Theobaldo James Molinarri
La noche paso rápida y no supe
cuando amaneció hasta que alguien sacudió mío hombro. Al principio no distinguir
quien era, hasta que mis ojos se adaptaron a las pocas luces de mi oficina.
Bartolomeo Pérez me miraba preocupado y algo asustado.
-¿Qué hora es?-pregunte con voz
cansada.
-9:45 am-respondió y me enderece.
Me había quedado dormida en mi escritorio sobre el archivo médico del Sr
Molinarri.-la reunión es a la 12 pm-me recordó mientras me incorporaba.
Me arregle el cabello aunque este
no tenía ningún defecto y masaje mi mejilla.
-¿Alguna novedad?-pregunte y él
me puso al tanto de todo. No dije nada mientras guardaba el archivo de
Molinarri junto a otros documentos en la gaveta de mi escritorio. Me explico
detalladamente de los sucesos de la mañana y me entrego mi agenda del día. La
observe rápidamente y note algo curioso.-
¿Por qué tengo una cita a la 5:30?-pregunte.
-Porque según el jefe usted tiene
una cita con el paciente del E24-explico con curiosidad.
No dije nada.
-No hay operaciones hoy para
usted-continuo explicando.
-Lo note-dije y bostece.
-Quien operara a la señora del
E22?-pregunte.
-Prince-respondió.
¿Cuantas Altas tengo
hoy?-pregunte mientras guardaba mis cosas y tomaba mi maleta.
-2-respondio.- los señores de la
habitación E20 Y E2-me recordó.
-¿Algo más que me tenga que
decir?-pregunte y negó con la cabeza.
Me puse de pie y ambos salimos de
mi oficina.
Mantenerme informada si ocurre
algo con la señora del E26-le dije y me fui a mi casa.
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Yo estaba sentada en una sala de
conferencia esperando a mi famoso grupo. Odiaba los nuevos ya que no tomaban a
los pacientes enserio y era algo desagradable como profesional. Aun así
controle cada sentir esperando que mi reloj marcara las 12 pm, aun solo
faltaban 30 minutos.
Estaba leyendo el archivo de
Molinarri con seriedad y determinación.
Rang………………………….Rang………………………Rang………………-sonó
mi teléfono interrumpiendo mi lectura.
-Hola-salude sin fijarme quien me
llamaba.
-Buenas tardes Sophy-me saludo
Paris, más bien Nicholai Prince.
Me corazón latió de forma sobre
natural.
-¿Que deseas?-pregunte
amablemente para mi sorpresa.
Preguntarte si deseas tomar una
copa después del trabajo-pregunto algo triste.
-¿Que sucede?-desee saber ya que
no era normal que él estuviera así.
-Hoy era el cumple año de mi
madre-explico sin yo comprender.
-¿Porque no la visitas?-le sugerí
y comprendí su silencio lo que significaba.-, lo siento. No debí-me disculpe y comprendí
que yo a pesar de la edad desconocía a ese hombre que estaba al teléfono.
-No hay problema-me dijo
tranquilamente.-, ¿me aceptas la copa?-volvió a preguntar.
-Si-dije sin pensarlo yo pago la
primera ronda.-le advertí y escuche una risita de su parte.
-¿Qué haces?-me pregunto y volví
a posar mis ojos en la fotografía de Molinarri.
-Viendo un expediente de un
paciente-le explique.
-¿Hoy tienes cirugía?-pregunto.
-No, pero tu hermano tiene
una.-le explique.-si, quieres puedes ver la cirugía que estar operando mientras
yo me ocupo de unos asuntos.- me mordí los labios al ver esos ojos grises ser
tan fríos y arrogantes.
-¿Sophy aún sigue con la apuesta
de anoche?-pregunto Paris.
-Si-dije y escuche un grupo de
personas entrar a la habitación.-, Nick me tengo que ir-le dije y le colgué
antes de que el dijera Adiós.
El grupo era muy distinto en
cierta manera a lo que yo espera cada año. La primera en entrar fue una chica
de cabello castaño, tenía unos ojos café y unos lentes grandes. Junto a esta
estaba nada menos que Pérez quien por mi ojo crítico parecía buscando la
atención de la chica. Detrás de estos entro 3 chicos a los cuales distinguí
como los bromistas del grupo ya que entraron con un escándalo molestoso. El
primero era alto de cabello corto azabache, tenía perforaciones en ceja y oreja.
El segundo de cabello rubio, más alto que el primero y con una musculatura
impresionante. El tercero y el que menos me agrado era de tés oscura de pequeña
estatura comparada con sus compañeros y con una reluciente calvicie.
Todos se sentaron ignorando mi
presencia.
Entraron 2 dos rubias luego
después de los chicos.
Mire mi reloj y faltaba 3 minutos
para comenzar la reunión.
En ese instante entro una chica
de pequeña estatura de cabello rojo, pecas en el rostro y ojos azules y detrás
de ella un chico igual que ella.
-Eran gemelos-pensé rápidamente.
Todos se sentaron y conté a los
suertudos 8 ya que Pérez había sobrevivido a mí durante los meses pasado.
Me arregle la garganta y todos me
notaron, observe aquellos ojos verde, azules, café y negros fijos en mí.
Pude notar el fulgor rojo en las
mejillas de Pérez.
-buenos días-salude con voz tensa
y seria.
Todos me devolvieron el saludo.
-Los eh reunido para que conozcan
la institución y las reglas de mi piso-dije y observe que el chico de tés
oscura coqueteando a la rubia con
descaro.- caballero si usted desea puede coquetear con su compañera en el bar más
cercano, si os gusta-le dije fríamente al chico de tés morena. Este sonrió
irónicamente y no se fue de la sala. Se quedó para escucharme- voy hacer precisa
y clara. La mayoría no sobrevivirá a mi régimen. En cardiología, soy la mejor y
siempre exijo lo mejor de mis residentes.-me detuve y note que la chica castaña
escribía cada palabra que resonaba de mí en la habitación.
Ella me recordaba en mi tiempo de
estudiante.
-Pérez le entregara un móvil del
cual deberá portar todo el tiempo, cuando suenen debe llegar al hospital y no
me importa que sea. Si están haciendo una puñeta o se están revolcando con una tía-dije
y muchos sonrieron a escucharme decir esas groserías.-la vida de un paciente es
vital y no voy a permitir errores de su parte.-note que la chica rubia texteaba
con su móvil y me volví a irritar, pero no detuve mi dialogo. Ya que me las
cobraría luego.- se irán del hospital cuando yo diga, irán al baño cuando lo
ordene, nada de escusa y lamentos. Ahora somos muchos y 4 meses solo quedaran 6.
No tolerare ninguna falta a mi persona y está en ustedes en convencerme para
que les permita ver un quirófano. Las próximas semanas se efectuar un trasplante
de corazón y solo 2 estarán en el quirófano junto a Pérez y a mi.-dije y un
murmullo se escuchó, pero seso al ver mi rostro serio.- voy a asignar un
paciente a dos personas, me mantendrán informada diariamente. Todos los
informes serán entregados cuando yo llegue al hospital.-me puse de pie y saque
de mi bata una lista y un marcador. Les di la espalada, me dirigí a la pizarra
y escribí el primer nombre:
1) Pérez- ¿?
Me voltee y me dirigí a la
castaña.
-¿cuál es tu nombre?-le pregunte
y ella se sonrojo.
-Jane Maddison-susurro sonrojada.
Volví a darle la espalda y
comencé a escribir.
2) Maddison- González
2) Morrinson- González
-¿Quién es Morrinson?-pregunte
volteándome y el chico rubio alzo la mano. Mire nuevamente la lista-Fernández-murmure
y los gemelos alzaron la mano. Me dirigí a la chico-usted tendrá el caso de Luzt.
Usted debe revisar el caso e investigar y para mañana plantearme una manera
para reparar las venas coronarias.- dije, pero el parecía serio con un
semblante curioso.- ¿me comprende?-sin saber si este lo había hecho.
-Carrión-me llamo la chica y pose
mis ojos en ella.
-¿Si?-pregunte.
-Mi hermano es mudo-dijo, pero al
ver el cambio en mi rostro continuo sin fijarse en los comentarios de sus
compañero-, pero puede comunicarse y entiende y comprende lo que las personas
dicen.-dijo, pero su hermano, saco una hoja de papel y con un lápiz escribió
algo que nadie pudo ver. Se puso de pie y me lo entrego. Lo tome curiosa y leí.
Sus letras eran hermosas.
“Doctora, sé que es la mejor cardióloga y por ende quiero aprender de
la mejor. Sé que esta ofendida por el comportamiento de mis compañero. Noto en
sus ojos, pero le aseguro que no soy como ellos. Permítame demostrarle lo que
soy capaz de hacer.”
Guarde la nota y le hice señas
para que se sentara. Este obedeció y se sentó en su lugar. Guarde la nota y me voltee
a la pizarra. Volví a escribir.
3) Fernández -Luzt
3) Young –Luzt
Después de un rato continúe
escribiendo.
4) Fernández-Felton
4) Smith- Felton
Era el chico que coqueteaba con la
chica rubia del cual me desangraba.
5) Hallawood- Watson
Era la Barbie del grupo, parecía
muy tonta y supuse que no soportaría mi régimen.
5) Clark- Watson
Guarde el papel después de terminar
y continúe con mis instrucciones:
“las enfermeras no los ayudaran y
mucho menos yo. Tienen 24 horas para hacer un informe determinado. También
deben hacerlo juntos, si su compañero fracasa ustedes también. Por ende
trabajen duro y si está muy claro le mostrare el piso de cardiología” dije e hice
lo dialogado.
Durante ese tiempo me sentía fuerte y fría.
Durante muchos años había escondido aquella chica frágil que lloraba por todo y
no decía lo que sentía. En ese momento se sentía como lo que era una diosa,
como debió ser siempre.
Después de terminar el recordó y
presentar mis residentes a las enfermeras y los pacientes los despache y decidí
hacer papeleo para pasar el tiempo, pero luego de un rato decidí ir a comer en
café.
Tome el ascensor y para mi suerte
estaba vacío hasta que llego hasta el lobby que me encontré con la enfermera
que había cortejado Paris.
-Hola Carrión-saludo animadamente
como si fuéramos amigas.
-Hola-salude sin perder mi postura
fría y seria.
-¿Podemos hablar?-pregunto cuando
disponía dejarla sola en el vestíbulo.
-Si-dije al ella despertar
curiosidad en mí. Muchas personas entraban y salían despreocupadamente.-dime-le
ordene intentando no mostrarme curiosa.
-¿Usted le molesta si salgo con Prince?-pregunto.
-¿Disculpa?-murmure sin comprender
a quien se refería.
-A Nick-dijo y sentí como la loba
de mi interior salía intentando arañar aquella mujer.
-¡Ah!-exclame dando entender mi
indiferencia.
-Creí que usted era su novia-explico.
-Negativo-dije repentinamente.
-eras su novia-dijo esa vocecilla
malcriada de mi ser.
-Cállate-dije en mi interior ya que
necesitaba autocontrol.
-¿Eso quiere decir que vos sale con
su hermano?-pregunto la mujer curiosa, pero al ver mi expresión molesta
agrego.-supongo que no.-su mirada era calculadora y curiosa, como las de las
otras enfermeras del hospital.
-Mi vida personal no es de su
importancia, peor para aclarar yo nunca tuve con el doctor Prince.-dije fríamente
alzando la voz.
Muchos se detuvieron al verme
molesta.
-No era mi intención ofenderle-se disculpó
la chica sin la mínima pena.
-¿Pues que deseas de mí?-pregunte
molesta y celosa.
Molesta porque ella insinuaba cosas
que yo deseaba mantener fuera de los oídos de los demás. Celosa porque notaba
que la chica le interesaba a mi verdadero amor y aun me sentía dueña y señora
de parís. Él era mío y lo seria, pero debía dejarlo ir aunque yo fuera espectadora
de su vida feliz con esa mujer.
-Deseo saber ya que me gusta Nick-soltó
repentinamente y sentí un balde de agua me caía en mi rostro, pero no perdí la compostura.
-¿Y?-exigí saber sin comprender.
-Pensé que ustedes tenía algo-explico y me sonroje sin
poder evitarlo. Me sentí pésimo al dar entender eso, ya que no quería dar
demostrar eso aunque en el fondo lo deseara con el alma.
-No tenemos nada-le asegure con un
tono ofendido y molesto.
Ella rodo los ojos de forma extraña.
-Disculpe-se disculpó.
-No debes disculparte-le mentí y en
ese momento sonó mi móvil.
Vi la pantalla:
911 habitaciones E 12
Si me disculpa, me tengo que ir-le
dije a De la cruz antes de irme corriendo a la escaleras. Por cada escalo que subía
olvidaba la mujer que era y volvía hacer Carrión durante todo el día y espere
con ansia la cita que tenía con Molinarri. Deseaba volver a mi hogar, tomar una
copa de vino y quedarme dormida en la sala, porque yo no tendrá ni las mínimas
fuerzas para llegar a mi habitación. Ya haber hechos mis deberes me encontraba sentada en mi oficina leyendo dos cartas que habían
llegado el día anterior de mis hijos.
¡Hola mama!
Espero que no estés preocupada por
nosotros, Federica y yo estamos bien. Tomo 9 materias a las cuales me gustan.
Historia, algebra, geometría, física, lengua, francés, inglés, música y
biología. Federica es muy amiga de una chica llamada Amanda del cual es su
compañera de habitación. Hace unos días nos llegó una carta de Nick y me
comento que casi no hablan porque siempre estas ocupadas. Yo opino al igual que
mi hermana que deberías salir con él y despejar la mente. ¿Cómo estás?, ¿hay un
caso interesantes en el hospital? ¿Podrías enviarme un libro?, deje los míos en
mi habitación.
Pd. Te extraño mucho
Manuel Colon.
La siguiente carta era de Federica
aunque no era exactamente una carta era un dibujo mío con ella sentada en el
parque. Debajo del dibujo había una nota.
“te extraño mama”
Sonreí y sentí ese fuego maternal
que crecía en mi corazón nuevamente. Los extrañaba mucho y ellos a mí. Pensé
que sería bueno enviarle unos libros nuevos a Manuel y un libro de arte a
Federica. Por ende iría mañana en mi hora de almuerzo a la librería más
cercana.
Guarde las cartas en el cajo y decidí
pensar una forma amablemente para iniciar una carta para mis hijos.
-Tock…. Tock… Tock-alguien toco mi
puerta y me alejo de mis pensamientos.
-Entra-demande y entro parís.
Este vestía con una camiseta en “v”
negra marcando su musculatura, unos pantalones de mezclilla y uno zapatos
deportivos. Tenía ese aire juvenil, podía aparentar menos edad sin la menor preocupación.
Su cabello estaba mojado debido a que afuera debía estar lloviendo, aunque la meteoróloga
de la mañana había dicho lo contrario.
-Hola Sophy-saludo y sonreí sin
evitarlo. Este al verme sonreír soltó una carcajeada.
-¿Qué sucede?-pregunte alarmada.
-Nunca te había visto sonreír así-me
explico.-, no dejes sonreír nunca porque te ves hermosa, menos amargada.-dijo y
me sonroje.
-¿Qué quieres?-exigí saber
abochornada.
-Invitarte a beber una copa- me
dijo, cerré los ojos y maldije el último tiro de los Lakers.
Abrí los ojos y lo mire
directamente a eso ojos llenos de esperanza, verde hierba, verde esmeralda,
verde crepúsculo y simplemente verde.
-No puedo-dije luego de
meditarlo.-tengo una compromiso con un paciente…-explique, pero me interrumpió
este sentándose delante de mí.
-¿Después que termines con tu
paciente tienes la noche libre, verdad que si?-pregunto.
-Si-mentí.
Él se rio
-mentirosa- me espeto con una risa
encantadora.
-¿Qué?-pregunte con inocencia.
-Parpadeaste-me explico.-cuando
mientes evitas las miradas, mirarme a los ojos y cuando te esfuerza para
decirte la verdad parpadeas más de lo normal.
Sin proponérmelo abrí la boca.
Nadie sabía ese detalle, tal vez
romeo, pero ello se conocía desde la infancia. Él era más observado y analítico
que antes. Ya no era ese chico que podía engañar con facilidad y sutileza.
Volví a recuperar mi compostura y
seguir con mi mentira.
-pensaba ir a casa y pedir comida
tailandesa mientras veo 3 metros sobre el cielo-dije aunque no era lo que
planeaba en realidad. Mi noche se definía en beberme una botella de vino y
quedarme dormida en mi sofá al siguiente día despertar con una resaca.
Esta vez me creyó aunque esta vez sonó
más segura de mi misma.
-esta vez iras a salir conmigo y
mañana te dejo tranquila-me dijo este y alguien toco la puerta.
-Entra-dije y Pérez entro a mi
oficina.
-Carrión, llego el paciente
famoso-explico curioso mi mano derecha.
-Gracias por informarme-dije y me
puse de pie.
-Te esperare-me dijo parís y arrugue
el entre cejo.
-quédate aquí con Prince -le ordene
a Pérez- y no dejes que salga. Que no toque mis cosas-murmure ignorando la
presencia del que fue el padre de mi hijo. Sali de la oficina dejando que
aquellos hombres se presentaran.
Me dirigí a la habitación E02. Ya
delante de esta toque dos veces y no escuche respuesta.
Sin esperar respuesta entre y
escuche a una persona cantando:
“Settle down with me
Cover me up
Cuddle me in
Lie down with me
Hold me in your arms”
No sabía dónde proveía la voz.
Dejando ser guiada por mi curiosidad llegue al baño.
“Your heart's against my chest
Lips pressed to my neck
I've fallen for your eyes
But they don't know me yet”
La puerta estaba entre abierta, el
vapor emergía de la regadera y la Cortina no me permitía ver a la persona que
la cantaba. Sabia de quien era canción yo la había escuchado en mis tiempos
universitarios.
La voz era suave y dulce y me daba
curiosidad. Sentía que mi cuerpo y alma… ¿yo tenía alama?
Lo que fuera provocaba una atracción y un llamado a mi ser.
“And the feeling I forget
I'm in love now”
El vapor me golpeaba en el rostro y
las gotas corrían con violencia en el cristal que había en el baño. Yo estaba
quieta y no deseaba moverme de ese lugar. Permanecer en el marco de la puerta y
dejar que esa voz me llevara al cielo y fuera de la realidad. Esa realidad que
me mataba y me hacía ser miserable.
“Kiss me like you wanna be loved
Wanna be loved
Wanna be loved”
Ninguna vez había sido tan entrometida
con un paciente para espiarlo mientras se bañaba.
“This feels like I've fallen in love
Fallen in love
Fallen in love”
El hombre siguió cantando pero su voz
se iba apagando poco a poco. Este cerró la regadera y rápidamente salió de la
ducha. Yo me quede quieta sin saber qué hacer, no sabía si correr o gritar,
pero ninguna de las dos hice. El chico se secó con una toalla que tomo del
toallero y se secó su cuerpo. Mientras lo hacía, no te los hematomas que tenía
en la venas canalizadas, la cicatriz que se marcaba en su pecho desnudo. Note
que tenía un tatuaje en la parte superior izquierdo de la espalda, del cual reflejaba un drago intimidante.
Seguí recorriendo sus cuerpo con
mis ojos hasta de tenerme en su pene. Del cual reflejaba total masculinidad
total.
Rápidamente me sonroje y solté un
suspiro. Por imposible que pareciera este noto mi presencia y me sonrió con
orgullo varonil. Lanzo la toalla al suelo y se acercó a mí.
Mi corazón latía descontroladamente
excitado, lleno de temor y nerviosismo por aquel hombre. Sus ojos plateados me
intimidaban y me hacía sentir menos segura de lo que debía estar. Su cabello
rubia como el sol tenía unas gotas diminutas que lucían como perlas del mar y
lo hacía ver hermoso más hermoso que parís. Jamás había pensado tal cosa en su
vida después de la llegada de estés.
-Hola guapa-dijo en un francés
fluido del cual comprendí sin el menor esfuerzo.
No le devolví el saludo y el continuo
hablando.
-No debería estar espiando a las personas que se bañan-me regaño sin preocupación
y con descaro.
-No… fue mi intensión-balbuce
sonrojada y me aparte de este. Volví a entrar a la habitación y le di la
espalda-podría ponerse la toalla-dije intentando sonar seria, pero mi voz
sonaba ronca.
El chico se rio.
-Ya me la puse-dijo en francés.
Me voltee y en efecto se puso la
toalla que había tirado al suelo.
-Gracia-agradecí.
-¿Usted es?-pregunto sin dejarme de
sonreír y mirarme con burla.
-Soy la doctora Carrión- respondí
volviendo a ser la mujer de hierro.
-Yo soy Theobaldo Molinarri-se presentó
y me tomo de la mano.
La beso y me sonroje.
Retire mi mano rápidamente
sonrojada y el continuo el dialogo.
-¿Usted es la doctora del cual
todos hablan?-me pregunto y no le respondí. El continúo hablando sin importarle
que yo estuviera como estatua.- aunque nadie me dijo que era guapa y muda.-me
sonroje y en mi mente se escuchó un leve “clic”. Me aparte de él y me sonroje más
de lo que estaba.
-Disculpe pero usted me respeta-le susurre
molesta en castellano.-, soy su doctora y nada más. Se dirija mejor hacia mi
persona.-el me sonrió y vi que tenía una dentadura.
-Paris y Molinarri deberían hacer
una competencia de sonrisas, porque los dos tenía perlas en vez de dientes-pensé.
-Me salió jodona la doc.-dijo en
francés y se me hincho el pecho de molesta.
-Jodona no-le dije- difícil e
indomable-le corrijo furiosa en mi francés avanzado.
-Lamento ofenderle-dijo en español.
Supere y me cruce de brazos.
-Debo hablar con usted-le murmure.
El alzo una ceja y sonrió. Observe
las gotas que caí sobre su cabello y terminaban en su pecho. Vi una gota que corrían
por su pectoral bajaba por su abdomen y se fundía en la toalla de color carmín.
-¿En una cita?-me pregunto.
NO-le dije en voz alta.
-¿Porque no?-pregunto con cara de
perito ofendido.
Yo no salgo con mis pacientes-le
dijo fríamente y controlando los nervios. Mis ojos seguían recorriendo su
cuerpo y volvía sentirme tonta e infantil. Su cuerpo era tan deseable y
apetecible para mis propios ojos.
-Cálmate mujer-grito mi voz interior.
-Puede hacer una excepción-me
recordó el muy canalla.
Volví a suspirar y controlar mis
impulsos de mujer.
-Vengo a darle la bienvenida a este
hospital y explicarle mis servicios…-comencé mirándolo directamente los ojos.
-Sexuales o simplemente…-comenzó interrumpiéndome
y perdí la paciencia.
-Vendré otro día que este en sus cávales
y no con juegos de niño chiquito-le dije molesta por su insinuación.
Cuando me disponía irme el meto por
la cintura bruscamente, la toalla se calló al suelo. Sentí su miembro blando en
mi pierna y su nariz tocando la mía. Nuestros ojos se miraron fijamente y
ninguno de los dos aparto esa conexión visual. Sentí su piel mojada mojando mi
ropa provocando que me estremeciera. Sus labios me llamaban a ser besados y su
corazón latía de forma anormal.
-Podría soltarme-le dije en voz baja y por raro que pareciera el me soltó.
El muy creído no se puso la toalla y dejo en el suelo.
Me arregle la ropa sin mirarle el
rostro y sali de la habitación como si me llevaran los mil demonios. Me dirigí
a mi oficina entre sin tocar y cerré de un portazo.
-¿Que te ocurre?-pregunto parís
alarmado.
-Nada-susurre mientras tomaba mis
cosas.
-Carrión-me llamo Pérez.
No me dirigí a el sino a parís.
-Vamos a tomar un trago antes que
me arrepienta-le dije con todo la frailada y nerviosismo que me salió en ese
segundo. París miro a Pérez y comprendió que algo en mi fallaba. Nos fuimos del
hospital y caminamos por la calles en ese caluroso verano. Cuando llegamos al
bar más cercano me dirigí a parís.
-Vamos a la barra-le ordene aun temblándome
el labio.
Este no dijo nada y no sentamos en
la barra junto a un hombre que había perdido el conocimiento debido al maldito alcohol.
Detrás de este se encontraba un cantinero regordete y de tés oscuro. Podía
calcular que tenía la edad de 45 años, pero en esos momentos mis cálculos
estaban siendo alterados.
Cerca de nosotros unos hombres veían
el partido de futbol y gritaban o decían blasfemia cada vez que su equipo
fallaba el gol.
París pidió dos tequilas y fue
cuando este decidió saber respuesta.
-¿que Sophy sucede?-pregunto y tome
una gran bocado de aire y decidí desahogarme. Si total era y seguiría siendo mi
mejor amigo aunque el desconociera mi identidad. Luego que el cantinero trajera
los tequilas relate lo que me había pasado con Molinarri, pero oculte mis reacciones
y mis deseos hacia este. Durante todo mi relato el rostro de parís fue un poema
tras otro y no comprendí lo que sucedía por su mente. Cuando finalmente había
terminado de hablar ya habían anotado un gol, aunque no sabía que equipo jugaba
ni me interesaba, ya me había tomado 4 tequilas con parís y el cantinero ya
había sacado a 1 borracho del bar.
-Deberías hablar con tu jefe-me sugiere
parís con los ojos verdes encendidos.
Me encogí de hombros.
-No pienso hacer eso-susurre.
-¿Porque?-exigió saber y le hizo
señas al cantinero- 2 tequilas.-pidió.
-En un segundo-dijo este al ver que
una morena entraba al establecimiento con aire de turista.
-No pienso demostrarme débil y voy
a hacer mi trabajo como se debe.-le explique.- además que difícil puede ser es
hombre para mí-dije fingiendo no sentir ni el mínimo miedo o atracción hacia él.
-¿Que tienes que perder?-exigió
saber algo molesto.- ¿orgullo?- pregunto dando en el blanco, pero fingí mirando
las botellas de formas y colores diferentes que estaban detrás de la barra.
Deje mis ojos vi al cantinero
hablar con una joven que pedía indicaciones.
-Mi credibilidad y mi carrera-
explique sin mirarle a los ojos.
-¿Qué tiene de especial ese Barbie?-dijo
parís algo irritado.
-Un corazón roto y yo soy la única
que se lo puede trasplantar-le dije mirando directamente a los ojos. Sus ojos
verdes parecían luciérnagas en la oscuridad y sus labios se volvían dulces
prohibidos para mi propio ser.
Sin esperarlo él se mordió los
labios y yo lo imite.
-No me voy a detener en este
caso-susurre.
Este no dijo nada y note el sabor
amargo del tequila mexicano y el limón en mis labios.
-Cantinero-llame a hombre de tés
oscura cuando la chica desapareció por la puerta principal.
-Sí, señorita-pregunto mientras nos
traía tequila a parís y a mí.
-¿cuál es su botella más cara?-le
pregunto. El me mira curioso y le lanza una mirada a parís quien no comprende
mis intenciones.
-Un vino añejo 1893-respondio señalándome
una botella de cristal.
-¿Cuánto vale?-pregunte.
-1,000 euros-respondió y saque los
billetes de mi cartera sin preocupación. El caballero comprendió y fue a buscar
su mejor licor.
-¿Qué haces?-pregunta parís.
-Comprando-respondo lo obvio.
-¿Con que propósito?-pregunta.
-Celebración-respondo y el
cantinero me trae la botella, saca corcho y junto a esto dos copas finas.
-¿Que celebramos?-pregunto.
-Mi fracaso-susurre y le entregue
los 1,000 euros al cantinero.- ¿puedes?-le pedí a parís y este abrió la botella
con saca corcho.- si me voy arriesgar debo celebrarlo.
-Estas borracha-me dijo parís y yo
me reír coquetamente.
Este sonrió y me sirvió vino en mi
copa.
-Debería beber más seguido-me sugirió.-te
aflojas un poco. Ya no estás tan estirada y amargada-me dijo y supe que tenía
algo de razón. Sentía un peso menos en mi cuerpo y en mi alma.
Si realmente tenía alma.
-No tenemos-me recordó mi
vocecilla.-, somos almejas.
-Tu deberías de contarme que haces
con tu tiempo libre-le exigí saber y tome un sorbo de alcohol.
Trabajo respondió y abrí los ojos
como plato.
-¿En que trabajas?-pregunto.
-Trabajo en el negocio de la familia
y busco ser parte de un bufete…
-Porque quieres ser parte un bufete
de abogados gordos, alcohólicos y divorciados-le pregunte con menos de
seriedad.
-Porque me gusta-explico y continuo-porque
eres parte de un grupo de estirados, amargados y solitarios doctores y
enfermeros.
Me sonroje un poco.
-Porque es lo que amo hacer como
ser humano-le dije ofendida y tome más vino.
El rio un poco y su teléfono sonó.
-Un segundo-me indico mientras
hablaba por el celular. Yo lo ignore ya que el alcohol hacia que viera las
cosas de otra manera. Sentía que el cosmos se doblara ante mí y las mentiras
fuera hojas de inviernos. Las cuales cae y desaparecen con la nieve y lodo.
Nadie lo nota hasta la primavera. La primavera siempre me recordaba a la
perdida de mi William, del cual no vio las hojas caer en el otoño ni en el
invierno. En ocasiones pienso que sería tan alto como su padre y tan terco como
yo. Para en toce tendría muchas chicas atrás de él y sería un estudiante
promedio. Pero el destino fue cruel en arrebatármelo y dejármelo en urna de
plata. Simplemente eso y nada más, para sufrirlo todo los días de mi
existencia.
-Gol-escuche los gritos de los
hombres y volví a caer en tierra.
Note que parís había terminado de
hablar.
-¿Que sucede?-pregunte al ver que
el guardaba el celular.
Lena quiere cenar conmigo-me
explica y no comprendo.-Magdalena-explica.
Mi rostro se descompuso, pero
sonreí con hipocresía.
-¡Qué bueno!-dije en voz baja y
este saco unos billetes.
Si-dijo mirando mi expresión
buscando un mensaje codificado en mis ojos.
Te molesta que me vaya-pregunto
dejando los billetes en la barra.
-no-mentí ya que realmente me
molestaba.
Me sentía furiosa y celosa por dentro.
Yo había resucitado a mi peor
enemiga sin saberlo rencarnada entro cuerpo, pero la misma característica…
Rosalinda de Areiv. Cuando era la esposa de Romeo, ese amor imposible que jamás
pude probar como era debido y me empujó hacia Paris quien en realidad es
Nicolai Prince quien es hermano de mi viejo amante Kyle Prince.
-¿Podre verte otro día?-pregunto y
asiento mientras me servía vino a la copa.
-Claro-respondí fingiendo
tranquilidad.
El alcohol se había vuelto mi arma
para mentirle en ese momento.
Este me beso en la mejilla sin que
yo pusiera resistencia. Dejo un calor en mi mejilla, tristeza en mis ojos y
corazón roto a su despedida. No voltee a verlo, pero no puede evitar escuchar
la puerta cerrarse a su paso. Después de la puerta escucharse un gruñido por
parte de los espectadores al formarse un gol.
El cantinero retiro la copa de
parís y tomo el dinero con una sonrisa de haber hecho un buen negocio ese día.
La siguiente hora la pase bebiendo
la botella tan costosa para olvidar todo y bajando mis defensas para no tener
que estar alerta. Seguí tomando sin saber que se formaba un complot contra mi
propio ser.
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este capitulo se lo dedico a esas personas que aman y no son conrespondidos, a esos amores que nadie conoce y todos esconden.... sobre todo se lo dedico a esa chica q me quiere un mundo y yo la quiero una galaxia... peliamos y reñimos.. al final de la noche la quiere a mi lado aunq me diga enana o rodlfo... mega amo buchy....graxias... por q perdi las ganas de escribir y me devolviste las ganas de ser yo... me recordaste muchas cosas y grax x estar aki
pronto escribire!!!
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