martes, 8 de octubre de 2013

La mujer que nadie tiene " capitulo 11"



Solo dime la verdad, la cruel y amarga verdad.



-¡Qué demonios!-exclame apuntándolo con el dedo y supe que la noche sería más larga de lo habitual.
Cerré la puerta y me dirigí hacia el consternada.
-Hola sophy-me saludo Theo con toda la naturalidad que pudo.
Estaba tan guapo como lo había dejado y no se veía tan mal como yo imaginaba.
-Creí que te había pasado algo-explique molesta.- deje a mis hijos solos por venir a verte. Eres un desconsiderado…
-Sabía que no vendrías si no te decía el propósito de tu visita-murmuro sin dejar de mantenerse tranquilo.
-¿Cuál es?-pregunte y me acerque a su lado.
-Tu regalo de cumple año- respondió y lo mire con los ojos en blanco.
-Pensé que te había pasado algo malo, me preocupe por usted señor Molinarri- dije sintiéndome engañada.-no me gusta que me intenten tomar el pelo y sin duda usted lo hizo Molinarri.
-Sabía que te enojarías, pero quería darle un regalo…
-No-dije perdiendo la paciencia.- me iré…
Ante de darle la espalda Theo salió de la cama y me tomo de la cintura.
-Suéltame-le dije furiosa y sin apartar mi vista de sus ojos grises.
-No te voy a soltar hasta que te calmes-susurro y me intente soltar de su agarre, pero no podía debido a un estado débil era más fuerte que yo. Luego de forcejear por varios segundos cese la batalla y espere que me soltara lo cual parecía interminable.- ¿ya estas calmada?-pregunto y asentí con el orgullo herido.
Me soltó lentamente y me contemplo los ojos.
-Perdón por traerte con falsas palabras, pero deseaba volverte a ver y darte esto-susurro mientras sacaba de las sabanas una caja de madera pequeña.-perteneció a una ancestral mía y pensé que debías conservarlo porque una joya como esta no debe coger polvo, ya no mas.- dijo y me la entrego.
-No puedo-dije mirando la caja. Tenía un diseño labrado en esa madera tan añeja y hermosa.
-Si puedes y ábrela por favor-pidió y con suspiro abrí la caja.
Había una gargantilla de plata con diamantes y con un esmeralda incrustada y dentro de la esmeralda había una “M” plateada.
-Es perfecta-solté sin contenerme.
-Tu eres perfecta-me aclaro Theo.
Sonreí tristemente y cerré la caja.
-No puedo aceptarla-dije y coloque la caja en la cama.
-Claro que puedes-dijo este y tomo la caja.- es tu regalo y no pienso aceptarlo de vuelta-explico tristemente.- ya no puedes usar la excusa de que temes ser despedida si soy tu jefe.
Gruñí por lo bajo.
-Eres insoportable-le recrimine furiosa.
-Solo da las gracias y no sigas replicando. Admite que te gusto el obsequio como una mujer normal y corriente.-pidió y lo mire fríamente.
-Gracias Molinarri y… es hermoso, si me permites decir Molinarri-dije puntualizando la frialdad en su nombre.
-Theo-puntualizo mostrando su mejor sonrisa.
-Molinarri-dije molesta.
-Theo-
-Molinarri-volví a repetir cruzándome de brazos. Sentí las ganas de devolverle toda mi ira con una cachetada.
-Theo y no quiero que vuelvas a llamarme Molinarri, se lo advierto sophia-dijo perdiendo la sonrisa. Poniéndose de pie delante de mí me miro detenidamente calculando mi expresión.
-Que vas hacer… Molinarri?-le rete con voz temblorosa y este me tomo bruscamente por los brazos rompiendo mi compostura y haciendo que la caja cayera al suelo. Caímos en la cama, pero no como podría esperar. Lo tenía encima de mi cuerpo sin hacerme daño, pero cortándome el aliento.- ¡suéltame!-le grite furiosa, pero el cayo mi peleas.
Me beso en los labios suavemente y con lentitud, rápidamente lo acepte. Saboree ese sabor que me hacía sentir tranquila  y a gusto. Mis manos recorrieron su cabello castaño con emoción, sentí la sangre correr con violencia en  mi rostro y labios, no quería detenerme en ese beso. Quería tenerlo más tiempo y hacerlo perfecto, quería hacerlo mío.
Él no era mío, pero lo deseaba con fuerza.
-¿Cuándo fue la última vez que estuve con un hombre?-me pregunte mentalmente y supe que fue el día que apareció Paris a mi vida nuevamente.
Sabia en el fondo que no era correcto lo que hacían mis labios y mis manos, pero no quería detenerme, pero una presión en mi pecho no me ayudaba en esa misión.
Él se apartó lentamente y él me miro a los ojos. Su expresión fue relajada, pero cambio violentamente.
-Sophia…-comenzó.
-Si-pedí saber con la respiración entre contados.
-¿Porque tienes un ojos café y otro verde?-pregunta y el balde de agua cayó sobre mí. Un escalofrió me recorrió en todo mi ser, me aparte bruscamente de Molinarri. 
Corrí al baño con nerviosismo y cerré la puerta asustada.
Me mire al espejo y vi un fantasma pelirrojo con un ojo verde esmeralda y un ojo de madera quemada.
-Maldición-maldije porque debido al movimiento brusco de Molinarri uno de mil lentes de contactos habían caído al suelo o en la cama.
-¿Sophia que sucede?-pregunto Molinarri detrás de la puerta preocupado.
Me acerque la puerta contiendo el aliento sin saber que decir.
-Nada-dije rápidamente y abrí la puerta.
Mantuve la cabeza agachada sin mirarle a la cara.
-Debo irme-murmure.-no puedo dejar más tiempo a los chicos solos en la casa.-explique en silencio.
Intente pasar, pero Theo me detenía el paso.
-Me permites pasar-pedí con un tono rudo.
-No-me dijo este y me cruces de brazo frustrada.
-Theo no hagas esto, solo déjame pasar y no vuelvas a besarme más-le pedí con voz nerviosa.
-¿Reamente no quieres que te bese?-pregunto.
-No-mentí con dolor en mi pecho.
-No mientas-me dijo Theo y me tomo del mentó. Puso sus ojos a mi altura y sentí su olor de menta golpeándome en el rostro.- tienes unos ojos hermosos mi amada sophia. No deberes usar lentes contactos, eres una hermosa chica y con esos ojos no deberías esconderlos porque me resultan ser las piedras más hermosas del mundo.-susurro para luego besarme lentamente.
Sentí que el dolor volvía abrirse como una herida en mi corazón.
Me aparte de él.
-No puedo-dije mirándolo a los ojos.- no quiero que te enamores de mi…-susurre, pero fui interrumpida.
-No quieres enamorarte tú de mi sophia-me recrimino él.
-No quiero tener que lidiar con un corazón roto-dije y con esfuerzo Salí del camino de Molinarri sin nada más que decir me fui de la habitación.
Camine por las escaleras, con la vista en el suelo y sin mirar atrás a lo que había dejado a mi paso.
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Había pasado 1 semana de mi cumple año, yo luchaba en cuerpo y alma no tener ningún contacto con Theobaldo Molinarri. Cuando mantenía un contacto con él me llevaba a uno de mis residentes presentes. Nunca hablábamos a solas para mantener una relación seria y crucial porque no quería volver a pasar el límite.
No quería que me descubriera y supiera la clase de persona que era y que había dejado ser.
Al día siguiente de mi cumple año lleve a mis hijos a la estancia del tren acompañada de parís, nuevamente me sentí que se llevaban una parte de mi ser aquellos chicos. París y yo seguíamos siendo mejores amigos, pero guardando esa distancia que el intentaba romper entre nosotros y no permitía.
Kyle cambio de la noche a la mañana conmigo, ya no era frio si no compresivo y amigable lo cual me tenía sorprendida. Tanto que sietes días de mi cumple año salimos a comer después de una cirugía importante.
Todo los días suplicaba que hubiera un corazón disponible para Theo, pero ningún momento llamaban las agencia que yo tanto deseaba ayuda.
En estas semanas comencé a tener pesadillas y las noches se volvieron insoportable para tolerar, mi consumo de cafeína aumento debido a la falta de apetito de mi parte. Aunque no lo quisiera aceptar el hecho que Theo me viera a los ojos me hizo miserable e insoportable, ya que me veía tal como era frágil y tal como era cuando había perdido a ese ser que tanto amaba en mi corazón. Sabia en mi subcociente que yo me estaba enamorando de Theo porque perdería el control.
Cada vez que Theo y yo estábamos en la misma habitación sentí sus ojos fijos en mí quemándome la piel y provocando que mis mejillas cambiaran a un tono rosado, que mi voz sonara sin poder ni petulante.
Ya yo me sentí distinta y necesitaba un escape para esta situación y como milagro caído del cielo callo ante mí.
Una tarde de septiembre mientras tomaba café en vestíbulo de camino al ascensor mi celular comenzó a cobrar vida.
Al ver el número me relaje ya que era alguien importante para mí.
-Hola mama-salude tranquilamente.
-Hola mi Julieta-me saludo con una voz cortada y triste.
-¿Sucede algo?-pregunte alarmada y deteniéndome delante del ascensor.
-Es tu padre, tuvo un accidente y no sabemos si sobreviva-explico y la escuche llorar por el auricular.
-Iré a casa a hora mismo-dije sin pensarlo dos veces.- no pierdas la calma madre-le pedí a mi madre sintiéndome fatal.- volveré a casa tan pronto suba al avión.
Le colgué y tuve que ordenar mis pensamientos.
Subí el ascensor sin saber que pensar o que decir y ya estando en mi oficina pensé claramente.
Volví a marcar y llame a Gautier.
-Hola Carrión-saludo.
-Hola-salude seriamente.
-¿Que sucede?-pregunto alarmado.
-Necesito tu ayuda-dije rápidamente y le explique la llamada a mi madre.-necesito que solicites un boleto a escala para mi hogar quiero uno que este bajo el nombre mío y el otro de ella. Quiero que estés al tanto de mis hijos mientras yo no estoy, quiero que les diga que no estaré en el país porque mi padre no se encuentra bien.-murmure.- espero salir en 3 horas de España y estar en varias horas con mis padres.
-Lo haré toda mi niña-me respondió Gautier.
Discutimos sobre los asuntos de mi regreso a mi hogar y ya todo aclarado decidí notificarle la situación a mi jefe.
Media hora después ya había finalizado mi discusión con mi jefe y  delegaba mis obligaciones a mis Pérez y a mis residentes en el salón de conferencia. Después de la reunión todos se fueron hacer sus obligaciones y me quede pensativa para enfrentar a mis pacientes cuando alguien entro e interrumpió mis pensamientos.
-¿Porque te vas?-pregunto Kyle enojado cuando caminaba hacia la salida.
Lo mire perpleja.
-Tengo que ir a ver a mi padre-le respondí con voz a pagada.
-¿Porque tienes que ir te?-pregunta con el mismo tono de voz.
-Es mi padre-le dije y lo mire a los ojos.
-¿Cuándo vuelve?-pregunto y sus ojos se mostraban encendidos.
-Ta pronto se mejore-respondí y aparte mi vista de el.- no quiero hablar Kyle, solo quiero que te hagas cargo de mis pacientes mientras no estoy….- comencé y no termine.- adiós- me despedí y lo deje solo en la conferencia.
Hable con mis pacientes excepto a Molinarri quien lo deje para último lugar. Ya terminado fui a su habitación, toque dos veces y abrí la puerta enfrentándome a él.
-Hola sr Molinarri-salude con cordialidad excesiva.
-Hola-saluda mirándome a los ojos.
-Vengo a notificarle…
-Que se va de vacaciones-murmuro este resentido.
Lo mire fríamente.
-Me voy porque tengo una situación familiar la cual no me permite continuar con mis obligaciones, debería no estar escuchando los chimes de las enfermeras si quiere saber la verdad…
-La verdad es algo que no se dé usted sophy, ¿porque usa lentes de contacto?-pregunto rápidamente.
-Eso a usted no le importa-le espete molesta.
-Claro que me importa, porque no se la clase de mujer que tengo delante de mí. Solo dime la verdad, la cruel y amarga verdad. ¿Quien es usted?-pregunto Theo.
-Soy una mujer de carne y hueso nada más. Solo vengo a despedirme ya que mi vuelo es largo…
-¿Cuándo volverá?-pregunto resignándose a mi respuesta.
-Tan rápido sea permitido.
-Puede llamarme cuando llegues a tu destino-pidió y negué con la cabeza.
-Yo no sé si pueda hacer lo que me pide-susurro mirando sus ojos de hielo.
-¡Por favor!-suplico- necesito y quiero saber de usted Carrión.
-Vale, le llamare cuando llegue a mi primer destino-prometí.
Theo sonrió a medias y me miro con brillo peculiar.
-Quiero besarla-susurro Theo.-, pero no lo hare. Usted me lo pedirá.
-Jamás volveré hacer lo que tanto desea-digo sabiendo que yo también lo deseo.
-Yo nunca me equivoco-me dijo y vi que no mentía.
-Siempre hay una primera vez-le contradije.
-Supongo que si-coincidió-, pero esta vez no lo será.
Mi celular cobro vida y lo tome haciéndole señas con la mano a Theo.
-Hola-salude.
-¿Cómo esta Julieta?-me pregunto directamente romeo.
Sentí como los músculos de mi cuerpo se tensaban de manera incomoda.
-Neutral-respondí.
-Volverás-pregunto.
-Si- dije sin apartar mis ojos de Theo.- te llamo luego, estoy trabajando…
-¿Julieta cuando es tu vuelo?-me pregunto antes que colgara.
-En par de horas-respondí.
-¿Quieres que te busque en el aeropuerto?-pregunta con un tono de ansiedad.
Suspire con una sonrisa triste.
-Si-susurre.- te llamare cuando llegue a Venezuela-le dije.
-Está bien-dijo con un tono amistoso.-, te veré pronto Julieta. Lamento lo de tu padre.
-Yo también lo lamento, pero debo colgar-dije y colgué antes que romeo dijera adiós. Guarde mi celular y espere a retomar la discusión entre Theo y yo.
Me relaje después que le colgara a romeo.
-Debo irme- le dije a Theo.- volveré tan pronto como sea posible. Mi colega Prince me sustituirá en mi ausencia y Pérez me mantendrá al tanto de todo.
-Adiós sophia-se despidió con tristeza y algo enojado.
-Adiós Theo-dije sintiéndome dolida por nuestra discusión.
Me di la vuelta, pero antes de tomar el picaporte él dijo a mi espalda.
-Aun no sea ido y siento que se lleva mi corazón roto lejos de mí-susurro Theo.
-Usted no sabe que es un corazón roto-le reproche sin voltearme a verle si nada más que decirle Salí de la habitación dejando una parte de mi ser junto a él.
Después de tomar mis cosas me fui a mi casa, ya estando en ella hice la maleta para dos semanas de estadía mientras dejaba las cosas en orden me sentía ansiosa. Volvería a mi hogar después de todo y no sabría cómo serían las cosas, como lo tomarían mis amigos y Romeo.
Ya cuando me había terminado de dejar todo en orden llego Gautier  quien me trajo mis credenciales falsas, un móvil con un número nuevo y una peluca para ocultar mi cabello pelirrojo. La peluca era de mi color natural de cabello aunque no podría remplazar mi  lobuna y juvenil grifería. Le entregue las llave de mi hogar y de mi auto porque era de las pocas persona en que confiaba y que realmente conocía.
El mismo se comprometió a llevarme al aeropuerto y hacerme compañía durante la espera. Durante su compañía hablamos muy poco ya que no tenía la fuerza suficiente para articular una palabra. Tenía miedo y mucho por mi padre y por lo que se venía encima de mí. Cuando más pensaba mis pensamientos terminaban en parís.
No me había puesto a pensar en él y tan poco había tenido tiempo en despedirme. Por ende termine pidiéndole una hoja de papel a una coordinadora de vuelo para escribirle una breve carta al dueño de mi corazón y con el fin de que Gautier se la hiciera llegar de una manera u otra.
Después de escribir la carta deje que mis recuerdos me llevaran al pasado:
Flash back :
Las tres estábamos sentadas en unos asientos apartados de un grupo de turista soñolientos.
-¿Quieres un café?-le pregunto Carolyn a Chalayra
-Si-escuche que Chalayra respondía.
-Ummmmmm…vuelvo en un segundo- murmuro Carolyn y escuche como desaparecía.
Yo mantenía mi cabeza en el regazo de Chalayra y mantenía los ojos cerrado, pero aún me mantenía despierta usando cada sentido.
-Toma- escuche que decía Carolyn.
El olor a café llego a mis narices. Si hubiera estado en mejores condiciones, me hubiera gustado beber un poco de café. Mi estómago se ajito a la idea y me mordí la lengua para evitar cualquier signo de estar despierta.
-Gracia-agradeció Chalayra.
Pude escuchar como bebía Chalayra su café.
-¿Crees que este bien?-pregunto Carolyn.
-Supongo que no-. Murmuro Chalayra y sentí como se encogía de hombro.
-¡Pobre Julieta!-exclamo Carolyn.
-Todo por amor- añadió Chalayra.-, espero que todo  salga bien.
-Si-coincidió Carolyn.-, yo sabía que algo raro había ocurrido con ella en la graduación. Recuerda cómo se veía cuando estaba con Paris, parecía otra, sencilla, llena de vida y más aún feliz.
-Incluso la hizo reír- le recordó Chalayra.-, nadie además de Raúl y Kyo la han hecho reír. Paris debe ser una buena persona después de todo, pero ahora que lo pienso no será fácil cuando se entere de que Julieta ha desaparecido.
-Esto no es un final feliz-. Comento Carolyn.
-¡Pobre Paris!-exclamo Chalayra.
- nunca podre comprender a Julieta y más aun no podre comprender lo que siente por Romeo y Paris- murmuro pensativa Carolyn.-, en cierto modo lo que está ocurriendo parece haber salido de una novela romántica.
-Si-coincidió Chalayra.
Carolyn y Chalayra  se quedaron en silencio y yo me mantuve quieta fingiendo estar en un sueño profundo y tranquilo.
En mi mente hubo muchos pensamientos buenos y malos y cada uno me arranco el aliento. Hice el esfuerzo posible y controle cada emoción cada dolor en mi pecho, pero cada vez que se me lanza una oleada de dolor se me hacía más difícil controlar las emociones en mi corazón. Después de tanto pensar mis pensamientos llegaron a otro punto. Tenía que tomar un vuelo de más de cinco horas y en ningún momento pensé que estaría en un lugar cerrado y rodeado personas. Rápidamente sentí temor y ahogue el temor con dolor, pensé en Isabella y en mis amigos y eso evito que pensara en el vuelo.
 No supe cuánto tiempo estuve acomodad en el regazo de Chalayra, pero no fue agradable cuando Chalayra me despertó.
Chalayra me llamo por mi nombre real.
Abrí los ojos lentamente y solté un bostezo muy fingido, para luego levantar mi cabeza del regazo de Chalayra. Me dolía en cuello ya que estuve en una postura menos adecuada.
Masajee con mis manos la parte dolida de mi cuello.
-Hola bella durmiente- me saludo Carolyn con un tono de simpatía y supe que era muy fingido y forzado.
Le seguí la corriente y sonreí a medias. Nuevamente volví a bostezar de la misma manera que había hecho hace un segundo.
-Tu vuelo sale en veinte minutos-Me recordó Chalayra.-. ¿Quieres comer algo?
-Mejor bebo un café- . Respondí intentando mantener mi estómago tranquilo y fuera de nausea.- y por favor tráeme unos chicles y unas aspirina que causen sueño.
Carolyn asintió y antes que dijera otra cosa fue a comprar el café.
Recordé las cartas que había escrito y supe que era el momento de seguir con el plan.
-Toma- se las entregue a Chalayra después que la busque en mi bolso.-, escribí unas cartas y quiero que se las entregue a la persona correspondiente-le explique.-, cada sobre tiene el nombre escrito de la persona que le corresponde el sobre.
Chalayra las tomo y enseguida guardo las cartas en su cartera.
Sabes que siempre  puedes contar conmigo- murmuro.
-Lo sé- susurre.- llamare cuando llegue, espero no llamar en un momento oportuno.- me apresure a decir mientras observaba a unos ingleses pasar frente a nosotras.
-Claro que no- replico esta y por su tono de voz supe que se hacia la fuerte.-, llama cuando quieras y me mantienes al tanto.
Me encogí de hombros mientras ella hablaba.
-Julieta- comenzó y me quede callada.-, ¿no crees que esto es una locura?- me pregunto.
-Mi vida es una locura-respondí.-, cuando tomas una decisión no sabes las consecuencia, tampoco sabes si te dolerá, lo único que sabes es que no hay marcha atrás. Yo no voy a retractarme sabiendo que ya no puedo y no quiero. Siempre tienes que hacer sacrificios por un bien mayor y este es el mío. Me perderé de momentos buenos y no estaré con las personas que quiero, pero eso que me espera de la vida.
Me quede callada después que hable.
-Como dije antes puedes contar conmigo y con Carolyn-me recordó Chalayra.
 Me voltee y la mire a los ojos, por un segundo quería llorar, pero me contuve y solo me limite a sentir con la cabeza.
-Siempre lo tendré en cuenta-. Dije sinceramente.
-Toma, el café está caliente- me aseguro Carolyn mientras me daba un vaso.
Tome el vaso con mis manos heladas y rápidamente sentí el calor en mis dedos y el olor a café recién calentado llego a mi nariz.
-Gracia-agradecí y acerque el vaso a mi rostro y sople suavemente antes de llevarme el vaso a los labios. El sabor a cafeína invadió en mi boca, jugó con mi lengua por unos segundos y calentó todo a su paso hasta llegar a mi estómago. Bebí en silencio, retire el vaso de mis labios y tome aire puro.
-¿Está bien?-me pregunto Carolyn.
-Estoy mucho mejor- le asegure a Carolyn y me puse de pie. Me dirigí al cubo de basura y después lance con tranquilidad el recipiente que hace un segundo contenía un café delicioso.
Volví a sentarme en el asiento en que estaba sentada hace un segundo.
-¿Cuánto falta?-pregunte sin dirigirme a nadie.
-Diez minutos, será mejor que vayas abordar el avión- me aconsejo Carolyn.
-Si-dije.
Las tres nos pusimos de pie y nos dirigimos a la entrada  que se dirigí a la puerta del avión.
Yo no era buena con la despedida y no era el momento para aprender a despedirme. Cuando llegamos a la entrada las tres nos quedamos en silencio a la espera de un suceso. Solo una pregunta deslumbro sombre en mi mente.
-¿Quién será la valiente que hable?- me pregunte en mi mente.
Carolyn siempre fue más valiente que yo.
Carolyn me abraso de la manera que una niña abrasa a una muñeca de trapo, el abrazo que Carolyn me dio estaba lleno de afecto y cariño, pero este abraso no tenía la despedida incluida.
-Espero que vuelvas-susurro en mi oído Carolyn.- y espero que la próxima vez que te vea tengas una sonrisa radiante en tu rostro.
Me soltó después de abrasarme fuertemente.
-Intentare tener una sonrisa radiante cuando… bueno si nos volvemos a encontrar- le dije sin prometerle nada.-solo prométeme que no te vas a teñir el cabello a amarillo canario, no quiero ver que te has convertido en una Barbie por mi culpa.
-Jajajaja- se burló ella.- veo que todavía tu sentido del humor sigue siendo el mismo- el sarcasmos siempre se le dio bien a mi querida amiga.
-No te olvidare- le prometí a Carolyn.
-No se olviden de mí- dijo con sarcasmo Chalayra y me dio un gran abrazo.
-Chary…no puedo respirar- dije. Porque todas la personas a mí alrededor suelen ser altas y fuertes.
Chalayra se apartó de mí.
-Lo siento-se disculpó y pude ver que lloraba.
-Por favor no llores, no me la pongas tan difícil- le dije y pude sentir como unas lágrimas saladas corrían por mi mejilla.-. Estaré bien, te llamare cada día de mi vida- le prometí con un balbuceo.- adiós- me despedí rápidamente y sin mirar atrás me dirigí a la puerta del avión, frente a esta se encontraba una mujer alta y delgada. Rápidamente supe que era la azafata, por su atuendo peculiar y gracioso, la chica parecía a una modelo internacional o simplemente era una Barbie sin cerebro.
Sophia-me llamo Gautier trayéndome a la realidad.-tu vuelo sale en 10 minutos. Supongo que debería abordar ahora mismo.-me sugiriera y asiento.
Le entrego la carta y me despido incomoda.
-Vuelve pronto-me pide el que hombre que se comportó como mi padre durante esa década.
-Claro-solo digo eso ya que mi boca esta seca y no siento que pueda decir algo más.
Sin esperarlo Gautier me abrazo como un padre abraza a su hija y me acompaño a la entrada de abordaje del avión.
Le entregue mi tique a una castaña azafata, esta me indico donde debía sentarme y con un adiós me fui al área de primera clase.
Todo había cambiado de la noche a la mañana y tendré que enfrentarme a lo que yo había dejado a mi paso.
A mi pasado.
Me senté donde me había dicho la azafata, en primera clase.
Observe mi celular y vi llamadas de parís.
Sentí las ganas de llamarlo, pero la azafata me ordeno con amabilidad que apagara mi celular.
Lo cual hice sin replicar, después de que las azafatas dieran las instrucciones a seguir y despegara el avión me deje entregar a los brazos de Morfeo con despreocupación.
-Llegaremos en 15 minutos-me dijo la azafata castaña agitándome el hombro.
Pestañe y Salí de mi sueño.
-Gracias-agradecí, me desabroche el cinturón. Me puse de pie y saque de mi comportamiento para lavarme el rostro y los dientes.
Cuando entre al baño mis ojos fueron directamente a la chica que estaba delante del espejo. Se veía pálida, agotada y preocupada, pero nada como la chica que había abordado el avión a España hace una década.
Saque mi cepillo dental y mi pasta de dental y me lave la boca para retirar ese sabor amargo. Después me lave el rostro y me maquille los labios para darme más hermosura de la que yo denotaba.
Volví a mi sitio y espere el aterrizaje del avión.
Ya en el aeropuerto fui a baño a cambiarme.
Me coloque mi peluca, me quite los lentes de contactos y me cambie de ropa. Me puse una pantalón de mezclilla y una blusa azul marino con unos tacones de plataforma del color de la camisa. Al ver mis ojos me sentí extraña y opte por ponerme unas gafas de sol.
Después de arreglarme Salí del baño y me senté a esperar a que nos indicaran el abordaje del avión.
Sentí que alguien me observaba mire a todas direcciones y no encontré a nadie.
Encendí el teléfono mientras esperaba tomar el otro avión hacia el caribe.
Sabía que tenía que llamar a Molinarri porque había prometido hacerlo, pero sabía que no era el momento correcto, pero tampoco tenía el número de el así no podría llamarle como había dicho que haría.
Decidí leer los mensaje de texto lo cuales en su mayoría era de los Prince, pero también había varios mensajes de mis seres queridos, pero el que más me llamo la atención fue un número desconocido.
-“Esos labios rojos son demasiados llamativos”
Rápidamente tecle las teclas con nerviosismo
-¿Quién eres?”
Envié el mensaje y rápidamente suena mi teléfono.
-“Yo no soy un hombre con un corazón roto”
-“He roto muchos corazones, pero veo que el tuyo está intacto” tecleo y envió ese mensaje.
-“Lo sé por eso es mi doctora favorita” me respondió.
-“¿Theo dónde está?” pregunte alarmada y alguien coloco su mano en mi hombro.
Me voltee asustada y vi esa caballera rubia y peculiar.
-Demitria-dije asustada.
-Hola sophia-saludo.
-¿Qué haces aquí?-pregunte.
-Cuidándote-respondió sentándose junto a mí.
-Cuidándome-repetí.
-Mi hermano cree que dejarte sola no es algo que sea correcto y me envió a seguirte para mantenerlo tranquilo.-murmuro.
-¿Porque?-pregunte sin comprender.
-Tú le importas y yo quiero complacerlo. Además amos las aventuras y los misterios-me explico la chiflada que estaba sentada a mi lado.
-No necesito que me vigilen Demitria-dije sintiéndome tensa.
-No puedo, si lo hago se enfadara conmigo y se preocupara mucho por ti-explico demostrando total seriedad.
-¿No hay manera que lo pueda engañar?-pregunta.
-No-admitió ella.
-¡Que terco es!-exclame furiosa.
-¿Estas molesta?-pregunto Demitria Molinarri.
-No contigo-admití y escuche que la azafata notificaba el abordaje del avión.
Suspire con nerviosismo.
-No pasara nada sophia-me consuela ella.-todo saldrá bien, solo déjame hacer mi trabajo y prometo que dejare que asesine a mi hermano de vuelta.
-No me des ideas-dije con la mandíbula tensa.
Tome mi bolso y fuimos al abordaje. Le entregamos los tiques a la azafata y esta nos guio a nuestros asientos de primera clase.
No sentamos juntas y espere con nerviosismo al despeje.
-¿Cuándo llegaste tan rápido?-pregunte curiosa.
-Jet privado-respondió con naturalidad.
-Ya veo-dije con ironía.
- tienes algo en los ojos?-me pregunta al verme con gafas de sol.
-No-admití y  sin poder evitarlo me quite las gafas.
Ella me miro curiosa.
- tienes unos ojos hermosos, pero la peluca no te favorece.-explica.
-¿Cómo supiste que soy yo?-pregunte.
-Te seguí hasta el baño y quise gastarte una leve broma-explico algo divertida.
-¿Qué le pasa esta chica?-pregunto mi vocecilla.
No dije nada.
-¿Porque usas peluca?-pregunta ella curiosa.
-Es una larga historia-replico sabiendo que no me dejaría en paz.
Ya notaba el parentesco con Theo.
-Tenemos todo un viaje para ello-respondió y suspire.-prometo no decirle a mi hermano si te preocupa. Soy una tumba y se nota que te hace falta una amiga en este momento-me dijo y sentí que la chica sentía empatía por mí.
-Necesitaremos una copa para poder relatarte mi pasado-dije y ella pidió una botella de vino a la azafata.


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Este capitulo se lo dedico a 4 amigas que amo, dos de ellas son tan reales como Chary y Cary. tanto que podria que son gemelas. tambien a esa dos amigas mexicanas que han estado ahi conmigo cuando estuve en una deprecion insoportable para mi. gracias majo y feer... usted inspiraron a que escribira sobre Demitria molinarri. las amo, gracia!! <3

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