martes, 18 de junio de 2013

la mujer que quiero tener "capitulo 7"











Theobaldo James Molinarri









La noche paso rápida y no supe cuando amaneció hasta que alguien sacudió mío hombro. Al principio no distinguir quien era, hasta que mis ojos se adaptaron a las pocas luces de mi oficina. Bartolomeo Pérez me miraba preocupado y algo asustado.
-¿Qué hora es?-pregunte con voz cansada.
-9:45 am-respondió y me enderece. Me había quedado dormida en mi escritorio sobre el archivo médico del Sr Molinarri.-la reunión es a la 12 pm-me recordó mientras me incorporaba.
Me arregle el cabello aunque este no tenía ningún defecto y masaje mi mejilla.
-¿Alguna novedad?-pregunte y él me puso al tanto de todo. No dije nada mientras guardaba el archivo de Molinarri junto a otros documentos en la gaveta de mi escritorio. Me explico detalladamente de los sucesos de la mañana y me entrego mi agenda del día. La observe rápidamente y note algo curioso.-  ¿Por qué tengo una cita a la 5:30?-pregunte.
-Porque según el jefe usted tiene una cita con el paciente del E24-explico con curiosidad.
No dije nada.
-No hay operaciones hoy para usted-continuo explicando.
-Lo note-dije y bostece.
-Quien operara a la señora del E22?-pregunte.
-Prince-respondió.
¿Cuantas Altas tengo hoy?-pregunte mientras guardaba mis cosas y tomaba mi maleta.
-2-respondio.- los señores de la habitación E20 Y E2-me recordó.
-¿Algo más que me tenga que decir?-pregunte y negó con la cabeza.
Me puse de pie y ambos salimos de mi oficina.
Mantenerme informada si ocurre algo con la señora del E26-le dije y me fui a mi casa.
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Yo estaba sentada en una sala de conferencia esperando a mi famoso grupo. Odiaba los nuevos ya que no tomaban a los pacientes enserio y era algo desagradable como profesional. Aun así controle cada sentir esperando que mi reloj marcara las 12 pm, aun solo faltaban 30 minutos.
Estaba leyendo el archivo de Molinarri con seriedad y determinación.
Rang………………………….Rang………………………Rang………………-sonó mi teléfono interrumpiendo mi lectura.
-Hola-salude sin fijarme quien me llamaba.
-Buenas tardes Sophy-me saludo Paris, más bien Nicholai Prince.
Me corazón latió de forma sobre natural.
-¿Que deseas?-pregunte amablemente para mi sorpresa.
Preguntarte si deseas tomar una copa después del trabajo-pregunto algo triste.
-¿Que sucede?-desee saber ya que no era normal que él estuviera así.
-Hoy era el cumple año de mi madre-explico sin yo comprender.
-¿Porque no la visitas?-le sugerí y comprendí su silencio lo que significaba.-, lo siento. No debí-me disculpe y comprendí que yo a pesar de la edad desconocía a ese hombre que estaba al teléfono.
-No hay problema-me dijo tranquilamente.-, ¿me aceptas la copa?-volvió a preguntar.
-Si-dije sin pensarlo yo pago la primera ronda.-le advertí y escuche una risita de su parte.
-¿Qué haces?-me pregunto y volví a posar mis ojos en la fotografía de Molinarri.
-Viendo un expediente de un paciente-le explique.
-¿Hoy tienes cirugía?-pregunto.
-No, pero tu hermano tiene una.-le explique.-si, quieres puedes ver la cirugía que estar operando mientras yo me ocupo de unos asuntos.- me mordí los labios al ver esos ojos grises ser tan fríos y arrogantes.
-¿Sophy aún sigue con la apuesta de anoche?-pregunto Paris.
-Si-dije y escuche un grupo de personas entrar a la habitación.-, Nick me tengo que ir-le dije y le colgué antes de que el dijera Adiós.
El grupo era muy distinto en cierta manera a lo que yo espera cada año. La primera en entrar fue una chica de cabello castaño, tenía unos ojos café y unos lentes grandes. Junto a esta estaba nada menos que Pérez quien por mi ojo crítico parecía buscando la atención de la chica. Detrás de estos entro 3 chicos a los cuales distinguí como los bromistas del grupo ya que entraron con un escándalo molestoso. El primero era alto de cabello corto azabache, tenía perforaciones en ceja y oreja. El segundo de cabello rubio, más alto que el primero y con una musculatura impresionante. El tercero y el que menos me agrado era de tés oscura de pequeña estatura comparada con sus compañeros y con una reluciente calvicie.
Todos se sentaron ignorando mi presencia.
Entraron 2 dos rubias luego después de los chicos.
Mire mi reloj y faltaba 3 minutos para comenzar la reunión.
En ese instante entro una chica de pequeña estatura de cabello rojo, pecas en el rostro y ojos azules y detrás de ella un chico igual que ella.
-Eran gemelos-pensé rápidamente.
Todos se sentaron y conté a los suertudos 8 ya que Pérez había sobrevivido a mí durante los meses pasado.
Me arregle la garganta y todos me notaron, observe aquellos ojos verde, azules, café y negros fijos en mí.
Pude notar el fulgor rojo en las mejillas de Pérez.
-buenos días-salude con voz tensa y seria.
Todos me devolvieron el saludo.
-Los eh reunido para que conozcan la institución y las reglas de mi piso-dije y observe que el chico de tés oscura coqueteando  a la rubia con descaro.- caballero si usted desea puede coquetear con su compañera en el bar más cercano, si os gusta-le dije fríamente al chico de tés morena. Este sonrió irónicamente y no se fue de la sala. Se quedó para escucharme- voy hacer precisa y clara. La mayoría no sobrevivirá a mi régimen. En cardiología, soy la mejor y siempre exijo lo mejor de mis residentes.-me detuve y note que la chica castaña escribía cada palabra que resonaba de mí en la habitación.
Ella me recordaba en mi tiempo de estudiante.
-Pérez le entregara un móvil del cual deberá portar todo el tiempo, cuando suenen debe llegar al hospital y no me importa que sea. Si están haciendo una puñeta o se están revolcando con una tía-dije y muchos sonrieron a escucharme decir esas groserías.-la vida de un paciente es vital y no voy a permitir errores de su parte.-note que la chica rubia texteaba con su móvil y me volví a irritar, pero no detuve mi dialogo. Ya que me las cobraría luego.- se irán del hospital cuando yo diga, irán al baño cuando lo ordene, nada de escusa y lamentos. Ahora somos muchos y 4 meses solo quedaran 6. No tolerare ninguna falta a mi persona y está en ustedes en convencerme para que les permita ver un quirófano. Las próximas semanas se efectuar un trasplante de corazón y solo 2 estarán en el quirófano junto a Pérez y a mi.-dije y un murmullo se escuchó, pero seso al ver mi rostro serio.- voy a asignar un paciente a dos personas, me mantendrán informada diariamente. Todos los informes serán entregados cuando yo llegue al hospital.-me puse de pie y saque de mi bata una lista y un marcador. Les di la espalada, me dirigí a la pizarra y escribí el primer nombre:
1) Pérez- ¿?
Me voltee y me dirigí a la castaña.
-¿cuál es tu nombre?-le pregunte y ella se sonrojo.
-Jane Maddison-susurro sonrojada.
Volví a darle la espalda y comencé a escribir.
2) Maddison- González
2) Morrinson- González

-¿Quién es Morrinson?-pregunte volteándome y el chico rubio alzo la mano. Mire nuevamente la lista-Fernández-murmure y los gemelos alzaron la mano. Me dirigí a la chico-usted tendrá el caso de Luzt. Usted debe revisar el caso e investigar y para mañana plantearme una manera para reparar las venas coronarias.- dije, pero el parecía serio con un semblante curioso.- ¿me comprende?-sin saber si este lo había hecho.
-Carrión-me llamo la chica y pose mis ojos en ella.
-¿Si?-pregunte.
-Mi hermano es mudo-dijo, pero al ver el cambio en mi rostro continuo sin fijarse en los comentarios de sus compañero-, pero puede comunicarse y entiende y comprende lo que las personas dicen.-dijo, pero su hermano, saco una hoja de papel y con un lápiz escribió algo que nadie pudo ver. Se puso de pie y me lo entrego. Lo tome curiosa y leí.
Sus letras eran hermosas.
“Doctora, sé que es la mejor cardióloga y por ende quiero aprender de la mejor. Sé que esta ofendida por el comportamiento de mis compañero. Noto en sus ojos, pero le aseguro que no soy como ellos. Permítame demostrarle lo que soy capaz de hacer.”
Guarde la nota y le hice señas para que se sentara. Este obedeció y se sentó en su lugar. Guarde la nota y me voltee a la pizarra. Volví a escribir.

3) Fernández -Luzt
3) Young –Luzt
Después de un rato continúe escribiendo.
4) Fernández-Felton
4) Smith- Felton
Era el chico que coqueteaba con la chica rubia del cual me desangraba.
 5) Hallawood- Watson
Era la Barbie del grupo, parecía muy tonta y supuse que no soportaría mi régimen.
5) Clark- Watson
Guarde el papel después de terminar y continúe con mis instrucciones:
“las enfermeras no los ayudaran y mucho menos yo. Tienen 24 horas para hacer un informe determinado. También deben hacerlo juntos, si su compañero fracasa ustedes también. Por ende trabajen duro y si está muy claro le mostrare el piso de cardiología” dije e hice lo dialogado.
 Durante ese tiempo me sentía fuerte y fría. Durante muchos años había escondido aquella chica frágil que lloraba por todo y no decía lo que sentía. En ese momento se sentía como lo que era una diosa, como debió ser siempre.
Después de terminar el recordó y presentar mis residentes a las enfermeras y los pacientes los despache y decidí hacer papeleo para pasar el tiempo, pero luego de un rato decidí ir a comer en café.
Tome el ascensor y para mi suerte estaba vacío hasta que llego hasta el lobby que me encontré con la enfermera que había cortejado Paris.
-Hola Carrión-saludo animadamente como si fuéramos amigas.
-Hola-salude sin perder mi postura fría y seria.
-¿Podemos hablar?-pregunto cuando disponía dejarla sola en el vestíbulo.
-Si-dije al ella despertar curiosidad en mí. Muchas personas entraban y salían despreocupadamente.-dime-le ordene intentando no mostrarme curiosa.
-¿Usted le molesta si salgo con Prince?-pregunto.
-¿Disculpa?-murmure sin comprender a quien se refería.
-A Nick-dijo y sentí como la loba de mi interior salía intentando arañar aquella mujer.
-¡Ah!-exclame dando entender mi indiferencia.
-Creí que usted era su novia-explico.
-Negativo-dije repentinamente.
-eras su novia-dijo esa vocecilla malcriada de mi ser.
-Cállate-dije en mi interior ya que necesitaba autocontrol.
-¿Eso quiere decir que vos sale con su hermano?-pregunto la mujer curiosa, pero al ver mi expresión molesta agrego.-supongo que no.-su mirada era calculadora y curiosa, como las de las otras enfermeras del hospital.
-Mi vida personal no es de su importancia, peor para aclarar yo nunca tuve con el doctor Prince.-dije fríamente alzando la voz.
Muchos se detuvieron al verme molesta.
-No era mi intención ofenderle-se disculpó la chica sin la mínima pena.
-¿Pues que deseas de mí?-pregunte molesta y celosa.
Molesta porque ella insinuaba cosas que yo deseaba mantener fuera de los oídos de los demás. Celosa porque notaba que la chica le interesaba a mi verdadero amor y aun me sentía dueña y señora de parís. Él era mío y lo seria, pero debía dejarlo ir aunque yo fuera espectadora de su vida feliz con esa mujer.
-Deseo saber ya que me gusta Nick-soltó repentinamente y sentí un balde de agua me caía en mi rostro, pero no perdí la compostura.
-¿Y?-exigí saber sin comprender.
-Pensé que  ustedes tenía algo-explico y me sonroje sin poder evitarlo. Me sentí pésimo al dar entender eso, ya que no quería dar demostrar eso aunque en el fondo lo deseara con el alma.
-No tenemos nada-le asegure con un tono ofendido y molesto.
Ella rodo los ojos de forma extraña.
-Disculpe-se disculpó.
-No debes disculparte-le mentí y en ese momento sonó mi móvil.
Vi la pantalla:
911 habitaciones E 12

Si me disculpa, me tengo que ir-le dije a De la cruz antes de irme corriendo a la escaleras. Por cada escalo que subía olvidaba la mujer que era y volvía hacer Carrión durante todo el día y espere con ansia la cita que tenía con Molinarri. Deseaba volver a mi hogar, tomar una copa de vino y quedarme dormida en la sala, porque yo no tendrá ni las mínimas fuerzas para llegar a mi habitación. Ya haber hechos mis deberes me encontraba sentada  en mi oficina leyendo dos cartas que habían llegado el día anterior de mis hijos.

¡Hola mama!
Espero que no estés preocupada por nosotros, Federica y yo estamos bien. Tomo 9 materias a las cuales me gustan. Historia, algebra, geometría, física, lengua, francés, inglés, música y biología. Federica es muy amiga de una chica llamada Amanda del cual es su compañera de habitación. Hace unos días nos llegó una carta de Nick y me comento que casi no hablan porque siempre estas ocupadas. Yo opino al igual que mi hermana que deberías salir con él y despejar la mente. ¿Cómo estás?, ¿hay un caso interesantes en el hospital? ¿Podrías enviarme un libro?, deje los míos en mi habitación.
Pd. Te extraño mucho
Manuel Colon.

La siguiente carta era de Federica aunque no era exactamente una carta era un dibujo mío con ella sentada en el parque. Debajo del dibujo había una nota.
“te extraño mama”
Sonreí y sentí ese fuego maternal que crecía en mi corazón nuevamente. Los extrañaba mucho y ellos a mí. Pensé que sería bueno enviarle unos libros nuevos a Manuel y un libro de arte a Federica. Por ende iría mañana en mi hora de almuerzo a la librería más cercana.
Guarde las cartas en el cajo y decidí pensar una forma amablemente para iniciar una carta para mis hijos.
-Tock…. Tock… Tock-alguien toco mi puerta y me alejo de mis pensamientos.
-Entra-demande y entro parís.
Este vestía con una camiseta en “v” negra marcando su musculatura, unos pantalones de mezclilla y uno zapatos deportivos. Tenía ese aire juvenil, podía aparentar menos edad sin la menor preocupación. Su cabello estaba mojado debido a que afuera debía estar lloviendo, aunque la meteoróloga de la mañana había dicho lo contrario.
-Hola Sophy-saludo y sonreí sin evitarlo. Este al verme sonreír soltó una carcajeada.
-¿Qué sucede?-pregunte alarmada.
-Nunca te había visto sonreír así-me explico.-, no dejes sonreír nunca porque te ves hermosa, menos amargada.-dijo y me sonroje.
-¿Qué quieres?-exigí saber abochornada.
-Invitarte a beber una copa- me dijo, cerré los ojos y maldije el último tiro de los Lakers.
Abrí los ojos y lo mire directamente a eso ojos llenos de esperanza, verde hierba, verde esmeralda, verde crepúsculo y simplemente verde.
-No puedo-dije luego de meditarlo.-tengo una compromiso con un paciente…-explique, pero me interrumpió este sentándose delante de mí.
-¿Después que termines con tu paciente tienes la noche libre, verdad que si?-pregunto.
-Si-mentí.
Él se rio
-mentirosa- me espeto con una risa encantadora.
-¿Qué?-pregunte con inocencia.
-Parpadeaste-me explico.-cuando mientes evitas las miradas, mirarme a los ojos y cuando te esfuerza para decirte la verdad parpadeas más de lo normal.
Sin proponérmelo abrí la boca.
Nadie sabía ese detalle, tal vez romeo, pero ello se conocía desde la infancia. Él era más observado y analítico que antes. Ya no era ese chico que podía engañar con facilidad y sutileza.
Volví a recuperar mi compostura y seguir con mi mentira.
-pensaba ir a casa y pedir comida tailandesa mientras veo 3 metros sobre el cielo-dije aunque no era lo que planeaba en realidad. Mi noche se definía en beberme una botella de vino y quedarme dormida en mi sofá al siguiente día despertar con una resaca.
Esta vez me creyó aunque esta vez sonó más segura de mi misma.
-esta vez iras a salir conmigo y mañana te dejo tranquila-me dijo este y alguien toco la puerta.
-Entra-dije y Pérez entro a mi oficina.
-Carrión, llego el paciente famoso-explico curioso mi mano derecha.
-Gracias por informarme-dije y me puse de pie.
-Te esperare-me dijo parís y arrugue el entre cejo.
-quédate aquí con Prince -le ordene a Pérez- y no dejes que salga. Que no toque mis cosas-murmure ignorando la presencia del que fue el padre de mi hijo. Sali de la oficina dejando que aquellos hombres se presentaran.
Me dirigí a la habitación E02. Ya delante de esta toque dos veces y no escuche respuesta.
Sin esperar respuesta entre y escuche a una persona cantando:

“Settle down with me
Cover me up
Cuddle me in
Lie down with me
Hold me in your arms”

No sabía dónde proveía la voz. Dejando ser guiada por mi curiosidad llegue al baño.

“Your heart's against my chest
Lips pressed to my neck
I've fallen for your eyes
But they don't know me yet”

La puerta estaba entre abierta, el vapor emergía de la regadera y la Cortina no me permitía ver a la persona que la cantaba. Sabia de quien era canción yo la había escuchado en mis tiempos universitarios.
La voz era suave y dulce y me daba curiosidad. Sentía que mi cuerpo y alma… ¿yo tenía alama?
  Lo que fuera provocaba una atracción y un llamado a mi ser.

“And the feeling I forget
I'm in love now”

El vapor me golpeaba en el rostro y las gotas corrían con violencia en el cristal que había en el baño. Yo estaba quieta y no deseaba moverme de ese lugar. Permanecer en el marco de la puerta y dejar que esa voz me llevara al cielo y fuera de la realidad. Esa realidad que me mataba y me hacía ser miserable.
“Kiss me like you wanna be loved
Wanna be loved
Wanna be loved”

Ninguna vez había sido tan entrometida con un paciente para espiarlo mientras se bañaba.

“This feels like I've fallen in love
Fallen in love
Fallen in love”

El hombre siguió cantando pero su voz se iba apagando poco a poco. Este cerró la regadera y rápidamente salió de la ducha. Yo me quede quieta sin saber qué hacer, no sabía si correr o gritar, pero ninguna de las dos hice. El chico se secó con una toalla que tomo del toallero y se secó su cuerpo. Mientras lo hacía, no te los hematomas que tenía en la venas canalizadas, la cicatriz que se marcaba en su pecho desnudo. Note que tenía un tatuaje en la parte superior izquierdo de la espalda, del  cual reflejaba un drago intimidante.
Seguí recorriendo sus cuerpo con mis ojos hasta de tenerme en su pene. Del cual reflejaba total masculinidad total.
Rápidamente me sonroje y solté un suspiro. Por imposible que pareciera este noto mi presencia y me sonrió con orgullo varonil. Lanzo la toalla al suelo y se acercó a mí.
Mi corazón latía descontroladamente excitado, lleno de temor y nerviosismo por aquel hombre. Sus ojos plateados me intimidaban y me hacía sentir menos segura de lo que debía estar. Su cabello rubia como el sol tenía unas gotas diminutas que lucían como perlas del mar y lo hacía ver hermoso más hermoso que parís. Jamás había pensado tal cosa en su vida después de la llegada de estés.
-Hola guapa-dijo en un francés fluido del cual comprendí sin el menor esfuerzo.
No le devolví el saludo y el continuo hablando.
-No debería estar espiando  a las personas que se bañan-me regaño sin preocupación y con descaro.
-No… fue mi intensión-balbuce sonrojada y me aparte de este. Volví a entrar a la habitación y le di la espalda-podría ponerse la toalla-dije intentando sonar seria, pero mi voz sonaba ronca.
El chico se rio.
-Ya me la puse-dijo en francés.
Me voltee y en efecto se puso la toalla que había tirado al suelo.
-Gracia-agradecí.
-¿Usted es?-pregunto sin dejarme de sonreír y mirarme con burla.
-Soy la doctora Carrión- respondí volviendo a ser la mujer de hierro.
-Yo soy Theobaldo Molinarri-se presentó y me tomo de la mano.
La beso y me sonroje.
Retire mi mano rápidamente sonrojada y el continuo el dialogo.
-¿Usted es la doctora del cual todos hablan?-me pregunto y no le respondí. El continúo hablando sin importarle que yo estuviera como estatua.- aunque nadie me dijo que era guapa y muda.-me sonroje y en mi mente se escuchó un leve “clic”. Me aparte de él y me sonroje más de lo que estaba.
-Disculpe pero usted me respeta-le susurre molesta en castellano.-, soy su doctora y nada más. Se dirija mejor hacia mi persona.-el me sonrió y vi que tenía una dentadura.
-Paris y Molinarri deberían hacer una competencia de sonrisas, porque los dos tenía perlas en vez de dientes-pensé.
-Me salió jodona la doc.-dijo en francés y se me hincho el pecho de molesta.
-Jodona no-le dije- difícil e indomable-le corrijo furiosa en mi francés avanzado.
-Lamento ofenderle-dijo en español.
Supere y me cruce de brazos.
-Debo hablar con usted-le murmure.
El alzo una ceja y sonrió. Observe las gotas que caí sobre su cabello y terminaban en su pecho. Vi una gota que corrían por su pectoral bajaba por su abdomen y se fundía en la toalla de color carmín.
-¿En una cita?-me pregunto.
NO-le dije en voz alta.
-¿Porque no?-pregunto con cara de perito ofendido.
Yo no salgo con mis pacientes-le dijo fríamente y controlando los nervios. Mis ojos seguían recorriendo su cuerpo y volvía sentirme tonta e infantil. Su cuerpo era tan deseable y apetecible para mis propios ojos.
-Cálmate mujer-grito mi voz interior.
-Puede hacer una excepción-me recordó el muy canalla.
Volví a suspirar y controlar mis impulsos de mujer.
-Vengo a darle la bienvenida a este hospital y explicarle mis servicios…-comencé mirándolo directamente los ojos.
-Sexuales o simplemente…-comenzó interrumpiéndome y perdí la paciencia.
-Vendré otro día que este en sus cávales y no con juegos de niño chiquito-le dije molesta por su insinuación.
Cuando me disponía irme el meto por la cintura bruscamente, la toalla se calló al suelo. Sentí su miembro blando en mi pierna y su nariz tocando la mía. Nuestros ojos se miraron fijamente y ninguno de los dos aparto esa conexión visual. Sentí su piel mojada mojando mi ropa provocando que me estremeciera. Sus labios me llamaban a ser besados y su corazón latía de forma anormal.
-Podría soltarme-le dije en  voz baja y por raro que pareciera el me soltó. El muy creído no se puso la toalla y dejo en el suelo.
Me arregle la ropa sin mirarle el rostro y sali de la habitación como si me llevaran los mil demonios. Me dirigí a mi oficina entre sin tocar y cerré de un portazo.
-¿Que te ocurre?-pregunto parís alarmado.
-Nada-susurre mientras tomaba mis cosas.
-Carrión-me llamo Pérez.
No me dirigí a el sino a parís.
-Vamos a tomar un trago antes que me arrepienta-le dije con todo la frailada y nerviosismo que me salió en ese segundo. París miro a Pérez y comprendió que algo en mi fallaba. Nos fuimos del hospital y caminamos por la calles en ese caluroso verano. Cuando llegamos al bar más cercano me dirigí a parís.
-Vamos a la barra-le ordene aun temblándome el labio.
Este no dijo nada y no sentamos en la barra junto a un hombre que había perdido el conocimiento debido al maldito alcohol. Detrás de este se encontraba un cantinero regordete y de tés oscuro. Podía calcular que tenía la edad de 45 años, pero en esos momentos mis cálculos estaban siendo alterados.
Cerca de nosotros unos hombres veían el partido de futbol y gritaban o decían blasfemia cada vez que su equipo fallaba el gol.
París pidió dos tequilas y fue cuando este decidió saber respuesta.        
-¿que Sophy sucede?-pregunto y tome una gran bocado de aire y decidí desahogarme. Si total era y seguiría siendo mi mejor amigo aunque el desconociera mi identidad. Luego que el cantinero trajera los tequilas relate lo que me había pasado con Molinarri, pero oculte mis reacciones y mis deseos hacia este. Durante todo mi relato el rostro de parís fue un poema tras otro y no comprendí lo que sucedía por su mente. Cuando finalmente había terminado de hablar ya habían anotado un gol, aunque no sabía que equipo jugaba ni me interesaba, ya me había tomado 4 tequilas con parís y el cantinero ya había sacado a 1 borracho del bar.
-Deberías hablar con tu jefe-me sugiere parís con los ojos verdes encendidos.
Me encogí de hombros.
-No pienso hacer eso-susurre.
-¿Porque?-exigió saber y le hizo señas al cantinero- 2 tequilas.-pidió.
-En un segundo-dijo este al ver que una morena entraba al establecimiento con aire de turista.
-No pienso demostrarme débil y voy a hacer mi trabajo como se debe.-le explique.- además que difícil puede ser es hombre para mí-dije fingiendo no sentir ni el mínimo miedo o atracción hacia él.
-¿Que tienes que perder?-exigió saber algo molesto.- ¿orgullo?- pregunto dando en el blanco, pero fingí mirando las botellas de formas y colores diferentes que estaban detrás de la barra.
Deje mis ojos vi al cantinero hablar con una joven que pedía indicaciones.
-Mi credibilidad y mi carrera- explique sin mirarle a los ojos.
-¿Qué tiene de especial ese Barbie?-dijo parís algo irritado.
-Un corazón roto y yo soy la única que se lo puede trasplantar-le dije mirando directamente a los ojos. Sus ojos verdes parecían luciérnagas en la oscuridad y sus labios se volvían dulces prohibidos para mi propio ser.
Sin esperarlo él se mordió los labios y yo lo imite.
-No me voy a detener en este caso-susurre.
Este no dijo nada y note el sabor amargo del tequila mexicano y el limón en mis labios.
-Cantinero-llame a hombre de tés oscura cuando la chica desapareció por la puerta principal.
-Sí, señorita-pregunto mientras nos traía tequila a parís y a mí.
-¿cuál es su botella más cara?-le pregunto. El me mira curioso y le lanza una mirada a parís quien no comprende mis intenciones.
-Un vino añejo 1893-respondio señalándome una botella de cristal.
-¿Cuánto vale?-pregunte.
-1,000 euros-respondió y saque los billetes de mi cartera sin preocupación. El caballero comprendió y fue a buscar su mejor licor.
-¿Qué haces?-pregunta parís.
-Comprando-respondo lo obvio.
-¿Con que propósito?-pregunta.
-Celebración-respondo y el cantinero me trae la botella, saca corcho y junto a esto dos copas finas.
-¿Que celebramos?-pregunto.
-Mi fracaso-susurre y le entregue los 1,000 euros al cantinero.- ¿puedes?-le pedí a parís y este abrió la botella con saca corcho.- si me voy arriesgar debo celebrarlo.
-Estas borracha-me dijo parís y yo me reír coquetamente.
Este sonrió y me sirvió vino en mi copa.
-Debería beber más seguido-me sugirió.-te aflojas un poco. Ya no estás tan estirada y amargada-me dijo y supe que tenía algo de razón. Sentía un peso menos en mi cuerpo y en mi alma.
Si realmente tenía alma.
-No tenemos-me recordó mi vocecilla.-, somos almejas.
-Tu deberías de contarme que haces con tu tiempo libre-le exigí saber y tome un sorbo de alcohol.
Trabajo respondió y abrí los ojos como plato.
-¿En que trabajas?-pregunto.
-Trabajo en el negocio de la familia y busco ser parte de un bufete…
-Porque quieres ser parte un bufete de abogados gordos, alcohólicos y divorciados-le pregunte con menos de seriedad.
-Porque me gusta-explico y continuo-porque eres parte de un grupo de estirados, amargados y solitarios doctores y enfermeros.
Me sonroje un poco.
-Porque es lo que amo hacer como ser humano-le dije ofendida y tome más vino.
El rio un poco y su teléfono sonó.
-Un segundo-me indico mientras hablaba por el celular. Yo lo ignore ya que el alcohol hacia que viera las cosas de otra manera. Sentía que el cosmos se doblara ante mí y las mentiras fuera hojas de inviernos. Las cuales cae y desaparecen con la nieve y lodo. Nadie lo nota hasta la primavera. La primavera siempre me recordaba a la perdida de mi William, del cual no vio las hojas caer en el otoño ni en el invierno. En ocasiones pienso que sería tan alto como su padre y tan terco como yo. Para en toce tendría muchas chicas atrás de él y sería un estudiante promedio. Pero el destino fue cruel en arrebatármelo y dejármelo en urna de plata. Simplemente eso y nada más, para sufrirlo todo los días de mi existencia.
-Gol-escuche los gritos de los hombres y volví a caer en tierra.
Note que parís había terminado de hablar.
-¿Que sucede?-pregunte al ver que el guardaba el celular.
Lena quiere cenar conmigo-me explica y no comprendo.-Magdalena-explica.
Mi rostro se descompuso, pero sonreí con hipocresía.
-¡Qué bueno!-dije en voz baja y este saco unos billetes.
Si-dijo mirando mi expresión buscando un mensaje codificado en mis ojos.
Te molesta que me vaya-pregunto dejando los billetes en la barra.
-no-mentí ya que realmente me molestaba.
Me sentía furiosa y celosa por dentro.
Yo había resucitado a mi peor enemiga sin saberlo rencarnada entro cuerpo, pero la misma característica… Rosalinda de Areiv. Cuando era la esposa de Romeo, ese amor imposible que jamás pude probar como era debido y me empujó hacia Paris quien en realidad es Nicolai Prince quien es hermano de mi viejo amante Kyle Prince.
-¿Podre verte otro día?-pregunto y asiento mientras me servía vino a la copa.
-Claro-respondí fingiendo tranquilidad.
El alcohol se había vuelto mi arma para mentirle en ese momento.
Este me beso en la mejilla sin que yo pusiera resistencia. Dejo un calor en mi mejilla, tristeza en mis ojos y corazón roto a su despedida. No voltee a verlo, pero no puede evitar escuchar la puerta cerrarse a su paso. Después de la puerta escucharse un gruñido por parte de los espectadores al formarse un gol.
El cantinero retiro la copa de parís y tomo el dinero con una sonrisa de haber hecho un buen negocio ese día.

La siguiente hora la pase bebiendo la botella tan costosa para olvidar todo y bajando mis defensas para no tener que estar alerta. Seguí tomando sin saber que se formaba un complot contra mi propio ser.


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este capitulo se lo dedico a esas personas que aman y no son conrespondidos, a esos amores que nadie conoce y todos esconden.... sobre todo se lo dedico a esa chica q me quiere un mundo y yo la quiero una galaxia... peliamos y reñimos.. al final de la noche la quiere a mi lado aunq me diga enana o rodlfo... mega amo buchy....graxias... por q perdi las ganas de escribir y me devolviste las ganas de ser yo... me recordaste muchas cosas y grax x estar aki


pronto escribire!!!