por él.
-Si-murmura tranquilamente.-, puedo continuar con mi vida con magdalena. Ya elimine mi capitulo con Julieta y comienzo algo bueno y duradero con mi futura esposa y madre de mi hijo. También quiero poder darle esa vida que le di a juliana. Quiero tenerlo en mis brazos y darle todo lo que no pude a William…
-William-repito al escuchar el nombre de mi hijo.
-Fue mi hijo-murmura con orgullo y… dolor.
-¿Fue?-pregunto lo obvio y vuelvo a beber lo que queda de vino.
-Julieta quedo embarazada luego de nuestro último encuentro y luego perdió a nuestro bebe.-me dice y pongo la copa en la mesa.
-Lo siento-me disculpo y lo abrazo con todas mis fuerza. Siento como nuestros corazones laten como si fueran uno.
Me aparto de Nicholai y formulo una pregunta.
-¿Dónde está Isabella?
-Esta de en Francia visitando a su madre-explica.-, vendrá para la boda.
-¿Juliana?-pregunto.
-está en el colegio-responde.-, vendrá para navidad.
-Me alegro, deseo verla-le aseguro.
-¿Cómo te va con Molinarri?-pregunta tornado la conversación a mi dirección.
-Supongo que bien-digo con indiferencia.-, le daré el alta en algunas semanas.
-¿Luego que harás?-pregunta.
-Dejar de trabajar-respondo.-, quiero tomar tiempo para mí.
-¿Luego?-pregunta sorprendido.
Me encogí de hombros.
-No lo sé aun-mentí.
-¿No tienes una idea al menos?-pregunta preocupado por mi respuesta pero mi respuesta no fue articulada por que tocaron en la puerta.
-Ya vuelvo-me indica y me deja sola en la sala.
No escuche nada por varios minutos, pero luego escuche unos pasos aproximarse hasta donde yo estaba.
-Tengo antojo-chilla una voz irritante y veo a mi persona menos favorita en ese momento. Ella tenía su vientre abultado dando entender su primer trimestre de embarazo, aun así se notaba su belleza. Tenía un vestido rosa que favorecía su piel y su cabello. Ella cargaba unas revistas y libros.
-Phita-me apoda magdalena.
Rodo los ojos sin poder controlarlo y parís intenta esconder sus risita en un bufido.
-Magdalena-saludo sin ponerme de pie. Ella se sentó a mi lado y me dio un beso en ambas mejillas.
-¿Que te trae a estas horas?-pregunta con un tono furioso en sus voz, pero ocultándolo con su sonrisa tonta.
-Volví a la ciudad y decidí visitar a Nick-murmure.
-Es lo que te dije-le dice parís sentándose.
-¿Cómo te fue?-pregunta magdalena ignorando a parís.
-Aburrido el viaje-murmuro con indiferencia.-, no hice más que dormir y descansar nada más. ¿Cómo te fue a ti?-pregunto.
-Descansado como tu querida y organizando una boda-me indica enseñándome una de las revistas a la cual no mostré mucho interés.
-Se ve un trabajo muy fascinante-digo sarcásticamente sin contener una mueca en mi rostro.
-Deberías ayudarme-dice esta y amabas nos miramos a los ojos. Los ojos de magdalena reflejaban un odio y desagrado del cual nadie me había mostrado en la vida.
-Por favor-intervine parís.
-Claro-digo y siento que es mi sentencia de muerte.
La velada paso aburrida y algo desagradable para mí mientras ayudaba a los futuros esposos a organizar la boda del siglo.
 -Vas hacer la mejor dama de honor-me dice parís y siento como algo en mi estómago se retuerce.
-Lo intentare-aseguro mientras miro los catálogos de decoraciones.
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-¿Cómo esta Nick?-me pregunta Theo rompiendo el silencio.
Ya es de noche y estoy terminando de leer mis reportes en la habitación de Theo. Mientras yo escribo el dibuja para pasar el tiempo en mi silencio sepulcral.
Alzo los ojos para observarlo detenidamente, este tiene una piyama blanca con bordes azul celeste, su cicatriz a sanada muy rápido y ya no sentía dolor. Todas las pruebas y exámenes daban resultados positivo para ambos.
-Supongo que bien-contesto sin darle importancia a su existencia y volviendo a leer.
-¿Tu estas bien?-pregunta.
Para ser sincera no  me sentía bien, me sentía furiosa, traicionada y resentida, pero una parte de mi sentía lastima por Algarín y Nick.
-Si-mentí sin titubear.
-Sophia no sabes mentir-me indica Theo y lo miro a los ojos.
Grises como el hielo en invierno aunque a esas alturas era otoño.
-Estoy bien-vuelvo a repetir.-, él tiene una boda que planear y yo notas que redactar. Si me permites deseo terminar…
-¿Que te hizo?-pregunta y lo miro fríamente.
-Nada relevante-miento.
-Sophia-susurra.
-No quiero hablar de eso-le pido.-, solo déjame trabajar o si no me iré a mi oficina.
-Está bien-dice rendido y vuelvo a seguir leyendo para redactar.-, puedes hablarme cuando quieras.-me recuerda y no le dije nada. El resto de la noche trabaje hasta que Theo se quedó dormido. Me fui del hospital sin antes darle un beso en los labios a Theo por lo fría que había sido con él.
Mientras conducía pensé en Algarín y supe que debía encararlo de una vez por toda.
Le envié un mensaje a Demy y Grant explicando donde estaría.
Luego de estacionarme frente a la casa de mi colega y bajarme del auto sentí el deseo de fumar un cigarrillo. Había dejado el habito por petición de parís, pero ahora mismo no quería hacerle caso en lo absoluto.
Mientras caminaba a casa de Algarín sacaba una caja de cigarrillo y un encendedor de mi bolso.
Lo encendí con nerviosismo, sentía que volvía a tener mi droga de nuevo, aquella que me mataba los pulmones y me hacía sentir bien.
Inhale una cantidad razonable de manera lenta y sentí que el sabor era más amargo de lo que mi memoria recordaba, tal vez era el tiempo que había permanecido en mi bolso. Aun así seguí saboreándolo con desagrado, al menos tendría algo en los labios mientras tanto.
Cuando estuve delante de la puerta toque varias veces hasta que el mismo Algarín me abrió la puerta.
-¿Qué demonios haces tocando mi puerta?-me gruñe alcoholizado.
El olor a vodka me golpeo rápidamente.
-Quiero ser una buena amiga-dije sin pensarlo, tanto que me sorprendí.
El me miro perplejo y luego me dejo entrar a la casa.
Encontré botellas de alcohol bacías regadas por el vestíbulo.
-¿Dónde está tu hermana?-pregunte mientras el cerraba la puerta.
-No sé dónde coño esta ella y no me importa-murmuro enojado mientras me guiaba tambaleándose a la sala.-, se fue hace unos días a un retiro espiritual.-explica.
La sala era algo deplorable, había más botellas de alcohol, cajas de pizzas y comida sin terminar en descomposición en el suelo y muebles. El olor era ración y nauseabundo, pero contuve mi mueca de asco. La chimenea estaba encendida, pero la llama era tune y triste como Algarín.
El me hizo señas a uno de los sillones que tenía una pila de cajas de pizzas.
-¿Te molesta?-pregunto y no me responde. Pongo las  cajas en el suelo y me siento conteniendo mi mueca.
Dejo el bolso en la mesa que tenía delante de mí.
-No seas hipócrita-me indica mientras se sienta en un sillón que estaba impecable.
Aun con el cigarro en la los labios formulo una pregunta.
-¿Porque dices que soy hipócrita?-le pregunto de manera cordial mirándolo a los ojos, pero este me evito la mirada cuando mis ojos se fijaron en los suyos.
Inhalo y suelto lentamente la bocado de humo.
-Nunca fuimos tan amigos-me indica y se ríe terroríficamente.- en mi memoria solo puedo recordar que nos lleváramos bien en lo profesional y que yo te salvara el pellejo, pero de ser amigos…
-Somos amigos-le interrumpo.-, no soy hipócrita. Sabes que soy muy franca contigo y no tengo que mentirte.-le aseguro intentar llegar a un dialogo normal y sereno con un borracho.
-No quiero tu amistad-me dice con desprecio.-, eres igual que todas las mujeres.
-Yo no soy igual que magdalena-murmure enojada por su actitud y lanzo el cigarrillo de mala gana a la chimenea.
Sus ojos me miraron y una mueca ligera surgió en su rostro.
Rápidamente este lanzo la botella a mis pies y vi una bestia en vez de un hombre.
-Tu-gruño-, ¿sabías todo su plan?-se acercó amenazantemente.
-NO-Le grite y me puse de pie para detenerlo.-, yo escuche su discusión en las escaleras y nunca fui participe de esta mierda.-le dije.-, te lo juro por mis hijos que yo no tuve nada que ver. No creo que sea justo que magdalena haga esto, pero si tu no hablas ella se saldrá con la suya.-él se detuvo delante de mí y vi lágrima en sus ojos con la poca visibilidad que tenía a causa de la llama pequeña.
-No sé qué hacer-dice rendido y lo abrase para consolarlo.-, esa mujer me está llevando a la muerte.
-Esto no se puede quedar así-le aseguro.-, tampoco sé que hacer…-intento consolarlo porque su llanto resonaba en la habitación.- Nick no me quiso escuchar y dudo que yo desee hablarle-confieso.
-¿Qué sucedió?-pregunta sorprendido.
Él se aparta de mi lado y se sienta frente a mí.
-Siéntate-pide y niego la cabeza mientras me quito la chaqueta para dejarla en el asiento.
Yo le relato lo sucedido.
Suspira de mala gana.
-Es una bruja-me asegura y me siento luego de un cuarto de hora hablando con Algarín.
-Debes exigirle una prueba de ADN a Magdalena y yo te puedo respaldar. También puedo pagarte el mejor abogado de España-le índico.
-¿Que sucede si no es mío?-pregunta tristemente.
-Seguir adelante con el hecho que no le debes nada a magdalena ni a ti mismo.-murmuro mirándolo a los ojos.- eres mejor que esto y lo sabes. No puedo permitir que te hundas por una mujer. Más aun una mujer tan desagradable…
-¿Lo haces por Nick?-pregunta y niego la cabeza.
-Lo hago por ti, él no me necesita.-le recuerdo y siento una punzada en mi pecho.- y no más alcohol.- le digo poniéndome de pie.- levántate-le ordeno y el me mira con cara de pocos amigos.
Me obedece.
-Muéstrame el baño-le pido y me guía tambaleándose.
-Llegamos al baño del cual se encontraba en el segundo piso en frente a la habitación de Algarín y junto a dos habitaciones adicionales.
Me señala el baño y entro primero que él.
El olor que desprendía era desagradable y repulsivo.
Tenía una regadera pequeña con unas cortinas azules, sanitario estaba lleno de vómito y el lavado tenia botellas vacías de vino barato.
Sin contenerme mostré una mueca de asco, me acerque al sanitario y jale la cadena con repulsión para luego cerrar la tapa.
Algarín me miraba desde la puerta con vergüenza y enojo.
-Entra-le ordeno algo histérica.
Algarín entra sin quitarme los ojos de encima.
-Quítate la ropa-le ordeno y este me mira con más atención que antes.
-Estás loca-me indica y le sonrió con arrogancia.
-No lo suficiente, entra o tendré que meterte a la regadera con ropa-le indico mientras coloco el agua fría.
No me dice nada, pero se quita la ropa a excepción la ropa interior.
-Entra-le digo y el obedece.
El corre la cortina para que no lo vea bañarse.
-Esta helada-me dice enojado y temblando.-, sabes cuantos grados esta la temperatura.
-No me importa-murmuro-quítate los cazones-le indico. Este se los quita y me los lanzas fuera de la regadera.
-¿Dónde está la lavandería?-pregunto.
-Junto a la cocina-me dice tiritando del frio.
-Recojo la ropa y voy a la lavandería.
Encuentro un desastre catatónico.
-Que has hecho magdalena-gruño mientras pongo ropa a lavar en la lavadora.
Luego de colocar la ropa, ponerle detergente y dividir las próximas tandas vuelvo al baño.
-Encuentro Algarín saliendo del baño desnudo.
Noto que ha disminuido peso, pero aun así tiene un buen cuerpo. No era como parís o Theo, pero era guapo. Jamás lo había notado porque siempre lo vi como un hermano.
Verlo desnudo, el agua corriendo por su pecho velludo hasta recorrerle el abdomen hasta perderse en los vellos púbicos. Ver que tenía unas proporciones sorprendentes hizo que me sonrojara con vergüenza.
Aparte mis ojos de su cuerpo y mire el suelo.
-Puedes ponerte una toalla-pido avergonzada.
-Claro-dice también avergonzado.
-¿Comiste algo?-pregunto para cambiar el tema.
-No-susurra acercándose a mi lado.
-Vístete y metete a la cama.-le indico y al ver que abrí la boca lo interrumpí.-no comiences porque soy capaz de drogarte y colocarte un catéter nasogástrico. Alimentarte de esa manera para que puedas comer saludable y dejar de ser un mocoso.-le digo sin mirarlo.
-Vale-dice regañante.
Me voy y me encamino a lo que una vez fue una cocina.
Me tarde un rato considerable limpiar la cocina para luego preparar una cena considerable para Algarín y para mí.
No había mucho que pudiera ayudarme hacer un buffet, pero siempre había sabido que unos macarrones de queso siempre eran bienvenido en un estomago hambriento.
Subí con una bandeja para los dos a la habitación de Algarín y entre sin tocar.
Algarín  estaba acostado sin dejar de mirar una fotografía.
-Traje la cena, sé que no es algo pero espero que te guste-le indico mientras le pongo la bandeja sobre la mesita de noche.
-Gracias-dice sin apartar los ojos de la fotografía.
-¿Quién es?-pregunto.
-Magdalena-responde.
Rápidamente le arrebató la fotografía.
-Sophia-me grita enojado.
 -Deja de pensar en ella, tienes que eliminarla de tu corazón. Ella es un cáncer y te hará daño si sigues pensando en ella.-dije y tan simple como un suspiro rompí la fotografía delante de el en varios pedazos.
Los ojos de Algarín se inundaron de lágrimas.
-Yo la amo-me dice.
-ella no te ama-le digo fríamente.
-Tu nunca has estado enamorada carajo-me gruñe furioso.
-Claro que lo eh estado, sufrí como puta y cometí errores, pero tuve que hacerle frente y tu deberías hacer lo mismo. Tienes que demostrarle a esa bruja que eres mejor que el alcohol, la comida barata y este dolor que te consume. Sé que quieres morir antes de estar sin ella, pero tienes que aceptarlo…
-Como tu aceptaste que tú y Nick ya no tienen futuro-me restregar en la cara.
Me quede perpleja y me quede callada.
-Perdí el apetito-le indico y lo dejo solo en la habitación.
Fui a la sala en busca de mi bolso.
-Esto no puede seguir así-me dije a mi misma al ver el caos de aquella casa.
Tome mi bolso y rebusque mi celular rápidamente. Cuando lo encontré marque el número de Grant.
-Señora C-me saluda.
-Necesito un equipo de limpieza rápido-indico.
-¿Cuando los necesita?-pregunta.
-Primera hora en la mañana y necesito que le informes a Gautier que necesito de sus servicios.-le explico.- ¿ya terminaste con el informe de magdalena De León?-le pregunto.
-Si-me responde.
-¿Porque me lo dice a estas alturas?-pregunto decepcionada.
-Olvide la importancia de esa información debido a que estado en otros asuntos de los señores Molinarri…-
-¿Que asuntos?-pregunto
-La seguridad de Teobaldo Molinarri y Demitria Molinarri debido a las amenazas anónimas para señor Molinarri-explico.
-¿Que amenazas?-pregunto alarmada.
-Sospechamos que son de Kyle prince y creemos que alguien le ayuda-explico.
-¿Porque yo no estaba enterada?-pregunte enojada por tanta información.
-El señor Molinarri me aseguro que usted estaba al tanto sobre los sucesos-explico algo avergonzado mi guarda espalda.
-Gracias por mantenerme al tanto Grant-le digo enojada y le cuelgo sin decir adiós.
Necesitaba recostarme un rato por el día pesado que había tenido. Tome mi bolso, mi chaqueta y subí a la habitación de la hermana de Algarín. Sin pensarlo dos veces me acosté en su cama para descansar de todo lo que tenía registrado en mi cabeza.
Desperté antes que saliera el sol para ir a mi hogar hacerme y volver a casa de Algarín. Cuando volví este seguía dormido y pude llevar a cabo mi plan.
Como lo había prometido Grant un servicio de limpieza llego temprano a la casa de Algarín.
-Buenos días-salude al tener 5 asiáticas delante de mí.
Todas me hicieron un leve saludo con la cabeza.
-Deseo que dejen este sitio como un espejo mientras yo preparo el desayuno-explico mientras observaba a las mujeres. Todas se parecía demasiado y no sabía cómo distinguirla si no fuese por sus identificaciones que portaban en sus vestidos rosas y amarillo canario.-no deben hacer ruido ya que el dueño  de esta casa esta indispuesto.
Nuevamente todas asintiera para luego comenzar a trabajar.
Resople y me encamine a la cocina donde decidí hacer el desayuno para dos.
Ya cuando  estaba terminando de hacer tortillas sonó mi teléfono del cual estaba en mi bolsillo.
Lo tome mientras esperaba que tostara las tortillas.
-Diga-murmuro.
-Hola mi amor-saluda Theo.
-Hola-saludo y no puedo controlar una sonrisa fugaz.
-¿Qué haces?-pregunta.
-Haciendo tortillas para Algarín-respondo mientras saco la tortilla con la espátula y la coloco en un plato limpio.
-¿Porque?-pregunta curioso.
-Ayer tuvo una mala noche y me necesita.- explico.-, supongo que hoy no iré a trabajar, iré luego para verte.
-¿Me podrás decir que es lo que te enoja tanto?-pregunta y suspiro.
-Si-respondo resignada.
-¿Estas bien?-pregunta por mi suspiro.
-No-respondo mientras apago la estufa.-, siento que debo hacer algo por Algarín y por Nick. También siento que no eres sincero conmigo.
Él se queda callado ante mi comentario.
No le vengas a regañar a mi guarda espalda.
-¿Que sucede con el?-pregunta con un tono curioso fingida e irritante en su voz.
-Es mucho de explicar por el teléfono-murmuro.
-Como desees-dice algo rendido.
-Podríamos decidir el tema y la música-pido para intentar hacer algo de los dos.
-Claro-dice animadamente.-, ¿podríamos hablar sobre la nueva casa?
-¿Cuándo sabré lo que tanto me ocultan?-pregunto haciendo un puchero.
-Pronto-me promete.
-Adiós-me despido y escucho que me lanza un beso desde el auricular.
Cuelgo y guardo el teléfono en mi bolsillo delantero.
-Buenos días-saluda Algarín.
-Hola-saludo con una media sonrisa.
Este mira la cocina algo sorprendido.
-¿Porque mi casa está llena de asiáticas idénticas?-pregunta Algarín.
-Siéntate y te lo explico-le ordeno mientras coloco el desayuno en la barra de la cocina.
Este me mira algo extraño y se sienta sin apartar los ojos de mí.
-Son un grupo de limpieza que contrate para hacer tu casa más habitable para ti.-explico y le entrego los cubiertos.-ahora come porque vamos a hablar sobre magdalena y todo lo demás.-este lo acepto.
-¿Tienes un plan?-pregunta y asiento.
-¿Cuál es tu plan?-pregunta.
-Come-le ordeno.- ¿deseas café o té?-pregunto dándole la espalda.
Café sin azúcar-responde mientras busco las tazas de porcelana el gabinete.
-Necesito que confíes en mí y hagas todo lo que yo te ordene sin replicar.-le digo sin mirarlo a los ojos.
Escucho un suspiro detrás de mí.
Encuentro dos tazas de porcelana y las tomo.
Sigo dándole la espalda a Algarín.
-Claro-dice resignado.- ¿qué hago?-pregunta y voy al fregadero. Lavo las dos tazas y tomo mi tiempo para secarlas y servir el café en ambas tazas para luego servirle leche.
Tomo ambas tazas y le entrego una e Algarín.
-¿Azúcar?-pregunto y me indica el especero que esta sobre la barra.
Me siento a su lado.
-Tienes que saber y razonar de una vez magdalena no te ama y no importa cuánto hagas no te va amar.-le digo tan crudo como pude y observo sus ojos. Estos se muestran dolidos, pero no muestra ni una lagrima.
-Desde hace mucho tiempo me hice la idea-dice con odio.
-Segundo debes verla como la madre de tu hijo o hija nada más eso, recuperar tu derecho como padre y ser un buen padre- tomo el azucarero y lo vierto en mi taza de café.
-¿Cómo piensas hacer eso?-pregunta mientras cortaba en trocitos las tortillas.
-Tengo a Gautier como excelente abogado y por la paga no te preocupes corre por mi cuenta. Desde hace unas semanas estuve investigando a magdalena porque nunca me brindo confianza. –explico y tomo un sorbo de café dulce.
Algarín no dice nada y comienza a comer en silencio hasta que llegan las asiáticas a la cocina y comienzan limpiar sin molestarnos.
-¿Cuándo se irán?-pregunta en susurro Algarín.
-Cuando terminen-explico.
-¿Que vas hacer hoy?-pregunta.
-Ir al hospital y decirle al jefe que regresaras a trabajar mañana.-le indico y lo miro detenidamente. Sus ojos se vuelven alarmante por un segundo- necesitas volver a tu vida y demostrarle que todo sigue como antes. Luego iré a ver a mis pacientes.
-¿Molinarri?-pregunta cambiando el tema Algarín.
-¿Que hay con él?-pregunto fingiendo indiferencia.
-¿te enamoraste de el?-pregunta y niego rápidamente.
-Eres una pésima mentirosa-me espeta mi amigo con una sonrisa.
-Estás loco-le indico mientras me pongo de pie.-, me tengo que ir. Cuando ellas terminen se irán. Ya yo les pague, no te preocupes por nada. Tampoco se te ocurra buscar el alcohol por que lo arroje a la basura y vendré a visitarte para ver que no compras más.
-¿Algo más mama?-pregunta con un tono sarcástico.
-Iras a terapia con una colega de Barcelona que conocí en una convenciones-le indico.- ella vendrá la próxima semana y deberás a cundir a la cita cuando esta te llame.
-Jamás pensé decirlo, pero jamás podría verte como mujer Sophia. Eres dominante, algo controladora y siempre estás un paso delante de nosotros. Llego un tiempo que creí que no tenías nada de sentimientos, pero adoptaste a eso niños y vi tu amor de madre, llego parís y vi como tus ojos se iluminaban al verle y finalmente te vi con Molinarri. Vi cómo te sonrojabas, te preocupabas por el más de lo normal y cuando le salvaste la vida de esa manera violenta comprendí que tu si tenías sentimientos, que en ti había algo bueno.-suspiro y me miro detenidamente.-cuando te encontré en aquella calle indefensa vi alguien diferente a Carrión, vi un ser humano. Después de eso me has sorprendido y has ganado que te amé de la misma manera que amo a victoria. Perdón por haberte tratado de esa manera, pero jamás pensé que yo te importara tanto y creo que no debí tratarte de esa manera tan hostil y cruel.- murmuro y me tomo por las manos.-gracias.-y me besas ambas manos.

-Para que están los amigos-susurro y siento una sensación de jaleo en mi corazón.



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Esto es solo para ti, cuando dije que te amaba lo dije enserio porque yo si podia amarte, pero no podia demostrartelo porque una vez lo intente y me rompiste en mil... pedazos. ese amor que senti una vez lo transforme en algo q yo mismo no puedo enteneder. es un amor que esta ahi encadenado al dolor y que no se puede separar de mi y ser libre. no puedo amarte como deseas porque soy tu amiga. eso lo decidiste tu y solo estoy aqui para cumplir mi papel aunque tenga mil sentimientos.... aunque al final nunca tengas de mi lo que quieres.

Espero q te guste

 para ti River.


Elenatrix

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